“En ecuador cualquier webas es político” (sic). La frase la escribió Marlon Andrés Chito Vera en Twitter hace tres años, el 26 de mayo de 2019, y logró más de 3.000 likes y un sinfín de respuestas.

El término “webas”, en el sentido del tuit, significa tonto, gil, simplón o “huevón”, otro más del nutrido diccionario machista ecuatoriano, que ha sido utilizado, con frecuencia electoral, por políticos de todas las tendencias y jerarquías. Incluso, hace poco, el presidente Guillermo Lasso dijo que Jaime Nebot no había tenido “los huevos” para ser candidato en las pasadas elecciones.

En ese entonces, los usuarios de Twitter aplaudieron el trino del Chito, carismático peleador que triunfa en la Ultimate Fighting Championship (UFC), una de las mayores empresas de artes marciales mixtas del mundo. Aunque en noviembre del 2014 debutó en la UFC con una derrota, poco a poco, con talento y dedicación, fue repuntando.

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Marlon 'Chito' Vera muestra la bandera de Ecuador antes del combate contra el estadounidense Sean O'Malley en el evento UFC 252, en el UFC APEX de Las Vegas, el 15 de agosto de 2020. Foto: UFC Press

Hoy las estadísticas de la UFC destacan su 52 % de efectividad en los golpes y lo ubican en el quinto puesto del ranking de peso gallo, es decir, está en el top five, donde solo inscriben su nombre los mejores. Lleva 7 victorias por nocaut, 8 por rendición y 28 por decisión de los jueces. Pero este fin de semana, en Ecuador, recibió un par de golpes que lo desconcertaron.

Chone, ciudad natal

Chito tiene 29 años y desde que es una estrella de la UFC vive en California (Estados Unidos), pero su corazón está en su natal Chone (Manabí), una pequeña ciudad tropical de la provincia de Manabí, famosa, a decir de sus propios habitantes, “por la virilidad de sus hombres y la belleza de sus mujeres”, aunque, en los últimos años, también por haberse convertido en uno de los bastiones del tráfico de drogas y de famosas bandas criminales. Nombres como Los Choneros o Chone Killers en el mundo del hampa no son una coincidencia.

Pero al Chito, en Ecuador, lo adoran. Cada vez que gana una pelea, las redes se inundan de elogios y las calles de Chone son una fiesta. En las dos últimas peleas, la gente puso pantallas afuera de sus locales. En su tierra, los niños y los grandes quieren ser como él. Quieren entrar al octágono o al ring de la vida para desbaratar a quien se ponga al frente, a puño limpio, con tal de alcanzar los sueños.

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Cuando publicó el tuit de que en Ecuador “cualquier webas es político”, hubo todo tipo de reacciones.

“En tu próxima pelea mira a tu oponente como político y dale duro”, le pidió el usuario Édgar. Óscar le dijo: “Venga y cáigales a puñetes (a los políticos)”.

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Alejandro, en cambio, lo quería de candidato: “(¿)Para cuando una alcaldía, rey (?), y no porque seas huevas sino porque ya te toca”.

También hubo quienes le advirtieron. Leonardo: “Estimado, no la vaya a embarrar, de la gloria que le ha dado el deporte, no cruce la línea hacia la política”. La cuenta AlFaroLibre le tomó la palabra: “Guardaré este tuit para las próximas elecciones”.

Hermano en la política

Mientras Chito Vera lograba, con sudor y sangre, éxitos en sus peleas, en Ecuador su hermano mayor, Marlon Humberto (de 33 años), se abría paso en los negocios y la política. Abogado de profesión, en Chone es más conocido por su emprendimiento de refrescos embotellados que distribuye en locales comerciales.

Es gerente de la empresa de bebidas y cada vez que puede no duda en sacar pecho por su próspero negocio, en el que también apoya Chito desde el exterior.

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Marlon Humberto también es político y ha anunciado su precandidatura a la Alcaldía de Chone. Aunque no ha precisado el nombre de la organización política que lo respalda, este fin de semana fue evidente su adhesión al correísmo.

Antes de decidirse por el movimiento de Rafael Correa, había dado su palabra para participar por Centro Democrático, cuyo máximo dirigente es el exprefecto de Guayas Jimmy Jairala. Ambas organizaciones, no obstante, son aliadas.

Cuando Jairala fue prefecto (2009-2018) contrató a Marlon Humberto como director del Centro Integral de Equinoterapia, un área de su especial interés, pues es conocida la afición del experiodista por los caballos.

Enrique Menoscal, dirigente de Centro Democrático, lo recuerda como “un buen muchacho” que trabajó en la Prefectura del Guayas y que, de vez en cuando, solía enviar refrescos de regalo.

En febrero pasado, incluso, Marlon Humberto fue presentado como la opción de Centro Democrático para la Alcaldía de Chone, pero de pronto “en mayo se fue” a la Revolución Ciudadana, explicó Menoscal.



‘Chito’, promotor de campaña

El sábado pasado, 4 de junio, después de una intensa campaña de expectativa, Chito llegó desde Estados Unidos a Chone, con el fin de manifestar públicamente su apoyo a su hermano.

“Mi familia siempre me ha apoyado… Mis hermanos, mis padres… Él (Marlon Humberto) es un abogado que siempre ha sido un apasionado por la política; ahora que quiere ser alcalde de esta ciudad, estoy seguro de que lo va a hacer (bien); lo voy a apoyar siempre”, dijo Chito en la rueda de prensa.

Tanto es el cariño de los ecuatorianos por el peleador que ese sábado el país entero supo de su visita a Chone y se enteró de que su hermano quería ser alcalde. Y, por supuesto, de que tenía un hermano que se llamaba Marlon, al igual que él y su papá.

¿Bajo el auspicio de qué organización política participaría Marlon Humberto? El precandidato no lo ha anunciado abiertamente, pero está claro que, al menos tras esta visita, tiene el auspicio del correísmo.

Chito, su hermano político y el prefecto de Manabí, Leonardo Orlando (dirigente de la Revolución Ciudadana), se subieron al balde de una camioneta y pasearon por las calles de Chone, al tiempo que la gente se desesperaba por tomarse una foto o una selfi con su ídolo.

Los primeros golpes

El acontecimiento del año en Chone, del que Chito era protagonista, se convirtió en un dolor de cabeza. Él conoce cada centímetro del octágono, puede moverse con facilidad en el mundo deportivo de Estados Unidos, donde vive con su familia directa. Pero, al parecer, no calculó el impacto de su imagen en la política ecuatoriana, radicalizada por los amores y los odios desatados durante el correísmo.

El peleador no imaginó que apoyar a su hermano le significaría tantos golpes en contra. Tras su visita a la escuela El Bejucal y el recorrido de popularidad para Marlon Humberto, una avalancha de críticas lo volvieron tendencia en redes sociales el fin de semana. El quid de los cuestionamientos: que un ídolo del deporte no debería intervenir en política.

Hoy, lunes 6 de junio, Chito reapareció en Twitter para quejarse de que lo han dejado plantado. Nada más y nada menos que por el presidente Guillermo Lasso, rival político de Correa. Pasado el mediodía, Chito escribió en Twitter: “Me hacen venir a Quito para verme con el presidente y cancelan a última hora. No ayudan a ningún deportista y de paso me hacen perder mi tiempo. Gracias por nada”.

Otra oleada de críticas llegó hasta su cuenta. Fueron miles de respuestas. Chito se picó y volvió a la carga siete minutos después.

“Me imagino q (la crítica masiva) es xq apoye a mi hermano en su nuevo proyecto de ser alcalde, el partido que el escoja no tiene nada q ver conmigo. Yo me gano la vida y el futuro de mis hijos con mis puños. Yo apoyo a mi familia como cualquiera de ustedes, mi partido político se llama UFC”, (sic) escribió.

Pero no fue suficiente. Las reprimendas no pararon. Dos minutos después de mencionar a la UFC intentó desmarcarse, de forma más elocuente, de cualquier filiación partidista. “Yo no estoy involucrado en política. Solo quiero lo mejor para mi país”, tuiteó.

Ya fue tarde. Las redes le recordaron a Chito su rol como una figura pública que, aun siendo muy querida, no siempre está para el aplauso.

El candidato Marlon Humberto, mientras tanto, siguió haciendo campaña en su afán por llegar al Municipio de Chone, con la imagen de su exitoso hermano. Puso fotos de cuando eran niños, de cuando crecieron, de cuando Chito llegó para apoyar su campaña por el correísmo. Como dice Chito, tuiteó, “el que quiere puede” (sic). (I)