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Tres de cada cinco niños que dejaron de estudiar durante la pandemia viven en América Latina y el Caribe

En promedio, las escuelas en América Latina y el Caribe han permanecido completamente cerradas durante 158 días desde marzo de 2020 hasta febrero de 2021.

-- Guayaquil, 29 de septiembre de 2020.- Ayuda a estudiantes en Monte Sinaí para poder realizar sus actividades escolares. Foto Carlos Barros - EL UNIVERSO Foto: Carlos Barros

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“Yo vi complicada la situación porque no tenemos internet, ni computadora y encima el riesgo de que por salir vayamos a contagiarnos. Fue difícil, pero era preferible cuidar la vida y esperar a que esto (pandemia) pasara”. Es el testimonio de Esther, madre de familia del sector rural de Guayas, cuyo hijo dejó de estudiar este año lectivo por la crisis sanitaria provocada por el COVID-19.

Como este caso hay varios en el país y en la región. Según información publicada por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), en América Latina y el Caribe viven cerca del 60 % de todos los niños y adolescentes que perdieron este año escolar completo en todo el mundo debido a los confinamientos dispuestos para contrarrestar el coronavirus.

En promedio, las escuelas en América Latina y el Caribe han permanecido completamente cerradas durante 158 días desde marzo del 2020 hasta febrero del 2021, más que la estimación global (95 días).

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En comparación con todas las demás regiones, este es el cierre de escuelas más largo del mundo. Las escuelas de la región permanecieron completamente abiertas solo 6 días el año pasado, cifra más baja que el promedio global de 37 días y que cualquier otra región, según Unicef.

El análisis de cierre de las escuelas publicado por dicha organización también muestra que dos tercios de los países donde las escuelas permanecieron en gran parte cerradas desde marzo del 2020 se encuentran en América Latina y el Caribe.

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“Estas nuevas estimaciones indican que América Latina y el Caribe es, por mucho, la región más afectada por el cierre de escuelas en todo el mundo”, mencionó Jean Gough, directora regional de Unicef para América Latina y el Caribe.

Agregó que en la región los niños y adolescentes han estado fuera del aula más tiempo que cualquier otro niño o adolescente en el mundo. “En América Latina y el Caribe la pérdida será más desastrosa y de mayor alcance que en cualquier otra región para los niños, niñas, adolescentes, los padres y la sociedad en general”, remarcó.

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Lisbeth Pérez, directora de las maestrías en Educación de la Universidad de Especialidades Espíritu Santo (UEES), refirió que la pandemia reveló una serie de falencias que hay en el sistema educativo de Latinoamérica. Una de ellas, añadió, es la desigualdad que hay entre las zonas urbana y rural.

“Los de la zona rural, yo considero, han sido los más afectados debido a que son los que tienen menos recursos, menos opciones para tener internet y también menos opciones para gozar de una tecnología adecuada que les permita incluirse en el proceso educativo debido a la pandemia”, expresó.

Para Pérez, al igual que los estudiantes, en el contexto de la crisis sanitaria, se vieron afectados los docentes, puesto que muchos tampoco tienen computadora, herramientas tecnológicas, conexión a internet y un espacio adecuado para dar las clases.

“Recordemos que el proceso de educación debe generarse en un espacio acorde, adecuado para la atención perceptual de los estudiantes y que la clase sea realmente efectiva, si esto no sucede por supuesto que se está poniendo en riesgo la calidad de la educación que están recibiendo los estudiantes en estos momentos”, comentó.

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Según Unicef, el cierre de escuelas tiene consecuencias devastadoras para el aprendizaje y el bienestar de los niños y adolescentes.

Los más vulnerables y los que no pueden acceder al aprendizaje a distancia corren un riesgo mayor de no regresar nunca al aula e incluso de verse obligados a contraer matrimonio temprano o al trabajo infantil, aseguró la organización.

Sostuvo que la mayoría de los niños y adolescentes en edad escolar en todo el mundo confían en sus escuelas como un lugar donde pueden interactuar con sus compañeros, buscar apoyo, acceder a servicios de salud e inmunización y una comida nutritiva.

Cuanto más tiempo permanezcan cerradas las escuelas, más tiempo los niños, niñas, adolescentes, están aislados de estos elementos fundamentales para su infancia, refirió.

En esa línea, Martha Córdova, presidenta de la Federación de Establecimientos Educativos Particulares Laicos del Guayas, dijo estar de acuerdo con que para el nuevo año lectivo en el país se autorice un regreso semipresencial a las aulas de clase.

Al momento, el Comité de Operaciones de Emergencia (COE) nacional autorizó un plan piloto que implica el regreso progresivo a las aulas de clase de 77 planteles en el área rural.

La directora de las maestrías en Educación de la UEES se mostró más cauta al respecto, más aún cuando en el país los casos de coronavirus van en aumento y los planes de inmunización no cumplen con las expectativas.

“Un año después de que se iniciara esta pandemia ya se cuenta con planes digitales que ha introducido el Ministerio de Educación, en todo caso, van a tener que seguir usándose. Yo diría que a partir de ahora la educación es distinta, vamos a tener que trabajar con aprendizajes híbridos, como lo mencionó la ministra recientemente (...) Yo diría que habría que seguir trabajando en función de fortalecer la digitalización de la educación, hacer más fuertes los planes digitales que el Ministerio de Educación ha estado implementando”, reseñó Pérez. (I)


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