Como porciones de algodón, la neblina se mueve despacio sobre la selva casi virgen de Sarayaku, y el río, iluminado con los primeros rayos del sol, con delicado equilibrio -como pidiendo permiso- se abre paso llevando consigo la rica y abundante fauna que se traduce en bienestar, en alimento, en vida, a lo que ellos, los habitantes de esa tierra fértil llaman selva viviente o kawsak sacha, en kichwa.

El joven nativo de Sarayaku, cineasta y director Eriberto Gualinga, desde el aire, muestra la magia de su tierra en Helena de Sarayaku, una película de 70 minutos, subtitulada al español, francés, inglés y alemán.

Diez documentales en una maratón de 7 horas

El canto y la voz en off de su mamá, Corina Montalvo, de 87 años, surge en medio del concierto de sonidos de la selva: “En el tiempo antiguo, la ardilla también era gente, todos eran personas, el mono machín y todos los otros seres. La selva es viva, el agua es viva, todo es vivo, la tierra es viva. Todos nosotros tenemos nuestra propia forma de vida y ellos la suya. Así como nosotros llegamos y entramos a nuestra casa, ellos hacen lo mismo… Si ellos se enamoran de ustedes, les atrapan y pueden llevarlos adentro del río, que es su casa. Allí vive gente”. Así, con estas frases y el canto antiguo, que evoca buena energía, se empieza a configurar el concepto de la Selva viviente, principal mensaje de la película.

Publicidad

Fotografía tomada durante la filmación de la película 'Helena de Sarayaku', del cineasta Eriberto Gualinga, que pretende difundir el concepto de la selva viviente o kawsak sacha, en kichwa. Cortesía Foto: Eriberto Gualinga
-¿Qué es la selva viviente?

-A nosotros, desde niños nos enseñan que la selva es viva, dice Eriberto, que los árboles son vivos, que los ríos, las cascadas y las lagunas tienen dueños, que no debemos hacer ruido durante la cacería, que no debemos burlarnos de los animales, que no debemos golpear los árboles sin una razón, porque son las casas de los seres que ahí habitan. Nosotros siempre hemos respetado a la selva.

Lanceros y cazadores en Sarayaku

Ahora los líderes de Sarayaku, para defender a la Amazonía, proponen que la selva es viva y que sea considerada como un sujeto de derechos como el hombre mismo, que nosotros somos parte de ella, que no somos dueños. Ahí existe desde el animal microscópico hasta un animal grande, que incluyen también los árboles, todo. Ahora, lo han plasmado en papel y están luchando para que se reconozca como un derecho, dice Eriberto.

Nosotros tenemos grandes áreas, grandes reservas, entramos a cazar cuando hay fiestas o en vacaciones y el resto del tiempo la selva pasa regenerándose. Esos lugares son vivos, son áreas de regeneración, áreas que mantienen el equilibrio de nosotros y del planeta. En las vacaciones vamos a sentirnos más vigorosos, a llenarnos de la energía de la selva, a olvidarnos de los celulares, de las computadoras por unos quince o veinte días, luego regresamos a la comunidad a seguir luchando, explica Eriberto.

Publicidad

La selva viviente es en donde están los seres protectores, que a simple vista no los vemos, pero están ahí. Los chamanes nos dijeron que ahí están los seres que mantienen el equilibrio y protegen la selva como el Amazanga, dueño y protector de los animales; el Yaku Runa, protector de los ríos; el Pasu Supay, protector de las montañas; el Kuchu Supay, protector de las lagunas; el Yashingu, ser que advierte dónde cazar. Nosotros hemos escuchado golpear las raíces de los árboles grandes y hemos sentido temblar la tierra, así nos avisa que ahí están los animales para cazar. Hay muchos signos que no vemos, pero escuchamos, hay gritos, silbidos… eso es la selva viviente, asegura Eriberto.

Eso es lo que defendemos, lo que queremos que entienda el mundo, que hay gente protegiendo, pueblos luchando y otros seres que tienen derechos como nosotros, dice.

Publicidad

Helena Gualinga (d), protagonista de la película 'Helena de Sarayaku', del cineasta Eriberto Gualinga, que pretende difundir el concepto de la selva viviente o kawsak sacha, en kichwa. Cortesía Foto: Eriberto Gualinga

El guion inicial de la película pretendía difundir al mundo el concepto de la selva viviente, a través de una voz juvenil como Helena, pero tres episodios desarmaron de un tajo ese guion. Las inundaciones de mediados de marzo de 2020, el confinamiento por la pandemia COVID-19 y una conversación entre Helena y un líder de la comunidad.

Las escenas de la inundación, en la película, aparecen ligadas al cambio climático, como consecuencia de la actividad petrolera y la tala de árboles para la industria maderera.

La pandemia permitió mostrar la frágil infraestructura médica y la fe en su medicina ancestral.

El diálogo entre la protagonista y un líder de la comunidad en donde él dice: “tú tienes que hablar todo lo que yo dije, pero en inglés, allá, fuera del país”, motivó al equipo a viajar a Nueva York a filmar a Helena en la marcha juvenil de la Cumbre climática.

Publicidad

La modificación del guion alargó el tiempo de duración de la película, pero se consiguió potenciar el mensaje, incluso, se incorporaron escenas de la tradicional fiesta Uyantza Raymi que, por efectos de conservación de la fauna, se celebra cada tres años.

Empecé a filmar a finales de 2019, cuenta Eriberto, todo iba bien hasta que nos agarró las inundaciones, se hizo a un lado la filmación, porque nos quedamos llenos de lodo, con los caminos destruidos y, en seguida, llegó la pandemia, ahí se quedó la película.

En los días previos a la inundación, ya habíamos empezando a editar con el Pocho Álvarez, después, nos quedamos seis meses incomunicados, sin internet, él estaba en Quito y yo en Sarayaku, revela el cineasta.

A finales de 2020, Eriberto Gualinga y César Antonio Álvarez, conocido como Pocho Álvarez retomaron la edición y en febrero de 2021 quedó lista la película Helena de Sarayaku.

La protagonista es hija de Anders Siren, ciudadano sueco, Ph. D. en Desarrollo Rural, doctor en Biología y Geógrafo. Actualmente vive en Sarayaku. Su madre es Noemí Gualinga, ecuatoriana, nativa del pueblo originario Kichwa de Sarayaku, forma parte del colectivo Mujeres Amazónicas Defensoras de la Selva, y terapista de profesión, graduada en un prestigioso instituto de Suecia.

QUITO (12-11-2021).- Helena Gualinga, protagonista de la película Helena de Sarayaku, del cineasta Eriberto Gualinga, que pretende difundir el concepto de la Selva viviente o Kawsak Sacha, en kichwa, durante la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático COP26, en Glasgow, Escocia. Fotografía: Alice Aedy.

Helena tiene 19 años, habla kichwa, español, inglés y sueco. Sus estudios primarios los hizo en la escuela Tayak de Sarayaku y en la ciudad de Puyo. La secundaria estudió en Finlandia. Actualmente está de vacaciones y pronto empezará sus estudios en la universidad.

Helena es la tercera de cuatro hijos, ella conserva como primer apellido el de su madre, en Suecia existe esa opción.

Antes de la pandemia, Helena estuvo de vacaciones y visitó Sarayaku, entonces Eriberto empezó a filmar.

La segunda vez que Helena regresó a Sarayaku lo hizo para la fiesta de Uyantza Raymi, pero a los pocos días ocurrió la inundación. Cuando se disponía a viajar a Finlandia llegó la pandemia y se quedó confinada en Puyo. Volvió a Sarayaku como voluntaria con los primeros medicamentos que los líderes habían logrado conseguir.

-¿Por qué eligieron a Helena como protagonista?

-Nosotros analizamos cómo llevar el mensaje de la selva viviente hacia otros espacios, explica el cineasta, vimos que hoy hay jóvenes mixtos como Helena, Nina, los hijos de Sabina y José, que son de aquí y de Europa, que hablan francés, inglés, kichwa y español. Nos pareció interesante cómo Helena se desenvuelve muy bien en los dos mundos, habla fluido el kichwa, el inglés y el español, aquí no la consideran extraña y en Europa tampoco, porque es sueca.

Helena Gualinga, protagonista de la película Helena de Sarayaku, del cineasta Eriberto Gualinga, que pretende difundir el concepto de la Selva viviente o Kawsak Sacha, en kichwa, durante la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático COP26, en Glasgow, Escocia. @Midia India/ Foto: Eric Marky.
-¿Cómo ha evolucionado su técnica después de su primera película en 2002?

-De mis películas, esta es la más completa a nivel técnico. Filmamos en un formato nativo con mezcla de audio. Los sonidos son el resultado del canto de mi mamá y de dos instrumentos: el julawatu, que es una flauta traversa, y el piguano, que es un flautín de hueso o de bambú. Esto se digitalizó y sonorizó. Después de muchos años de trabajo he logrado hacer una película con todos los pasos que siempre quise.

Sobre el director:

Eriberto Gualinga tiene 44 años, es originario del pueblo kichwa de Sarayaku.

Es licenciado en Cine por la Universidad de las Artes de Guayaquil. Su acercamiento al cine ocurrió a sus 20 años, en 1997, cuando empezó a contar la historia sobre la defensa de la selva ante la presencia de la empresa petrolera respaldada por el Estado con presencia de militares en su territorio.

SARAYAKU, Pastaza. Eriberto Gualinga, director de la película Helena de Sarayaku, durante la fiesta tradicional Uyantza Raymi, recibe chicha de manos de su esposa Cindy Vargas. EL UNIVERSO Foto: Alfredo Cárdenas
Su obra:
  1. En 2002 hizo su primera película, Soy defensor de la selva.
  2. En 2006, El conocimiento del hombre de la selva.
  3. En 2008, El camino de las flores, un proyecto de frontera de vida, en donde Sarayaku se propuso delimitar su territorio ancestral con flores, árboles y sembríos. La llamaron la frontera de vida.
  4. En 2012, Los descendientes del jaguar. Este trabajo fue premiado por National Geographic. Aborda el viaje de una delegación de Sarayaku a San José de Costa Rica para asistir a la última audiencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos donde se decidía si Sarayaku sufrió violación de sus derechos humanos, debido a la incursión de la Compañía General de Combustibles (CGC), de Argentina, con permiso del Estado a su territorio con fines de explotación petrolera, en 1996.
  5. En 2012, La canoa de la vida. Cuenta que Sarayaku se propuso llevar una canoa de 13 metros de longitud, a la COP21, como un signo de reconquista, un signo de defensa de la selva como un aporte para el mundo, porque la selva es vital para la existencia de la humanidad.
  6. En 2020, El retorno, se hizo con la colaboración del periódico The Guardian de Inglaterra.
  7. En 2021, Helena de Sarayaku, película que se estrenará en 2022 y procura establecer y difundir el concepto de la selva viviente.

La película, Helena de Sarayaku, que se estrenará en 2022, recibió el apoyo económico de la Organización Católica de Alemania Misereor, que asumió los gastos de producción, posproducción y alquiler de equipo, mientras que Amazon Watch pagó el viaje, la estadía y la filmación en Nueva York y Finlandia. (I)