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Eugenio Arellano y su legado en favor de las comunidades afrodescendientes; terminó su obispado de 26 años en Esmeraldas y ahora concluirá su sacerdocio en Tumaco, Colombia

Su lucha por la defensa de los territorios, de la naturaleza y de la educación es parte de su carta de presentación, cuentan esmeraldeños.

ESMERALDAS. Monseñor Eugenio Arellano durante su despedida de los feligreses y del pueblo de Esmeraldas. Fue obispo durante 26 años, pero su obra en esta tierra comenzó en 1977, en las zonas fronterizas. Ahora, próximo a cumplir 77 irá a Tumaco, Colombia, a impartir la fe. Foto: Luis Freire Foto: El Universo

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Esmeraldas-Redacción

“He visto a Dios en el pueblo esmeraldeño, un Dios que no le he visto ni en los libros cuando estudié Teología en París”, expresó Eugenio Arellano Fernández, quien por 26 años se desempeñó como obispo de Esmeraldas.

Aquella función culminó este jueves 2 cuando Antonio Crameri asumió formalmente el cargo de obispo. Antes, en el 2019, Arellano anunció que envió su carta al papa Francisco en la que le exponía que debía presentar su renuncia obligatoria como manda el Derecho Canónico, porque estaba por llegar, en ese año, a los 75 años de vida.

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Arellano, quien está próximo a cumplir 77 años (el 11 de noviembre), cierra así un capítulo de 26 años continuos de liderar y guiar en la fe a los habitantes esmeraldeños, donde ha experimentado jornadas de lucha, de servicios, de acompañamiento a la población afroecuatoriana y también de reclamos a las autoridades políticas de turno por las necesidades y demandas que han tenido las comunidades a lo largo de todos estos tiempos.

Fue consagrado obispo de Esmeraldas el 20 de agosto de 1995.

Arellano Fernández continuará su labor como sacerdote en Tumaco, Colombia, con las comunidades afrodescendientes. Allá se moverá entre esa zona del país vecino y en las poblaciones fronterizas de San Lorenzo (en el lado ecuatoriano), donde estuvo en sus inicios como clérigo.

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Su labor y sus luchas, sobre todo, por las comunidades afrodescendientes y por las poblaciones con más necesidades básicas, vienen desde 1977 cuando fue enviado, desde España, como misionero al vicariato de Esmeraldas.

ESMERALDAS. Monseñor Eugenio Arellano portando la bandera de Esmeraldas durante el acto que se dio por el cambio de mando eclesiástico en esta provincia, en la Plaza Cívica de Esmeraldas, este jueves 2 de septiembre. Foto: Luis Freire Foto: El Universo

Ya en esta provincia trabajó primero en San Lorenzo, visitando los pueblos y recintos del campo, recoge el portal de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana. Y en 1982 fue nombrado párroco de la iglesia Santa Marianita en Esmeraldas. Todo esto, 18 años antes de ser designado obispo.

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Por eso, la gran mayoría de esmeraldeños y de habitantes de las poblaciones del norte de Ecuador lo conocen y lo recuerdan como impulsor de obras, proyectos y ayudas, además de ser su guía espiritual.

Fue en el cantón San Lorenzo, en la frontera norte binacional, donde él inició sus ”grandes compromisos sociales”, recuerda Jacinto Fierro, quien fue su asistente en la zona fronteriza y hoy es su representante en la Universidad Católica de Esmeraldas. En esa época no había conflictos y amenazas como ocurre en la actualidad en San Lorenzo, agrega.

Pero Arellano, junto con organizaciones afro del norte y con la Pastoral Social, ha luchado también por la defensa de la naturaleza y en contra de la minería y de la tala de bosque irracional.

“Es una pelea entre los que tienen el poder económico y el pueblo que defiende la naturaleza y sus territorios”, asegura Fierro. Con la Red de Comunidades del Norte (Redcone) presentaron además una acción de protección desde el 2018, por daños ambientales, a la salud y a los suelos.

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Y en Esmeraldas, en la capital de la provincia que lleva el mismo nombre, es recordado por diversas generaciones por liderar, ir en primera línea, diversas marchas en favor del pueblo. Una de estas fue la del recordado como el paro de los doce días para que el Gobierno nacional atienda a Esmeraldas, que fue afectada por un incendio de gran magnitud que cobró vidas, devastó a decenas de familias y dejó incuantificables pérdidas materiales y económicas, producto de un derrame de petróleo que se dio el 26 de febrero de 1998.

Luego vinieron otras marchas en las que participó también en primera fila. Su figura era notoria porque iba con su sotana blanca. Una de estas caminatas pacíficas fue en julio del 2002 por el cantón La Concordia, que en ese entonces era de Esmeraldas (por consulta popular en el 2012 pasó a ser de Santo Domingo de los Tsáchilas). “Que La Concordia no sea segregada de Esmeraldas”, dijo en el 2002 cuando comenzaron las disputas entre provincias por este territorio.

Parte de sus causas populares han quedado plasmadas en un proyecto para formación artesanal de jóvenes y adultos en la zona norte. También se destaca la reinserción a la sociedad de jóvenes que andaban en pandillas o en consumo de alcohol, así como otros programas para dar educación y capacitación (a través de talleres como carpintería) a diversas generaciones. Uno de estos planes fue Chicos de la Calle.

En los cantones de San Lorenzo y Eloy Alfaro también trabajó para defender y promover la educación y los saberes ancestrales de las comunidades afro fronterizas.

El sacerdote que apaciguó a bandas juveniles

Sacoto Cevallos, docente y artesano en gastronomía, recuerda a Eugenio Arellano como el sacerdote de sotana blanca que bajaba a los barrios bajos de la ribera del río Esmeraldas, en la época de rivalidad entre las denominadas pandillas juveniles.

ESMERALDAS. El obispo entrante de Esmeraldas, Antonio Crameri (de izquierda a derecha); el nuncio apostólico, Andrés Carrascosa, y el obispo saliente, Eugenio Arellano, en el acto de cambio de mando eclesiástico, este jueves 2 de septiembre. FOTO: Luis Freire Foto: El Universo

Ni los militares o policías podían ingresar a solucionar los conflictos juveniles”, señala Rosa Caicedo, habitante del barrio Isla Piedad, cuando se sorprendió una noche al observar a un sacerdote con vestimenta blanca en medio de una refriega o disputa. Aquel clérigo era Arellano.

Algunos de esos jóvenes murieron; dos son abogados, también hay futbolistas y otros que continuaron delinquiendo, expuso el propio Arellano. Por ello, agregó, dialogó con la ministra de Inclusión Económica y Social (MIES), Mae Montaño, para que tome proyectos de ayuda social y emprendimiento para los sectores vulnerables.

Fue al ‘infiernillo’

En el 2008, un amotinamiento en el Centro de Rehabilitación de Varones de Esmeraldas obligó, en ese entonces, la presencia del defensor del Pueblo, Omar Mina, y de Eugenio Arellano, por los castigos que recibían los internos, en una celda denominada El Infiernillo, de 1,20 metros de ancho por 1,40 de largo.

El sacerdote con un combo y junto con otras personas derribaron el calabozo de pocos metros cuadrados que estaba ubicado en uno de los patios del centro penitenciario.

Días después se reconstruyó el reclusorio, que posteriormente fue derribado por el expresidente Rafael Correa, mientras anunciaba el Programa de Transformación Penitenciaria en el país.

Arellano, el obispo solucionador de problemas

Con tres palabras o dialogando con Eugenio Arellano” se solucionaban problemas familiares, de la comunidad o que se exponían en la radio Antena Libre, de propiedad del Vicariato Apostólico, recuerda Segundo Zambrano, periodista de esta última emisora.

Es un samaritano que llegó a San Lorenzo y luego párroco en Santa Marianita, destacando en los reclamos sociales e incluso político, en defensa de Esmeraldas”, señala Edilberto Estupiñán, colaborador del vicariato, sobre Arellano.

María García, feligresa de Santa Marianita, conoció allí a Arellano y a Antonio Crameri (el nuevo obispo), quienes trabajaron por su parroquia eclesiástica en varias actividades. A sus 86 años no olvida la compra de productos gastronómicos que le hicieron a su mamá y luego, la misa de réquiem que realizó el exobispo por el eterno descanso de su progenitora.

Karina Perlaza, educadora del Proyecto Salesiano, cuenta que monseñor Arellano apoyó el trabajo pastoral en los barrios urbano marginales y que en la actualidad abarca a unos 510 niños y adolescentes y a 360 familias.

“El papa Francisco adivinó que lo nombraran a Crameri como obispo de Esmeraldas, porque lo conozco y queda representada y en buenas manos la iglesia católica local”, puntualizó Arellano, este jueves.

Un busto del obispo saliente fue construido en la plazoleta de ingreso a la Catedral Cristo Rey, para perennizar su nombre y trayectoria en la provincia verde.

En Tumaco pueden amenazar a los jóvenes

Arellano no tiene temor de continuar su labor sacerdotal en San Andrés de Tumaco (Colombia), luego de su permanencia en Esmeraldas.

A los jóvenes los pueden amenazar, pero no a una persona mayor como yo, que de un golpe me pueden botar al suelo”, indica.

Además, Tumaco, tiene similitud del pueblo negro o afro como los de Esmeraldas, que aspiran a tener esa guía espiritual de la Iglesia católica, dice.

Esmeraldas tiene nuevo obispo: Antonio Crameri

“Regreso con gratos recuerdos de Esmeraldas y que los he vivido en este caluroso recibimiento de mi pueblo y feligreses”, manifestó Antonio Crameri, quien desde este 2 de septiembre asumió el cargo de obispo de Esmeraldas, en reemplazo de Eugenio Arellano.

El discurso de Crameri fue de unos dos minutos, en el acto de recibimiento en la plaza cívica Nelson Estupiñán, en el centro.

Antonio Crameri (quien saluda a los fieles) asumió este 2 de septiembre como nuevo obispo de Esmeraldas. Foto: El Universo

A este espacio público arribó alrededor de las 09:30, acompañado del nuncio apostólico, Andrés Carrascosa, y familiares. También se hicieron presentes las delegaciones de doce iglesias católicas, del vicariato apostólico, Pastoral Afro de Guayaquil y Esmeraldas y de unidades educativas fiscomisionales. Todas le dieron la bienvenida, entre cánticos y alabanzas.

En la mesa principal le esperaban la gobernadora Tania Obando, la prefecta Roberta Zambrano, la alcaldesa Lucía Sosa, entre otras autoridades, quienes agradecieron la labor pastoral que durante 26 años hizo el obispo saliente, Eugenio Arellano Fernández.

La alcaldesa Sosa destacó que siempre tuvo el respaldo de Arellano, quien luchó por la defensa de Esmeraldas. Él fue su guía cuando fue prefecta y ahora como alcaldesa, agregó.

La prefecta Zambrano destacó también el apoyo del vicariato apostólico, que sirvió de centro de acopio para la distribución de víveres, medicinas y brigadas de salud, durante los meses más críticos de la pandemia del COVID-19, en la provincia esmeraldeña.

La gobernadora Tania Obando pidió el apoyo de Crameri para fortalecer, desde la Iglesia católica, la seguridad y la paz en Esmeraldas.

Luego, los obispos entrante y saliente, el nuncio Andrés Carrascosa y el resto de autoridades caminaron ocho cuadras hasta la Catedral Cristo Rey, donde a las 11:00 se inició la misa de cambio de mando de los representantes de la iglesia católica local.

El nuncio apostólico Andrés Carrascosa (con mascarilla blanca), el obispo saliente Eugenio Arellano; la alcaldesa de Esmeraldas, Lucía Sosa; el nuevo obispo, Antonio Crameri, entre otras autoridades eclesiásticas y locales caminaron unas ocho cuadras hasta la Catedral Cristo Rey, donde a las 11:00 de este 2 de septiembre comenzó la misa de cambio de mando de los representantes de la Iglesia católica local. Foto: El Universo

Antonio Crameri es el cuarto obispo designado por el Vaticano para la provincia de Esmeraldas. Sus sucesores fueron Enrique Bartolucci y Ángel Barbizotti, quienes fallecieron en funciones sacerdotales, y Eugenio Arellano, quien anunció viajar a Tumaco (Colombia).

Crameri nació el 4 de enero de 1969, en Lugano, cantón Ticino, Suiza. Fue también párroco de la iglesia San Agustín, en Flavio Alfaro (Manabí); formador de diáconos en Esmeraldas y auxiliar de la Arquidiócesis de Guayaquil. El ingreso a la misa ceremonial en la iglesia Cristo Rey fue restringido y solo autorizado con pases e invitaciones.

Reseña sacerdotal de Eugenio Arellano

Nació en Corella, Navarra, España, el 13 de noviembre de 1944. Ingresó en el Noviciado de la Congregación Comboniana, en Moncada, Valencia. Es ecuatoriano por naturalización.

El 15 de agosto de 1968 continuó sus estudios de Filosofía en Portugal y de teología en París, Francia.

Fue ordenado sacerdote el 18 de diciembre de 1972 en Barcelona, España. Cinco años después (1977) fue enviado al vicariato apostólico de Esmeraldas como misionero y se concentró en San Lorenzo del Pailón, frontera norte binacional.

En 1982 fue nombrado párroco de la iglesia Santa Marianita, en la capital esmeraldeña, en donde prestó también sus servicios el nuevo obispo Antonio Crameri. Además, fue designado superior provincial de los Combonianos Ecuador-Colombia, cargo que desempeñó por seis años, recoge el portal de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana.

Luego fue enviado a París, Francia, como superior y formador de estudiantes de Teología. El 20 de agosto de 1995 recibió la congregación episcopal del entonces nuncio apostólico Francisco Canalini, actuando como consagrante principal.

El 27 de abril de 2017 fue elegido presidente de la Conferencia Episcopal, durante tres años. (I)

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