Cuando el relleno sanitario El Inga se mantuvo cerrado tres días debido a la manifestación de los moradores de las comunidades de Pifo, en el nororiente de Quito, las dos estaciones de transferencia que reciben más de dos mil toneladas de basura diarias colapsaron al acumular los desechos de toda la capital.

Desde su reactivación, el 26 de enero de 2022, Omar Landázuri gerente de operaciones de la Empresa Metropolitana de Gestión Integral de Residuos (Emgirs), ofreció que la transferencia de la basura se normalizará en una semana aproximadamente.

Sin embargo, siete semanas después la basura se sigue acumulando en estas estaciones. Así lo informó un funcionario que pidió mantener su nombre bajo reserva, quien dijo a este Diario que hasta el viernes 11 de marzo registraron promedios de 600 a 800 toneladas diarias en la estación del sur, ubicada en la avenida Simón Bolívar, cerca del intercambiador de Guajaló.

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Según la página web de Emgirs, la estación (ET Sur) cuenta con 16 tractocamiones con capacidad máxima de 30 toneladas. Es decir, si todos los camiones transportan a su carga máxima lograrían transferir 480 toneladas, pero la realidad es otra. En esta estación normalmente cuentan con cuatro unidades, cuando existe una gran acumulación, envían dos tractocamiones desde la estación del norte, es decir, “se tapa un hueco, pero se abre otro; las demás unidades están dañadas o los choferes con descanso”, mencionó el funcionario.

Entre las unidades dañadas se encuentran seis que fueron atacadas por manifestantes de las comunidades cercanas al relleno sanitario del pasado 25 de enero.

En este lugar la basura de los camiones recolectores es depositada en un galpón y pasa a una tolva (conducto en forma de pirámide) que conduce a un sistema de compactación, antes de ser ingresada a los tractocamiones. “En la actualidad no se realiza separación de material reutilizable (reciclaje) en esta zona de operaciones, sin embargo, se cuenta con una planta de separación de residuos sólidos urbanos, que es manejada directamente por la Emgirs-EP en otra área de la estación de transferencia”, dice el sitio web.

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Esto tampoco se cumple, según el trabajador de la estación, pues aseguró que la planta de reciclaje fue puesta a prueba por unos meses y se dañó. “Actualmente está inhabilitada y para que entre en funcionamiento tienen que cambiar varias piezas porque están oxidadas”, puntualizó.

A la estación de transferencia del norte, ubicada en Zámbiza, llega la mayor parte de la basura recolectada en Quito. Pero la falta de tractocamiones que transporten los desechos hacia el relleno sanitario también genera la acumulación. Según el sitio web de Emgirs, cuentan con 16 unidades.

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Según la información que llegó a este Diario, en total cuentan con una flota de diez tractocamiones, cuatro para la estación del sur y seis para la del norte. Cuando existe acumulación en una de estas destinan vehículos de la otra, corrigiendo el problema de manera emergente, pero creando acumulación en la que quedó desabastecida de vehículos.

Para la experta en temas ambientales Verónica Arias, la acumulación de basura en las estaciones de transferencia responde a un mal manejo de la empresa municipal. Además, puntualizó que la basura no puede permanecer por un tiempo superior a dos horas y media por un ámbito técnico y ambiental ya que empieza su proceso de descomposición, generando lixiviados (líquido tóxico producto de la descomposición de la basura) y mal olor.

Relleno sanitario El Inga

Un problema más grande, a juicio de Arias, es la saturación del relleno sanitario El Inga, ubicado en Pifo, una parroquia al nororiente de la capital.

Según el alcalde Santiago Guarderas, están próximos al lanzamiento del cubeto 11 (un nuevo espacio para depositar la basura) porque el número 10 ya terminó su capacidad. También aseguró que los estudios se realizan en conjunto con el Ministerio del Ambiente, Agua y Transición Ecológica y que en estos días lanzarán los términos de referencia. “Mucha gente cree que ya no tiene que abrirse ningún cubeto, (pero) todos los técnicos especialistas han señalado que es necesario, se puede hacer el cierre, pero siempre será necesario un cubeto adicional para poder tratar los lixiviados que siempre van a quedar”, agregó.

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En una entrevista pasada, la gerenta de Emgirs, Maricruz Hernández, dijo a EL UNIVERSO que trabajan en los estudios de un nuevo relleno sanitario y ofreció anunciarlo en abril de este año. Hasta entonces, aseguró que cuentan con espacios aprovechables en el actual relleno que estarán disponibles para depositar los desechos hasta mediados de 2022 cuando deberá estar lista la construcción del cubeto 11.

Arias difiere con esto, según la ambientalista, el relleno ya está colapsado y no puede seguir recibiendo más basura.

Se solicitó una nueva entrevista sobre el tema a Emgirs, sin embargo, hasta la fecha de publicación de esta nota informativa respondieron que trabajan en la elaboración de un informe sobre la situación de las estaciones y el relleno sanitario. (I)