Desde muy pequeña la debilidad de Diana Carrión fueron los dulces, especialmente las tortas y bocaditos. Tanta fue su afición que a sus 9 años aprendió a preparar brownies y los vendía en su escuela, pero no era una venta sostenida, pues estaba en su etapa de juegos y estudios.

Ya en su adolescencia continuó y se dio a conocer por recomendaciones de amigos, familiares y conocidos. Y otra vez se pausó. En su juventud lo retomó, pero seguía siendo un hobby.

En Playas se producen los galardonados vinos ecuatorianos Dos Hemisferios y se exportan a cinco países

Diana se casó y volvió a poner un alto a la preparación de postres, hasta que en 2009 decidió darle forma y nombre al negocio.

Publicidad

Los postres de Diana Carrión llevan 13 años en el mercado. Foto: Carlos Barros. Foto: El Universo

Esa fue la partida de nacimiento de Postres de Diana Carrión, un negocio guayaquileño que ha logrado posicionarse en el mercado.

Su crecimiento no ha sido rápido ni fácil. Diana arrancó en su cocina, sitio donde se mezcló, por tres años, harina, azúcar, huevos, leche, chocolate y otros ingredientes.

Con 10 dólares nació la sorprendente ‘Chica Bahía’, quien es canal de compras de otros emprendedores y llega hasta Estados Unidos

Luego, compró un terreno en Samborondón y logró levantar su anhelada planta de producción. “Empecé en mi casa: amplié la cocina. Después compramos un terreno e hicimos una planta de producción que está desde el 2012. Tenemos áreas para recibir a proveedores, bodega, cámaras frías, cocina caliente, área interna de parqueo, y hay espacio para poder crecer”, cuenta Diana, de 48 años.

Publicidad

Desde esa planta de producción salen 150 tipos de productos, como tortas de chocolate, de Nutella, de vainilla, manjar, frutos rojos y otras. También hace cheesecakes, como de alfajor, mora y caramelos; además, galletas, bizcochos, trufas y demás.

Desde tortas de Nutella hasta 'cheesecakes' ofrece el negocio guayaquileño. Foto: Carlos Barros. Foto: El Universo

Emprender no ha sido fácil, porque no es solamente la parte económica, sino que hay muchos temas de permisos, trabas, de registros, que a veces las entidades hacen las cosas más difíciles. Este es un trabajo sacrificado; no es solo abrir y vender”, comenta.

Publicidad

Pero la constancia ha hecho que Diana ahora esté en autoservicios, supermercados y hasta tenga su propio local en una de las zonas de mayor movimiento del centro de Guayaquil.

Ella oferta sus postres en El Portal, La Española, La Carnicería. Está en restaurantes, como La Carnicería de Chavela y Mami-T. En ciertas temporadas sus dulces llegan a Salinas.

Lo que sí es más constante es la distribución hacia Cuenca, Machala y Babahoyo.

En 2021, Diana abrió su primer local en la calle Panamá. Hasta ahora le va bien allí, con ciertas excepciones, como el inicio de la pandemia y el paro nacional de junio pasado.

Publicidad

Hace un año abrieron su primer local en la calle Panamá. Foto: Carlos Barros. Foto: El Universo

Con la pandemia de COVID-19, en 2020, optó por cerrar durante 20 días para analizar cómo iban a trabajar y conseguir los insumos necesarios. Nunca despidió a su personal.

“Al principio sí nos afectó mucho, porque tuvimos que parar para responsablemente organizarnos. Después abrimos y tuvimos un impacto grande en cuanto a eventos, pero la línea de autoservicios se mantuvo y la de pedidos particulares. De la mano de Instagram, apareciendo en videos y compartiendo con la comunidad: eso atraía a que las personas pidieran los postres”, relata.

Ese año tuvieron una caída en ingresos del 15 % si se compara con los de 2019. En 2021 se recuperaron, y en lo que va del 2022 se han visto afectados por la inseguridad y por el paro nacional.

La intolerancia a la lactosa llevó a un italiano a crear su propio queso de cabra en Ecuador y ahora es su sustento, lo vende a tiendas y restaurantes

Ha sido complicado por el tema seguridad, algo que ha afectado bastante no en la planta, pero sí en los puntos de venta donde yo entrego y en la calle Panamá, porque a la gente le da miedo salir. Confiamos en que las cosas vayan mejorando. El paro también fue tétrico, y eso siempre afecta a los comercios. Pero son fases; no es que sea una situación constante”, explica.

Los postres de Diana Carrión también están presentes en bautizos, cumpleaños y primeras comuniones. Ahí resaltan los bocaditos, como manás de chocolate blanco, trufas de coco acaramelado y de pistacho, minipáis de limón y de maracuyá.

Bocaditos, como manás de chocolate blanco, trufas de coco y de pistacho, se producen a diario. Foto: Carlos Barros. Foto: El Universo

Entre todo su portafolio, los bolos son los más pedidos. Este consiste en una torta helada con ciertos tipos de salsa. Por ejemplo, el bolo de red velvet, que para el 14 de febrero se ha mantenido por su demanda.

Para Diana, en estos trece años que lleva el negocio, su mayor satisfacción es dar empleo a 30 personas. “Es una satisfacción personal grande saber que, gracias a este producto, algunas familias tienen su sustento. Es lo que me hace sentir orgullosa. Además, el poder abrir el primer local y ver el cariño de todos”.

Pero no son los únicos. Trabajar junto con sus hijas Amanda y Paula, que colaboran en el negocio, ha sido una de sus mejores vivencias.

Diana aspira a abrir más puntos de venta directos y consolidar su marca en autoservicios.

Así puedes emprender un negocio en Ecuador

Ella aconseja a aquellos emprendedores que están dando sus primeros pasos no ser todólogos. Dice que es mejor hacer algo bien, así sea poco.

“No se desesperen; traten de tener uno o dos productos estrella, que los dominen, que sean su carta de presentación. No hay que ser todóloga, sino que las personas te ubiquen al comienzo por uno o dos productos, y luego ya van a confiar en ti; que cualquier otra cosa que se te ocurra lanzar van a pedírtelo. Siempre tratando de mantener un estilo, no querer abarcar todas las ramas”, apunta, y agrega que estar en constante aprendizaje también es clave. (I)