NOTICIAS

Publicidad

El relajamiento de la población en medio de una contagiosa ómicron se liga al aumento acelerado de casos de COVID-19 en Ecuador

En unos 15 días se podría saber si las medidas anunciadas por el Gobierno han causado efecto en la reducción de contagios de acuerdo a analistas.

En el coliseo de la Universidad Central del Ecuador, en el centro norte de Quito, hay demanda ciudadana para acceder a la inoculación. Hay personas que llegan incluso en horas de la madrugada. Carlos Granja Medranda / EL UNIVERSO Foto: El Universo

Publicidad

La variante ómicron del SARS-CoV-2, cuya transmisibilidad es más rápida, sería ya la prevalente en los contagios en Ecuador.

El pasado 14 de diciembre, el primer caso de esa variante fue identificado en Quito. Se trató de un ingeniero de 48 años que salió del país a mediados de noviembre para realizar una investigación en el continente africano.

Tres días después se confirmó el segundo caso en Guayaquil, sin relación con el primero.

Publicidad

Ministerio de Salud confirma presencia de la variante ómicron en Ecuador

Según la ministra de Salud, Ximena Garzón, de las genotificaciones de muestras tomadas a personas contagiadas que se han recibido, el 80 % corresponde a la variante ómicron, que provoca casos más leves y es más contagiosa; mientras que el 20 % sigue siendo de la variante delta, que es la que genera sintomatología más grave, así como ocupación hospitalaria.

En las últimas cuatro semanas, del número de muestras analizadas, hay ya una prevalencia en Ecuador de la variante ómicron, de acuerdo con Andrea Gómez, médica epidemióloga, salubrista y docente universitaria, tomando como referencia análisis internacionales.

“En este momento ya es probable que sea la causante, la ómicron, del aumento de casos; pero además por el relajamiento, etcétera, que ha habido los últimos días por las festividades”, adujo.

Publicidad

Según la experta, hay un incremento acelerado de casos, pero no se puede hablar de un rebrote, porque a la pandemia nunca se la ha controlado y las olas continúan.

“Podría ser una parte por la variante ómicron; también continúa circulando la variante delta, que está reduciéndose en prevalencia...”, dijo.

Publicidad

Dámaris Intriago, docente investigadora de la Universidad SEK y magíster en Medicina Molecular, considera que el incremento sostenido de casos de COVID-19 se ha dado por negligencia de parte de la población, así como por una deficiente comunicación de las autoridades.

Eso, agregó Intriago, hizo que las personas tuvieran una falsa sensación de seguridad y dejaran de lado las medidas de bioseguridad, como el distanciamiento, el uso de mascarilla, evitar aglomeraciones. Además que hay una transmisión comunitaria de la variante ómicron.

Para Gómez, dentro de 10 a 15 días se podrá saber si es que las medidas implementadas, como reducción de aforos o retorno a la virtualidad, han tenido efecto; de lo contrario, probablemente haya aumento de casos hasta finales de enero.

El Comité de Operaciones de Emergencia (COE) nacional decidió que, hasta el 23 de enero de 2022 y desde el pasado martes 4 de enero, el sector público de la función Ejecutiva trabaje con un aforo del 50 %. Se estima que son alrededor de 250.000 personas.

Publicidad

Intriago acotó que, si bien la mayoría de los casos de esa variante no se traduce en casos graves o severos que requieren una unidad de cuidados intensivos (UCI), podrían darse hospitalizaciones que, unidas al aumento sostenido de casos, generarían una presión sobre el sistema sanitario, a los trabajadores y a otras patologías.

Para conocer si esta subida de contagios corresponde a la ómicron o a la delta o a una combinación, para Intriago hay que conocer datos de la vigilancia genómica, por lo que es imperativo —anotó— que haya un fortalecimiento del sistema de secuenciación.

Recordó que la transmisibilidad de la ómicron es de dos a tres veces más rápida que la delta. Eso también hace que la cantidad de casos se duplique más rápido y que en dos o cuatro días haya el doble de contagios reportados, agregó Intriago.

Hospitales del IESS y del Ministerio de Salud aplican estrategias para tratar COVID-19; pacientes con sintomatología respiratoria aumentan

A criterio de Gómez, una medida que se podría implementar es reducir de seis a cinco meses la dosis de refuerzo para las personas de entre 18 y 49 años.

El Ministerio de Salud Pública (MSP) decidió adelantar la colocación de la dosis de refuerzo para varios sectores sin distinción de edad, pero que hayan cumplido cinco meses desde la segunda inyección anti-COVID-19.

Entre esos grupos están los siguientes: bomberos, Fuerzas Armadas, gobiernos locales, docentes, Policía Nacional, personas en situación de movilidad, recolectores de basura, trabajadores de la salud, Cruz Roja y trabajadores de sectores como agua potable y alcantarillado, electricidad, petróleo y minería, telecomunicaciones, transporte aéreo y terrestre.

“Ayudaría sobre todo a reducir la probabilidad de casos graves de mortalidad con esta nueva variante, ya que se ha visto que con la tercera dosis la probabilidad de enfermedad, de hospitalización, sobre todo, se reduce en gran proporción”, indicó la epidemióloga.

A Intriago le preocupa la sobredemanda de pruebas de diagnóstico, que podría generar una relativa escasez.

Garzón pidió a la población que se extremen las medidas de bioseguridad: uso de mascarilla, mantener áreas ventiladas, aforo de un 50 %, distanciamiento social. (I)

Publicidad

Publicidad

Publicidad

¿Tienes alguna sugerencia de tema, comentario o encontraste un error en esta nota?

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad