El intento de aislamiento de ciudades o de barrios, la emboscada de convoyes militares y el bloqueo férreo de vías con el fin de generar un desabastecimiento en determinados sitios son algunas de las acciones desarrolladas durante la paralización que culminó este jueves, 30 de junio, todo en medio de robos y daños de la propiedad privada.

El canciller de la República, Juan Carlos Holguín, afirmó que guerrillas urbanas se infiltraron en estas protestas y señaló a la banda Pikachu como la responsable del ataque a un convoy militar que buscaba abrir paso a camiones que transportaban víveres en el sector Caspigasí, en la vía Calacalí, hacia el noroeste de Quito, el 23 de junio pasado.

El resultado fue 17 militares heridos de gravedad y tres camiones militares destruidos, entre otros daños, ante un ataque realizado con armas de grueso calibre.

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¿Quiénes son los integrantes de esta organización delictiva y cuál es su origen?

La banda Pikachu es originaria de Colombia y los especialistas en seguridad afirman que también opera en Ecuador y Perú con el reclutamiento de nuevos miembros.

En la zona de la Mitad del Mundo de la capital nacional se dedica al microtráfico de drogas y en su país de origen, Colombia, también está acusada de robos con secuestro exprés de las víctimas para vaciar sus cuentas bancarias con amedrentamientos, extorsiones y violación de las mujeres, según difundieron varios medios colombianos en diciembre del 2020, cuando se dio la detención de algunos de sus integrantes en ese país.

El coronel y experto internacional en inteligencia, seguridad y defensa Mario Pazmiño afirma que es probable que también hayan cometido todos estos delitos en Ecuador desde hace mucho tiempo, incluso sicariato.

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“Los Pikachu son originarios de Colombia, pero eso no quiere decir que sean todos colombianos. Ellos vienen acá, toman el nombre y amplían su accionar con gente delincuente ecuatoriana, entonces es una mixtura de estas organizaciones”, sostiene.

Es una de las organizaciones delictivas de carácter transnacional que operan en la región y que tienen como eje central el procesamiento, acopio, transporte y tráfico de drogas en los lugares donde delinquen.

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Otra organización de similares acciones es la banda del Tren de Aragua, una de las más violentas que surgió en la capital venezolana Caracas y cuyas ramificaciones se extienden hasta Chile. “Esta opera en Quito en la zona de Pomasqui hacia arriba. Últimamente se ha comenzado a tener informaciones de su accionar, también en el sur de la ciudad capital, por la zona de Quitumbe y La Vicentina”.

Se trata, al igual que Pikachu, de bandas que operan con microtráfico de drogas, más acciones de delincuencia común y organizada. “Son sumamente violentos y están bien armados y equipados para hacer acciones rápidas y contundentes, como asaltos a mano armada”.

El negocio ilícito del tráfico de drogas les da financiamiento para adquirir armamento e información. Es muy difícil aniquilarlas por completo, ya que tienen múltiples estructuras con varios comandos operativos.

El experto en seguridad Jorge Villacreses afirma que estas bandas de influencia internacional coincidieron con la marcha del movimiento indígena protagonizando actos vandálicos, robos y daños en la propiedad privada. “Obligaban a cerrar los locales comerciales y el que abría pues hemos visto cómo se llevaban la mitad de la mercadería”.

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Lo ocurrido son hechos característicos de una guerra civil entre el Estado y los indígenas, afirma Villacreses. “Fueron delitos y la Fiscalía tiene que comenzar las acciones de investigación, aquí juegan un papel importante las unidades de inteligencia de la Policía y del Ejército para identificar a los responsables”.

Lo que además debe preocupar, asegura Pazmiño, es la infiltración de doctrinas que mueven sus causas con actos violentos, como la reactivación de Puka Inti (Sol Rojo en quechua, idioma ancestral de Perú, país donde surgió). Esto queda en evidencia con varias de las acciones protagonizadas por miembros del movimiento indígena en las manifestaciones realizadas entre el 13 y 30 de junio último.

Este grupo de ideología mariateguista fue desarticulado por la inteligencia militar ecuatoriana entre 1992 y 1994, año cuando entregaron las armas, pero hay indicios de reactivación.

“En la actualidad está tomando un repunte. Era la facción nacional que apoyaba directamente a Sendero Luminoso (grupo comunista de Perú). Este tipo de estructura está ligada directamente al movimiento indígena, más que todo por el tipo de estrategias que utilizan, especialmente con la formación del ejército indígena y que implica la toma y acciones más violentas contra la fuerza pública y el Estado”, asevera Pazmiño.

Su origen se deriva de la ideología maoísta y marxista proveniente de China que acogió Sendero Luminoso, grupo que causó acciones violentas en Perú, principalmente durante las décadas de los ochenta y noventa del siglo XX.

¿En qué consiste el pensamiento mariateguista?

Ideado y denominado así porque es una concepción desarrollada por el pensador peruano José Carlos Mariátegui. Se trata de una versión latinoamericana del marxismo del filósofo chino Mao Tse-Tung, influenciado por el indigenismo de la región y sustentado en la lucha de clases y el derecho ancestral de los pueblos originarios de América.

Una de las principales ideas del marxismo es justamente frenar la diferencia de clases sociales con la concepción de un reparto igualitario de la riqueza y la abolición de la propiedad privada bajo la idea de que es la que permite que unos tengan más que otros.

Como toda ideología, uno de los símbolos de Sendero Luminoso fue colgar cabezas de perros de los semáforos, lo que ocurrió en la capital peruana Lima a finales de 1980. El hecho fue el punto de partida de las acciones violentas que cometería ese grupo de ahí en adelante.

Aunque no hay una vinculación directa, las dos cabezas de ganado vacuno colgadas de un puente en Quito han sido interpretadas como otra de las evidencias de la reactivación de esta doctrina dentro del indigenismo nacional, dice Pazmiño.

“Esa es una de las formas de Sendero Luminoso usada para causar temor en la población, ya que anunciaba que pretendían tomarse ese sector de la ciudad”.

Hay que estar atentos con otro de los indicios, agrega el especialista. “Gran parte de la estrategia mariateguista consiste en el aislamiento de las ciudades, así funciona, y para hacerlo se necesita el bloqueo de accesos, toma de instalaciones, ataque a convoyes. Todo lo que sea aprovisionamiento tiene que ser limitado para que la ciudad caiga por sí sola y que cuando ellos ingresen tengan mejores condiciones y puedan realizar saqueos y otras acciones”.

El cobro de peajes para entrar a algunas de las comunidades o el pago de salvoconductos para dejar pasar los productos de primera necesidad, gasolina, gas u oxígeno que necesitan los hospitales como lo ocurrido en Cuenca, todo es parte de las prácticas de la fórmula mariateguista, según Pazmiño.

Todo ha sido parte de un proceso de entrenamiento y preparación que deriva en muestras como los escudos, las bombas molotov, el lanzamiento de piedras y el uso de cartuchos artesanales voladores durante las manifestaciones. “Es una planificación y entrenamiento de algunos años”.

Villacreses indica que la misma disidencia de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) podría también haberse infiltrado. “Hemos importado este tipo de doctrinas vigentes por décadas en los países vecinos hasta que llegaron gobiernos que las frenaron con fuerza y determinación, como se debería”.

¿Cómo se involucran con las bandas delictivas?

Grupos violentos destruyeron tres vehículos militares que formaban parte de un convoy la noche del jueves 23 de junio, en el sector de Caspigasí, al noroeste de Quito. Foto: Cortesía

La motivación central fue el paro nacional, una paralización que permite articular las acciones violentas, entre ellas, el ataque a convoyes, las emboscadas como la ocurrida en Sucumbíos e incendiar patrullas, las oficinas de entidades estatales y las unidades de Policía Comunitaria (UPC), dice Pazmiño.

“La forma más fácil de darse cuenta de que hay una penetración dentro del movimiento indígena es el momento que hay gente con escudos, un grupo realiza bombas molotov para lanzarlas, otro hace disparos de petardos. Supuestamente la marcha era pacífica, de acuerdo al señor (Leonidas) Iza (presidente de la Conaie), pero esas tomas en las que vemos una organización con este nivel de violencia para confrontar con la fuerza púbica es una cosa totalmente diferente”.

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Con ello coincide Villacreses. “Establecen sociedades con los grupos indígenas porque estas organizaciones delictivas tienen el poder de tener armas y el conocimiento de actos vandálicos. Lo que sucedió nunca se ha dado en la historia del Ecuador”.

La falla para dejar de ser esa isla de paz como el país era conocido en las décadas de los ochenta y noventa del siglo XX fue la destrucción del sistema de inteligencia, sostiene Pazmiño. “Hay una falta de estructura profesional de inteligencia que maneje un asesoramiento eficaz al presidente de la República (Guillermo Lasso)”, añade.

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Un segundo punto es la ausencia de operaciones tácticas fortalecidas, agrega, porque no se puede caer en el mismo error con dos emboscados en un corto lapso de tiempo y en distintos puntos de la geografía nacional. “Otro elemento es que el presidente de la República tiene que hacer una reingeniería total de su gabinete y del grupo de asesores que no le permiten conducir al país”.

La inteligencia es el arma vital para combatir a las organizaciones delictivas, al igual que la incursión de doctrinas que acogen acciones violentas.

El uso de tecnología es clave y básico en estas circunstancias para evitar las emboscadas, recomienda Villacreses. “Elevar un dron para hacer una avanzada y saber si el camino está despejado o qué tipo de obstáculos hay y así se evitan las emboscadas”. (I)