Este fin de semana, en Tulcán se desarrolló la Feria del Truque 04, espacio de intercambio y comercio organizado por la Municipalidad como alternativa para reactivar la economía rural.

Pequeños productores, emprendedores, artesanos, promotores eco-turísticos, y guisanderas del sector ofertaron frutos, artesanías, alimentos elaborados, espacios de esparcimiento, platos tradicionales, entre otros servicios.

Arribaron agricultores de diversas zonas de Tulcán para canjear patatas por piñas o mellocos por yuca; mientras que granjeros intercambiaron o vendieron cuyes, pollos, conejos, tilapias, truchas o cerdos.

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Verduras, frutas, hortalizas, legumbres, plantas medicinales, cosechas exóticas y fragantes como arazá, borojó, entre otros, fueron el atractivo de este encuentro campesino que salió al centro poblado a promocionar su producción y obtener réditos.

Cristian Benavides, alcalde de Tulcán, consideró que este tipo de propuestas intentan rehabilitar el patrimonio agrícola campesino de nueve parroquias rurales que están asentadas en la línea de frontera, golpeadas por la pandemia de COVID-19.

Unos 300 metros cuadrados de la calzada de la avenida Manabí, junto al parque Isidro Ayora, fueron cercados para promocionar los productos, donde fueron instalados medio centenar de carpas que se convirtieron en la vitrina de la producción de la ruralidad local.

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En una piscina adaptada con geomenbrana en el parterre de la avenida Manabí, los ciudadanos podían atrapar truchas que luego eran comercializadas por kilos. Esta fue una de las atracciones del evento.

También se realizaron paseos en caballo. Quesos en distintas presentaciones, dulces de varias frutas en envases de cristal, derivados de miel de abeja, frutos deshidratados, panela, fueron parte de esta propuesta comercial.

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“El COVID-19 no puede seguir frenando la producción agropecuaria y procesos de comercialización manteniendo estático y deprimido a este sector, por lo que estamos abriendo nuevas ventanas para visibilizar los productos y manufactura local”, dice Benavides.

El comerciante Guillermo Mora relató que tras el encierro comenzó a trabajar en casa elaborando artículos pequeños en metal como portadores de celulares.

Mientras que, Mariela Íñiguez, quien viaja dos veces a la semana al noroccidente, Chical y Maldonado, a 100 km de Tulcán, donde vende verduras y hortalizas y trae mora, naranjilla, plátano, yuca, dijo que creó un emprendimiento de comercio familiar y que intercambió mora, arazá, papaya, panela, limón, naranjilla y plátano de la zona caliente por papa, habas, mellocos y cebolla.

Delia Chaputiz, quien vende manualidades que confecciona en su hogar, comentó que fue una gran oportunidad participar en este tipo de ferias, donde comercializó buzos y adornos de mesa y baño.

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El ambiente fue amenizado por artistas locales que también se reactivaron volviendo a la tarima en vivo, en un evento que recibió durante sábado y domingo a más de cuatro mil personas, respetando el distanciamiento físico y usando mascarillas. (I)