Fue una de sus experiencias más gratificantes. En 1999, cuando Christian Benítez tenía 13 años, Germán Baños fue su maestro de Educación Física. En ese tiempo no era uno de los íconos del fútbol ecuatoriano ni el jugador que brilló en el extranjero, pero su profesor siempre identificó sus cualidades deportivas y personales.

“Yo era maestro en la Escuela Fiscal Dr. Camilo Gallegos Toledo, Chucho en ese entonces era mi alumno cuando cursaba el sexto grado, y, además, yo le entrenaba para los campeonatos interescolares, realmente era un niño con mucha destreza para el fútbol”, señaló.

El maestro que cumplió 25 años de docencia aseguró que siempre guardará un espacio especial para recordar a Benítez.

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Él, al igual que los aficionados al fútbol ecuatoriano, no se imaginó que una complicación médica se llevaría la vida del Chucho, cuando tenía 27 años y jugaba en la liga de Qatar, en 2013. Este año se cumple una década de su partida.

Christian Benítez fue delantero del Club Deportivo Nacional y la selección de Ecuador. También jugó en el extranjero. Foto: Archivo El Universo

El profesor ha sido entrenador de fútbol de sus alumnos, pero también de bastoneras y minibásquet, deportes en los que ha logrado alcanzar los primeros lugares en varios campeonatos intercolegiales.

Baños inició su trayectoria de maestro en 1998, en la Escuela Fiscal Ejército Nacional. Actualmente labora en la Unidad Educativa Fiscal Eugenio Espejo, en Quito.

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Uno de sus retos más importantes, relató, ha sido trabajar con niños con discapacidad, pero su vocación y amor al trabajo le permitieron romper barreras: “Brindamos las mismas oportunidades de aprendizaje para todos los estudiantes a fin de garantizar la educación inclusiva y de calidad”, señaló.

En el pasado impartió su clase a dos alumnas, para quienes una silla de ruedas y una prótesis de pierna no fueron obstáculo para demostrar esfuerzo y perseverancia.

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Para el profesor, la educación física no solo se trata de deporte, sino que es una materia de reflexión con la que sus estudiantes cultivan el pensamiento crítico de sí mismos, les motiva a dar lo mejor de cada uno y cambiar sus actitudes para que sean hombres y mujeres saludables.

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Uno de los valores importantes que señaló Baños es el de enseñarles a hacer las cosas con tenacidad, que luchen y hagan las cosas “con amor y felicidad”. Sus hermanas mayores también fueron alumnas del mismo profesor. “Tienen bonitos recuerdos de la materia y siempre hablan del profe Germán con cariño”, aseguró. (I)