ATM recaudó 23,7 millones de dólares en multas de tránsito en 2021 en Guayaquil y 6,3 millones de dólares en enero y febrero de 2022; expertos exigen fortalecer la educación vial

Alberto Matamoros es consciente de que ha conducido a exceso de velocidad por varias ocasiones en Guayaquil.

Él tuvo un vehículo entre el 2015 y 2017, y lo usaba junto con otro compañero por temas laborales.

Acepta que nunca estuvo pendiente y sumó cerca de $ 9.000 en multas, las cuales fueron canceladas a través de un convenio.

“Yo tuve varias contravenciones desde el 2015, cuando saqué un carro para trabajar. No nos dimos cuenta hasta pagar la matrícula, y teníamos 50 multas (solo por fotorradar)”, dice Matamoros, quien además registró otra multa en 2017 por estacionarse en doble columna.

“Me llegaron dos multas en días que no transité por la avenida Barcelona, en Guayaquil. Impugné y no sirvió. Pagué más de $ 250″, reprocha conductora multada desde un fotorradar

Ahora ya no posee vehículo, porque tuvo que venderlo, pero reconoce que no actuó correctamente.

Mientras que otro ciudadano, que prefirió la reserva de su nombre, considera injustas dos contravenciones por exceso de velocidad registradas en el 2022. Asegura que siempre transita por debajo del límite permitido y que tiene pruebas.

Dice que presentó reportes del rastreo satélital de su vehículo, pero no fueron aceptados. Por cada multa debió cancelar $ 127,50, que es la sanción económica por exceder dentro del rango moderado el límite de velocidad.

Solo entre enero y febrero de 2022, la Agencia de Tránsito y Movilidad de Guayaquil (ATM) ha recaudado $ 6,3 millones en multas de tránsito. Estos valores, de acuerdo con la autoridad de tránsito, responden también a infracciones generadas durante el 2020 y 2021, “que, por mandato legal ante la pandemia, no pudieron ser recaudadas conforme manda la ley”.

En 2021, la recaudación fue de $ 23,7 millones. Y en 2020, año en que se inició la pandemia, de $ 20,5 millones. Ya para el 2019, periodo sin COVID-19, llegó a $ 25,8 millones.

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Según la ATM, en enero y febrero de 2022 hubo 74.883 infracciones por exceder el límite de velocidad.

La segunda con más registros es superar el tiempo máximo de parqueo / no pagar por uso de espacio, con 7.089 infracciones. El valor de esta multa es de $ 29,75.

Otra de las más registradas es invadir el carril de uso exclusivo de la metrovía, con 2.348 multas; el valor es de $ 425. Y muy de cerca está la de quienes se detienen o estacionan en lugares no permitidos para dejar o recoger pasajeros o carga; aquí son 2.090 infracciones y la multa es de $ 63,75.

Y hay mil infracciones por usar inadecuadamente la bocina. Quienes incumplan deben cancelar $ 21,25.

De acuerdo con la ATM, los recursos recaudados van destinados en un 80 % a inversión en obras y servicios, mientras que el 20 % restante es para gastos corrientes generados en la institución.

“Entre la inversión pública está el mantenimiento de equipos de comunicación (radios), tecnológicos (cámaras y monitoreo), señalización, semaforización, equipamiento, mantenimiento de vehículos, proveedores, etcétera”, dice la ATM.

Para Kléver Almeida, auditor de seguridad vial, la recaudación evidencia que aún no hay una cultura vial. Y lamenta que el confinamiento en 2020 no haya provocado una concientización.

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“En 2020, la movilidad era reducida. En 2021 se fue normalizando y están las mismas infracciones que cometimos antes. Es lamentable, porque quiere decir que no aprovechamos todo ese espacio que tuvimos (para repensar). Pero, apenas hubo la oportunidad de salir a las vías, cometemos los mismos errores”, dice Almeida, aunque resalta que hay una parte que sí respeta las normas de tránsito.

Como Roberto Viteri, de 32 años, quien lleva manejando desde el 2009. Él nunca ha sido multado y considera que sí es posible conducir con responsabilidad.

“Si uno está plenamente concentrado, se tiene el control de la velocidad. Lo importante de no ser multado y manejar de manera correcta es el factor económico, porque al no recibir una sanción no tendrás deuda que pagar y tampoco verás la reducción de puntos”, explica.

Cristóbal Buendía, presidente del Observatorio Ciudadano de Movilidad, indica que la recaudación de multas en Guayaquil es solo un ejemplo del problema a nivel país: la falta de educación vial.

“Los recursos no están siendo utilizados adecuadamente, porque lo lógico es que estos recursos sirvan para generar campañas de concienciación, educación vial y para mejorar las condiciones de tránsito y tráfico en la ciudad”, apunta, y agrega que el objetivo debe ser recaudar menos, porque es sinónimo de mayor concienciación.

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En tanto, Almeida ve con mucha preocupación el irrespeto y que no se piense en todo lo que se puede evitar: “Accidentes, fallecidos y lesionados”.

Por eso, Buendía recalca que es imprescindible la educación vial. “Es lo que debo y no debo hacer a partir de mi responsabilidad. No es un tema de destreza, sino la forma de pensar”, apunta.

Según la Ley de Tránsito, en su artículo cuatro, es obligatoria la enseñanza de regulaciones sobre asuntos viales. “Se implementarán contenidos curriculares sobre temas de tránsito y seguridad vial, a partir del primer año de educación inicial, hasta el tercer año de bachillerato; y se implementarán campañas de respeto a personas de grupos prioritarios y ciclistas, en medios de comunicación e instituciones educativas”, dice ese artículo. (I)