Persi es un robot que servirá para dar clases en línea a las personas privadas de la libertad (PPL). Su significado es: Proyecto Educativo de Reinserción Social Integral.

En un primer momento se lo usará para impartir clases en los centros de rehabilitación social de las provincias del Guayas, Pichincha, Cotopaxi, Manabí, Azuay y Chimborazo. En una fase inicial será en la carrera de Contabilidad.

Forma parte del proyecto denominado Institutos Móviles de la Secretaría de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación (Senescyt).

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Es una propuesta, según esa entidad, para acercar la educación superior a los presos con el fin de promover su reinserción laboral y social dentro del nivel técnico-tecnológico.

El prototipo Persi fue desarrollado por estudiantes y docentes del Instituto Superior Tecnológico Carlos Cisneros de la ciudad de Riobamba, en la provincia de Chimborazo.

Durante 4 meses se trabajó en el proyecto con una inversión aproximada de $ 3.000, según Francisco Nájera, rector de esa entidad.

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Filamentos con materiales de reciclaje de botellas plásticas forman la cabeza que fueron impresos en 3D, en tanto que el cuerpo está compuesto de restos de acero inoxidable.

Tiene ruedas para el desplazamiento, el monitor es de computadoras repotenciadas, posee una minicomputadora, motores para la movilidad de la cabeza y del cuerpo, parlantes, micrófonos, cámaras.

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Con apps y software libre se realiza el control y permite además que el robot hable. Tiene una conexión a una carga de 110 voltios.

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Se usarán plataformas tecnológicas como Teens o Zoom para que un docente imparta clases en línea mientras que el robot estará al interior de las cárceles remplazando a una computadora o a un proyector. Nájera estimó que podrían seguir las clases unas 20 personas.

Según Nájera, se busca ir a unidades educativas rurales a fin de mejorar la concentración y elevar el nivel académico, tal como -agregó- hizo ese instituto con un programa de robótica educativa en Chimborazo.

Varios componentes se utilizaron para la construcción de un robot denominado Persi y que se usará en centros de rehabilitación social. Foto: El Universo

“Los jóvenes, los niños, mejoraron su concentración y, al mismo tiempo, elevaron el nivel académico (...) utilizando este nuevo método que conjuga distintas acciones -a través de la robótica- se puede generar una mayor atención, una mayor concentración, desarrollar habilidades y destrezas...”, indicó el rector.

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Se busca apoyo de la empresa privada para solventar los costos de 6 robots para cada uno de los centros penitenciarios, que podrían estar listos en unos dos meses desde la fecha de la obtención del financiamiento.

Noemí Mogollón, representante del Servicio Nacional de Atención a Personas Privadas de la Libertad (SNAI), quien participó en la presentación de Persi, indicó que el aporte de los institutos móviles es fundamental para fortalecer los esfuerzos que hace el país en beneficio de las personas privadas de la libertad. (I)