A simple vista no se ve nada, pero –al inicio del sendero– una placa metálica te desafía: “Túnel de la aventura. Antes travesía de agua, hoy sendero ecológico”, dice en las primeras líneas.

Con solo levantar la mirada se sospecha por dónde es el camino. Es cuesta arriba. El pasto que algunas vacas comen parece una imponente alfombra verde que cobija la ladera que conduce a la boca del túnel.

Areli Terán Viracucha, 20 años, hija de la dueña del sitio, es ágil y delgada, se mueve con facilidad y rapidez, cruza las alambradas en un santiamén, corona la cuesta y se ubica en la entrada del túnel acompañada de Pato y Brando, sus dos perros de color negro. —Aquí está la boca —dice señalando con el largo brazo un hueco ovalado en la pared montañosa. —¿Se animan a entrar? —dice, desafiante.

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Areli Terán en la boca del túnel de 200 metros de longitud, que forma parte de los atractivos que ofrece Piscícola El Molino Adventure Park, un sitio turístico ubicado en Lloa, a 20 minutos de Quito, que además ofrece pesca deportiva, restaurante y canchas. EL UNIVERSO. Foto: Alfredo Cárdenas

El túnel tiene 200 metros de longitud, su altura permite caminar, ligeramente inclinado, sin mayor dificultad, salvo en dos partes que es necesario agazaparse para evitar topar la cabeza con las rocas. Cada cierto tiempo aparecen unas aberturas por donde se filtra la luz exterior, Areli las llama ventanas. Son catorce. El trayecto, aunque parece más duradero, solo toma 25 minutos, pero es toda una aventura, porque en los tramos donde no hay ventanas la oscuridad es total. La única luz que se cuela en el interior es la del celular de Areli, que encabeza la travesía.

Areli dice que el túnel es sano, que no tiene mala energía, sin embargo, el misterio no se diluye fácilmente.

Origen del túnel

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“Mi padre decía que cuando le dieron el terreno, en la época de la Reforma Agraria (promulgada en 1973), el túnel ya estaba ahí, porque vio algunos orificios en medio de la maleza, cuando lo descubrió supo que esos orificios eran aberturas que conectaban con el túnel y ahora se las conoce como ventanas”, dice Rosa Yolanda Viracucha, mamá de Areli y propietaria de Piscícola El Molino Adventure Park, en cuyo predio está el túnel.

Ella cuenta que su padre le dijo que, en la década de los 80, tenía muchas vacas y cuando una de ellas parió, la cría cayó en un hueco, entonces, entró a salvar al ternero y descubrió que se trataba de un túnel. Decidió caminar por él hasta llegar al final.

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Después limpiaron todo el túnel, descubrieron que las paredes, el tumbado y el piso eran de piedra. Construyeron gradas en el sendero que lleva a la boca del túnel y decidieron mostrarlo.

“Mi padre contaba que por ahí (por el túnel) antiguamente pasaba el agua hacia Quito, llegaba a donde ahora es el centro histórico y con el pasar del tiempo se derrumbó, solo queda esta parte que nosotros habilitamos”, explica Rosa.

—¿Se acuerda de la batalla del Pichincha? —pregunta Rosa. —Dicen que ha pasado el Sucre (el Mariscal Antonio José de Sucre) por Chillogallo, yo me imagino –prosigue– que por ahí pasó el Sucre y dio la vuelta y salió a la cima de la Libertad y como eso era botado, por ahí se han de ver escondido o han de ver dormido y después han de ver subido, por eso salieron por atrás del Pichincha donde ahora es la cima de la Libertad, concluye Rosa.

Areli Terán enseña a pescar en el Piscícola El Molino Adventure Park, un sitio turístico ubicado en Lloa, a 20 minutos de Quito, que además ofrece restaurante, canchas y un sendero que incluye caminar por un túnel de 200 metros de longitud. EL UNIVERSO. Foto: Alfredo Cárdenas.

El túnel es parte de los atractivos del Piscícola El Molino Adventure Park, emplazado a diez minutos de Lloa, aquí hay restaurante, canchas de fútbol, de vóley, pesca deportiva y, claro, el túnel.

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La pesca deportiva es muy demandada, los turistas pagan lo que pescan al peso. La libra cuesta tres dólares, si prefiere, en el restaurante se prepara al carbón, frita o al vapor, acompañada de arroz, papas fritas y ensalada, también pueden llevar lavadas y listas para preparar en casa.

Cómo llegar

El Cinto es un sitio donde vive la Virgen del mismo nombre, es el paso obligado para llegar a Lloa, desde ahí se la divisa sembrada en las faldas del volcán Guagua Pichincha, rodeada de pastizales verdes, trigales amarillos y una franja de pinos en pleno desarrollo. Más arriba, cuando no hay neblina se ve el volcán, cuyo pico alcanza los 4.784 msnm. Es el emblema de Lloa.

Es una de las 33 parroquias rurales del Distrito Metropolitano de Quito, viven 2.500 personas, a 3.100 metros sobre el nivel del mar, a veinte minutos del barrio Mena 2 del sur de Quito.

Iglesia de El Cinto y al fondo la población de Lloa, a 20 minutos de Quito, ofrece atractivos turísticos, gastronomía y caminatas, incluyendo a Mindo y al volcán Guagua Pichincha. EL UNIVERSO. Foto: Alfredo Cárdenas.

Otros atractivos y gastronomía

La calidez de la gente es única en Lloa, dice Gabriela Cruz, propietaria de Agral, un emprendimiento familiar que nació en plena pandemia con la idea de vender sus propios productos y apoyar al productor local.

Gabriela y su hermano Carlos Andrés son productores de leche, criadores de cerdos y de pollos, entonces, venden yogur, quesos frescos, mozarela y de orégano, mantequilla, leche a granel, helados, frutas, hortalizas, legumbres y huevos de campo, muy apetecidos por la gente de la ciudad. Algunos productos de temporada que siembran los agricultores locales se venden en Agral, concretándose el apoyo a la comunidad. Esta tienda abre todos los días desde las 07:00 hasta las 19:00, buena parte de sus clientes son turistas.

Agral es una tienda de productos elaborados con materia prima propia, ofrece huevos de campo, lácteos, frutas, legumbres, helados (...), está en Lloa, a 20 minutos de Quito, donde hay atractivos turísticos, gastronomía y caminatas incluyendo a Mindo y al volcán Guagua Pichincha. EL UNIVERSO. Foto: Alfredo Cárdenas.

En el pueblo hay pizzas, salchipapas, helados con queso, con licor, pero la comida típica predomina: pristiños, caldo de gallina, asados, parrilladas, cuyes asados, choclos con habas y queso…

La gastronomía evoluciona en Lloa. “Queremos elevar el sabor de la comida típica a una preparación gourmet”, dice Carlos Tixe, propietario de La cueva del oso restaurante, donde se ofrece carne de borrego al carbón.

Del borrego hacemos el yahuarlocro, asado de borrego -nuestro plato principal- seco de chivo, tuétano con lomo y el nuevo plato, el osobuco de borrego. Es un plato nuevo, es la canilla carnuda de borrego preparada al horno con vino blanco, verduras, romero, ajo, aceite de oliva, es delicioso, es una carne magra espectacular, dice Carlos Tixe.

Los ingredientes que se consumen en La cueva del oso como el borrego y los productos agrícolas son de la zona, esto permite dinamizar la economía en el pueblo.

Caminatas

Pero Lloa ofrece mucho más, Carlos Tixe cuenta que se puede hacer la ruta de las siete cascadas siguiendo el camino al río Cristal. La ruta Lloa - Mindo, explica que hasta el río Cristal se llega en auto y desde ahí se camina unas seis horas hasta Mindo. El costo es 40 dólares por persona, incluye transporte, guía y alimentación.

Otra aventura que se practica es el ascenso al Guagua Pichincha, que consiste en subir en auto hasta el refugio y caminando se conquista la cumbre, el costo es de 30 dólares. Pero hay una caminata más larga, se llama la ruta integral del Pichincha, se camina unas seis horas y se coronan cuatro cumbres: Guagua Pichincha, Padre Encantado, cerro Ladrillos y el Ruco Pichincha. Esta ruta cuesta 45 dólares por persona, incluye transporte, guía y alimentación. También se camina en las noches de luna llena.

Pasado el mediodía, con la brisa suave y fresca, Areli regresa a su casa que esta junto a las piscinas donde habitan muchísimas truchas y continua sus clases virtuales de Administración de empresas, siempre en compañía de Pato y Brando (I).