Sonia Paz y Santiago Andrade han emprendido distintos negocios en Durán para dar sustento a su familia. Sonia como contadora y Santiago con compras personalizadas. Y en ese proceso, Darek, su primer hijo, que ahora tiene siete años, ha estado de cerca observando el esfuerzo de sus padres.

Ellos notaron el interés de Darek en ayudar cuando tenían un cyber, hace cuatro años. “Ayudaba a atender, se preocupaba de pasar al cliente la hoja, la pluma, cualquier cosa. Él era pequeño, tenía tres años y decía que era su negocio. Ya después, me preparé un chocobanano y Darek me dijo si él los podía vender y fue así como iniciamos”, cuenta Sonia a EL UNIVERSO que hoy, 16 de septiembre de 2022 cumple 101 años.

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Cuando Darek tenía cinco años estaba muy emocionado de tener su primer negocio: los chocobananos. Después, cambiaron de idea y ofertaron bolos gourmet bajo la marca Dasaru, que es un acrónimo de los nombres de los hijos de Sonia: Darek, Sareli y Ruth.

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Sonia Paz, madre de Darek, ayuda a su hijo a reconocer el producto y su precio. Su padre Santiago también lo apoya. Foto: Belén Zapata.

Pero la intención de Darek no era solo tener un negocio, sino en ayudar a los demás y sus padres lo apoyaron. Entonces, para tener más ingresos sumaron la venta de artículos de papelería kawaii como reglas, borradores, esferos, entre otros.

Con las ventas que generan, tanto de los bolos como de los artículos de papelería, destinan un porcentaje a la ayuda social y es lo que emociona a Darek.

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“Darek es un niño bastante sociable, empezó queriendo regalar toda la mercadería y nosotros le inculcamos que primero se genera, luego se recupera el capital y de esa utilidad podemos destinar un porcentaje, y eso es lo que se está haciendo. De eso viene este proyecto, al que Darek le puso el nombre de “ser parte y comparte, es mejor dar que recibir”. Hace poco dimos a conocerlo para que más personas se unan con la finalidad no de lo que vean para comprarle, sino que concienticen y sepan que hay muchos niños en la calle, sobre todo migrantes”, explica Sonia.

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Su padre, Santiago, está orgulloso del “buen corazón” que tiene su hijo y al igual que su esposa anhela que más personas vean en Darek un ejemplo para ayudar al prójimo.

Darek, en estos dos años, ha aprendido a sumar y restar. Ya sabe dar vuelto en una compra. De hecho, en su escuela le compran sus compañeros y profesores y hasta da crédito. Anota en una agenda sus compras y también los nombres de quienes le deben. Pone la fecha para luego recordar esa adquisición y cobrarla.

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“Me gusta ayudar a las personas en lo que pueda. Me siento feliz porque es mejor dar que recibir, es mejor ver a las personas felices”, dice Darek, quien sueña con ser un “gran emprendedor” y piloto.

Pañales o comida que preparada en casa es lo que suelen regalar a las personas de la calle con una parte de los ingresos del emprendimiento de Darek. Foto: Cortesía Sonia Paz.

El menor cuando le llega mercadería suele publicar: “Les digo lo que tengo, lo que me va a llegar, el precio. Por ejemplo, una regla flexible de colores a $ 0,50, sacapuntas y mis bolos de $ 0,80″, menciona, y agrega que sus profesores le dicen que están orgullosos de él.

Una parte de los ingresos es para comprar pañales o preparar comida y Darek, junto con su familia, van a las calles a obsequiarlos, en especial, a madres con niños. “Yo les digo que reciban esto de parte de Dios y de mi emprendimiento y ellos me dicen: gracias, Dios te bendiga”, cuenta Darek.

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Sonia aclara que aunque está en el negocio, no significa que Darek descuida sus estudios. “Hemos analizado abrir puntos estratégicos para que Darek pueda convertirse en un distribuidor, pero nosotros no lo hemos desarrollado todavía porque me gusta que él se involucre, porque si lo hago más voluminoso no va a poder involucrarse y no quiero que salga de su esquema de estudio. Nuestro lema es que lo hace porque le gusta y no porque se diga que no tuvieron para pagarme la escuela”, enfatiza.

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La ayuda, que tratan de dar cada mes, proviene de la venta de bolos de 16 sabores como galak, nutella, oreo, magnum, chicle, menta, maracuyá, entre otros. Así también, de agendas, cartucheras, reglas, mercadería que en su gran mayoría son importadas desde Colombia.

Sus padres preparan los bolos de 16 sabores y Darek los empaqueta. Foto: Belén Zapata.

Hacen entregas a nivel nacional y se promocionan en las redes sociales, bajo el nombre de @Darekemprende, que son manejadas por los padres de Derek.

“A mí me sorprende mucho su madurez. Como mamá me siento bastante orgullosa porque la mayoría del pensamiento de los niños viene acorde a la educación que uno le pueda dar y no hablamos solamente de la escuela, sino de la formación dentro de casa, y que él anhele tener un emprendimiento o negocio, que agradezca a Dios, significa que hay un ejemplo que quiere seguir. Darek es un niño que quiere hacer muchas cosas, pero yo lo limito por su corta edad”, comenta Sonia.

La familia, oriunda de Manabí y cristiana evangélica, seguirá apoyando a Darek en lo que lo hace feliz: hacer sonreír a las madres y niños en las calles. (I)