Cuenca

Un nuevo crimen conmocionó a los cuencanos este martes 12 de octubre. Un adulto mayor fue brutalmente golpeado por dos hombres que le exigieron dinero a cambio de su libertad, pero ante la supuesta negativa no tuvieron piedad en asesinarlo y hasta robarle su vehículo.

Por ahora, la Policía está tras la pista de los presuntos responsables.

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La víctima, identificada como Rodolfo Campoverde, tenía 70 años de edad, vivía en el sector de Totoracocha, en el este de Cuenca, y según las primeras versiones oficiales acudió a una casa rentera de su propiedad, ubicada en la misma cuadra, por llamado de unos supuestos interesados.

Acudió con su hija y una vez dentro del inmueble fueron sometidos por los dos hombres. A ella la maniataron, la llevaron a otra habitación mientras que a él le exigieron $ 15.000 para dejarlo en libertad, según confirmó Roberto Campoverde, comandante encargado de la zona 1 de Policía.

Como no accedió al chantaje los dos sujetos lo golpearon con tal crueldad y saña que le quitaron la vida. Inconformes con eso huyeron para llevarse su camioneta que estaba estacionada a pocos metros, de acuerdo con las indagaciones policiales.

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Según el uniformado, la alerta la recibieron desde el ECU911 aproximadamente a la 01:00 de este martes 12, pero se presume que el crimen se cometió entre las 17:00 y 18:00 del lunes pasado. La razón para que se haya descubierto luego de seis horas fue porque la hija estaba maniatada y tuvo que forcejear sola hasta liberarse.

Por ahora se desconoce el paradero de los presuntos asesinos, pero la Policía tiene una pista: en el lugar de los hechos se encontraron dos pasaportes de ciudadanos venezolanos, por lo que la Policía los considera como sospechosos del caso.

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En el levantamiento del cadáver realizado por las unidades especiales como Criminalística, Dinased y Policía Judicial se determinó que el cuerpo estaba lleno de moretones y golpes, aunque la causa específica de la muerte se determinará en las próximas horas a través de la autopsia de ley.

El uniformado agregó que, al parecer, los hombres que mataron al ciudadano ya conocían sus movimientos por un seguimiento previo que habrían realizado. Pero un aspecto que complica la investigación, a decir de Campoverde, es que la víctima no solía firmar contratos con sus inquilinos, sino únicamente tener acuerdos verbales con ellos por lo que no hay registros certeros que permitan comprobar si los culpables son los dueños de los pasaportes olvidados.

Con todos estos elementos se presume que el móvil del asesinato sería la extorsión. (I)