A nivel mundial se han registrado 110 millones de casos confirmados de COVID-19. De este universo, 2,4 millones de personas han fallecido hasta este viernes 19 de febrero.

Para evitar que esas cifras se multipliquen es necesaria la vacunación acelerada de una parte considerable de la población mundial, sobre todo de las zonas en vías de desarrollo, como Latinoamérica.

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A la par de este proceso de inmunización es importante que la comunidad conozca información clave como si hay personas que no deberían recibir la vacuna.

La química pura Lorena Sandoval, experta en patentes y transferencia de tecnología farmacológica, indica en qué caso la persona no debe de ser vacunada.

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“El Centro de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) indica que quienes tengan antecedentes de alergias que no estén relacionadas con vacunas como alergias hacia alimentos, mascotas, medioambiente, respiratorias o de la piel pueden vacunarse. Sin embargo, las personas alérgicas al polietilenglicol (PEG) o al polisorbato no deberían vacunarse, puesto que estos son ingredientes que están incluidos dentro de las vacunas”, explica Sandoval, miembro del Colegio de Químicos del Ecuador.

En un ejercicio por informar a la ciudadanía, este gremio expone información de interés para la comunidad con el objetivo de que entienda la problemática de la pandemia, sus alcances, estrategias de lucha contra el virus y la desinformación.

Como aquellos rumores que se han difundido en redes sociales que adjudican mutaciones o cambios en el ADN de las personas vacunadas.

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Al 16 de febrero se contabilizaban 248 vacunas candidatas en proceso de desarrollo, 56 en pruebas clínicas y 10 en uso, según el portal web de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Hay sectores de la sociedad, como agrupaciones antivacunas, que cuestionan la efectividad de esos fármacos porque se han desarrollado en tiempo récord.

La química pura Lorena Sandoval explica que para reducir los tiempos de desarrollo se usó información de investigaciones previas.

“Considerando que ya se tenían conocimientos previos de desarrollo inicial de vacunas para virus previos como el SARS-CoV, lo que ayudó de esta manera a omitir la fase de descubrimiento. Por otro lado, se adaptaron varios procesos existentes en el desarrollo y en las fases I/II de forma simultánea”, detalla.

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Por ejemplo, cita Sandoval, “los investigadores de Pfizer y Moderna utilizaron tecnología previamente patentada de hace quince años que permitía reemplazar la uridina (molécula que forma parte del ARNm) por la pseudouridina, para permitir que durante el proceso de vacunación se pueda acceder libremente a la célula sin que los sensores del sistema inmunológico de nuestro organismo pueda identificarlo como una amenaza”.

Cómo funciona la vacuna

En medio del escándalo de la aplicación de dosis a personas ajenas a grupos prioritarios y los cuestionamientos ante el escaso stock de vacunas, Ecuador ya inmuniza contra el SARS-CoV-2 a personal sanitario de primera línea con el fármaco producido en conjunto por Pfizer y BioNTech.

La especialista en patentes farmacológicas Lorena Sandoval explica que esta es la primera vacuna genética de la historia, denominada BNT162.

“Una vez que el mARN sintético llega a nuestro cuerpo penetra en la célula y le da información para replicar copias de la proteína S (espícula, que el virus usa para unirse y entrar en las células huésped), es ahí que el sistema inmunitario es alertado y captura estas copias, lo que le permite al cuerpo humano producir anticuerpos y células T, que identifican el SARS-CoV-2 y combatir la infección por coronavirus”, detalla Sandoval.

Pero, qué sucede cuando el virus ingresa al cuerpo de una persona que no se ha vacunado. El coronavirus desencadena problemas de salud en el sistema respiratorio y en otras partes del cuerpo. En el peor de los casos, las células pulmonares que mueren -producto de la batalla que se desencadena entre el sistema inmunitario y el virus- provocan una infección que reduce la capacidad respiratoria del paciente, según investigadores.

En esos casos, médicos usan antibióticos para combatir la infección generada por el pus, refiere Pablo Bonilla, también miembro del Colegio de Químicos del Ecuador, quien tiene sus reparos del uso de otro fármaco.

“También está en discusión el uso de otros compuestos como la invermectina. Ya se usaba como antiparasitario, pero se empezaron a dar cuenta, entre comillas, que también podría ayudar en esta lucha, pero ojo, hacen falta estudios de mucho más peso, porque la invermectina no está aprobada por los organismos”, señala el especialista.

En tanto, Bonilla menciona el uso de tratamientos con anticuerpos para combatir el virus.

Una esperanza adicional

En octubre pasado, la Administración de Alimentos y Medicamentos de los EE. UU. (FDA, por sus siglas en inglés) aprobó el uso del medicamento antiviral (anticuerpos) Veklury (remdesivir) en pacientes con COVID-19 que requieren hospitalización.

“Un ensayo clínico aleatorizado, doble ciego y controlado con placebo (ACTT-1), realizado por el Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas, evaluó cuánto tiempo tardaron los sujetos en recuperarse del COVID-19 dentro de los 29 días posteriores al tratamiento”, recoge el sitio web de la FDA. En el ensayo se “examinó a 1.062 sujetos hospitalizados con COVID-19 leve, moderado y grave que recibieron Veklury (n= 541) o placebo (n= 521), más atención estándar”.

Patricio Tituaña, científico de control de productos de la compañía Meso Scale Diagnostics que fabrica kits para diagnóstico de COVID-19 en Estados Unidos, recomienda a países en desarrollo, como Ecuador, el uso de este tratamiento.

“Hay otras tres, una se llama bamlanivimab, que está en estudios, también son anticuerpos. Estos medicamentos son cocteles de anticuerpos, que ayudan, porque su cuerpo no produce anticuerpos todavía; poniéndose esto le ayuda a combatir más rápido. Esto pasó con el presidente Donald Trump y lo que le pusieron fue un coctel de anticuerpos”, detalla. La FDA autorizó en noviembre pasado el uso del fármaco bamlanivimab para el tratamiento de la COVID-19 en casos de emergencia, cuya intensidad sea leve a moderada en pacientes adultos y pediátricos que no han sido hospitalizados. La terapia todavía estaba en investigación, publicó en ese mes el portal de noticias The Conversation.

Tituaña, miembro del Colegio de Químicos del Ecuador, sugiere a la ciudadanía no automedicarse, peor aún consumir sustancias que no han sido estudiadas como tratamientos contra el virus y la enfermedad, el SARS-CoV-2 y la COVID-19, en ese mismo orden. (I)