Cada año, miles de toneladas de artes de redes y otro tipo de basura se desechan al mar y se convierten en un peligro para la vida marina.

Rescatar parte de esos desechos es uno de los objetivos que se han planteado varios colectivos y organizaciones locales.

Una de esas iniciativas para recuperar esos desechos se realizó el fin de semana a través del campeonato de pesca de basura y cabos sueltos denominado La Nueva Pesca.

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Más de 20 embarcaciones y cerca de 120 pescadores de cooperativas de pesca artesanal se unieron para recolectar desechos marinos en la zona de Playas. En la actividad se recogieron más de 2,3 toneladas de basura en el mar.

El evento organizado por Colectivo Cabos y la Universidad Casa Grande contó con el apoyo de la ONG Mingas por el Mar, la empresa de gestión integral de residuos Gira, la Fundación Favorita, Disensa, la Municipalidad de Playas Villamil, Emaplayas, el Área Nacional de Recreación Playas Villamil, la Hostería El Jardín, Ocean Club, La Canguilera Studios y la agencia de comunicaciones Gran Idea.

La actividad de recolección de desechos marinos se realizó en la zona de Data. Foto: El Universo

Mono capuchino amaneció enredado con cabos para enviar un mensaje sobre riesgos en vida marina

En la actividad se instó a los pescadores artesanales a usar sus redes para pescar únicamente basura.

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“El objetivo del campeonato no es solo limpiar el mar y las playas, sino generar una experiencia empírica que revalorice los cabos de pesca descartados generando una economía circular inclusiva que beneficie a los diferentes actores sociales locales. Esto es solo el inicio”, dijo Sergio Moraga, director ejecutivo de Colectivo Cabos.

En el mundo se estima que hasta un millón de toneladas de artes de pesca se pierden cada año en los mares y Ecuador no es la excepción. Por ejemplo, solo de lo recolectado en las limpiezas a orillas de playas ecuatorianas en 2021, los cabos de pesca representan el 27 % de desechos.

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Según Cecilia Torres, fundadora y directora ejecutiva de Mingas por el Mar, los cabos y redes de pesca sueltos en el mar son uno de los macroplásticos más contaminantes del océano y están afectando seriamente el equilibrio de los ecosistemas marinos del mundo.

Para Jorsy Vera, uno de los pescadores artesanales participantes, el trabajo que se está haciendo entre el Colectivo Cabos y los pescadores es muy importante. “Lo que se ha logrado con el campeonato en tan pocos meses es histórico”, mencionó.

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Municipio de Guayaquil trata como vandalismo colocación de cabos y redes en escultura de mono capuchino

Los organizadores afirman que esto es solo el comienzo, y que ya están planificando nuevas fechas del campeonato en otras localidades, mientras siguen articulando a actores sociales para recuperar, reciclar y convertir los cabos de pesca descartados en un nuevo insumo para fabricación sostenible.

En este proyecto están involucrados alumnos de la Universidad Casa Grande. Para Zaylín Brito, directora de Proyectos de Aplicación Profesional (PAP) de la Universidad Casa Grande, el trabajo de los estudiantes y voluntarios junto con Colectivo Cabos evidencia la metodología de la Universidad: aprender haciendo, y demuestra el compromiso por articular junto con diversos actores sociales un trabajo sostenible y de alto impacto socioambiental. (I)