Portoviejo

Con un bailejo el arqueólogo Juan José Ortiz va retirando una gruesa capa de ceniza que está sobre los restos de un ser humano. Con paciencia y bajo la observación de un equipo de profesionales de esta rama y de soporte de universidades, se investiga lo que habría sido una gran catástrofe a partir de la caída de ceniza en abundancia en un sector del oeste de la parroquia Picoazá de Portoviejo.

En ese lugar, donde un agricultor el año pasado intentó construir una albarrada, se está investigando si la caída de ceniza en gran cantidad generó la desaparición de una cultura que estaba allí.

Publicidad

Por los vestigios hallados en el lugar, indica Juan José Ortiz, profesor de la facultad de Filosofía del departamento de Idiomas de la Universidad Técnica de Manabí, se trataría de un lugar donde se asentó la cultura Valdivia, que existió entre los años 4.400 y 1.400 antes de Cristo, en el considerado período Formativo Temprano.

Para el vulcanólogo Theofilos Toulkeridis, lo hallado y que se investiga en Manabí sería un Pompeya ecuatoriano, haciendo alusión a lo ocurrido en el año 79 de nuestra era en esa ciudad italiana en donde la erupción del volcán Vesubio sepultó en segundos o minutos a esa población.

El especialista aclaró que la diferencia de la caída de ceniza en este sector de Manabí pudo durar un lapso de cuatro horas, pero que debido a la caída masiva generó que los pobladores de aquel entonces murieron por asfixia.

Publicidad

“Por primera vez tenemos la evidencia que gente murió por actividad volcánica aquí en la costa y mucha gente se pregunta de dónde viene el volcán, los volcanes ecuatorianos pueden ser muy poderosos, y han actuado en el pasado mucho más allá de la llegada de los españoles (…) todavía no sabemos cuál volcán era, pero tenemos aquí 85 centímetros de ceniza y que habría sucedido más o menos unos 3.500 años atrás”, declaró Toulkeridis, profesor de la Universidad de las Fuerzas Armadas, antes conocida como Escuela Politécnica del Ejército (ESPE).

https://www.eluniverso.com/noticias/ecuador/con-tecnologia-se-identificaron-unas-25000-estructuras-prehispanicas-en-cerros-hojas-y-jaboncillo-en-manabi-nota/

Esta investigación, que también cuenta con el apoyo del Instituto Nacional de Patrimonio Cultural (INPC), del Instituto de Investigaciones Geológicas y Energéticas (IIGE), de arqueólogos como James Zeideler, Tatiana Páez, Mary Jadan y otros colaboradores del sector, busca establecer si esta caída masiva de ceniza volcánica sepultó la presencia de habitantes pertenecientes a la cultura Valdivia, al menos, en este sector manabita.

Publicidad

Al momento ya se han identificado restos de seis personas que presuntamente quedaron sepultadas tras la caída de estos restos volcánicos. Toulkeridis sostiene que en ninguna parte del Ecuador se ha podido obtener este tipo de evidencia y más aún la hipótesis que esa caída de ceniza cesó en Manabí con una cultura experta en objetos cerámicos como la Valdivia.

El trabajo se viene realizando desde hace dos meses y eso tras la observación que hiciera Migue Rodríguez, habitante de Picoazá a los trabajos que se hacían para construir una albarrada en una propiedad privada.

A Rodríguez le llamó la atención una parte suave del suelo, similar a ceniza y que también comenzaran a aparecer restos. Tras eso llamó a expertos, entre ellos, a quienes colaboran constantemente como del INPC, de la UTM y otros. Desde ahí se intervino en el lugar.

Ortiz sostuvo que desde la arqueología analizada en Ecuador no se entiende bien el surgimiento de la cultura Valdivia, pero menos se entiende el final de esa cultura. Por eso, señala que el proceso histórico enseña el comienzo, duración y finalización de una cultura, lo que se considera la médula de la investigación histórica-arqueológica.

Publicidad

“Estamos viendo por primera vez que yo conozca, en Manabí y muy probablemente en el país, un lugar que nos empieza a abrir las puertas a entender por lo menos en esta región cómo fue que llegó a su fin esta cultura, en este caso la Valdivia, a lo mejor no llegó a su fin de una, pero ya llega a unas etapas que verdaderamente empiezan las transformaciones que ya vamos viendo manifestaciones de otras culturas eventualmente”, destacó el profesor de la UTM.

Museo del Cerro de Hojas-Jaboncillo con nuevas actividades

La aparición de ceniza volcánica no es nueva en Manabí, pues ya se lo ha evidenciado en otras poblaciones, pero la hallada en Picoazá denota no solo lo sorprendente de lo registrado, sino también la enseñanza que deja este descubrimiento para las presentes y futuras generaciones, sobre prevención y también de lo cíclico de la actividad volcánica en Ecuador.

Kevin Chunga, geólogo del IIGE, dice que encontraron evidencia estratigráfica de episodios volcánicos, de inundaciones y de tsunamis, por ejemplo, en Jaramijó se identificó la caída de ceniza, y uno de los últimos hallazgos reconocidos fue la caída de estas partículas desde el volcán Quilotoa, hace unos 800 años.

“Qué significa esto, que tuvo una potencia de erupción destructiva que, dentro de una escala de cero a siete, estaba en un punto entre cinco y seis, significa que estaba dentro de unas grandes erupciones. Estamos hablando de que las cenizas tuvieron un recorrido en caída libre de 290 kilómetros de distancia”, declara Chunga.

El trabajo en esta zona de Picoazá continuará dos meses más, pero ya se realizan adelantos en la indagación. Por ejemplo, indica Toulkeridis, que se hallaron pedazos de un material oscuro, que en primera instancia parecía escoria, que es común en los volcanes, pero tras analizarlo en el microscopio electrónico de la Universidad de las Fuerzas Armadas detectaron que eran pedazos de madera bien preservada.

“Y pudimos averiguar que es madera de la Sierra y, por lo tanto, sabíamos que algo muy grave pasó”, declara el catedrático de origen griego.

Por ahora se realizarán pruebas de carbono 14 a una costilla hallada en el lugar de investigación, dos dientes, restos del paleosuelo (área donde cayó la ceniza en Picoazá), con lo que se espera tener una data exacta y con muy poco margen de error de la fecha de cuándo se produjo esta caída masiva de ceniza volcánica.

El experto griego señala que estos hallazgos deben generar una indagación por parte de todos, para aprender de los hechos que pasaron y que por su naturaleza se pueden repetir, y saber cómo actuar en casos, no olvidar que los eventos naturales son cíclicos.

Gerardo Castro, director del Centro de Investigación del Centro de Investigación e Interpretación Hojas-Jaboncillo, valora el aporte de la ciudadanía para esta investigación, desde el duelo del terreno por permitir que se indague más de lo hallado, y que aquello forma parte de una unidad de investigación, y que ahora también se sumará la idea de que la zona sea visitada por estudiantes y así conozcan de un hecho que los expertos ya califican de inédito. (I)