Luego de una entrevista del presidente de la República, Guillermo Lasso, anunciando que el fin de la pandemia será decretado en el Ecuador en los próximos días, varios especialistas han reaccionado de manera negativa, pues previenen que estas decisiones pueden generar nuevos rebrotes de contagio de COVID-19.

“La pandemia ha terminado en el Ecuador y eso es gracias a un proceso de vacunación que llevamos a cabo hace un año”, expresó ante el canal TC Televisión, el lunes 3 de octubre, y recalcó que este anuncio se daría entre siete y diez días después.

Presidente Guillermo Lasso anunció que se declarará el fin de la pandemia de COVID-19 en Ecuador dentro de diez días

Para el investigador, salubrista y docente de la Universidad de Las Américas (UDLA), Esteban Ortiz, no se puede decretar el fin de una enfermedad infecciosa que continúa afectando a nivel mundial.

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En entrevista con este Diario, señaló que Ecuador no puede excluirse de una pandemia que afecta de manera global a todos los continentes y de la que todavía no se tiene todos los estudios y evidencias.

“Es un error del presidente porque seguramente en diciembre o en enero vamos a tener más casos y hasta ahí quedó la declaración de fin de la pandemia. Por el bien político de él y para que no siga cometiendo errores deberá asesorarse de gente que conozca sobre el tema”, enfatizó Ortiz.

También puntualizó que en Europa existe un repunte de contagios por COVID-19 y que puede corresponder a la llegada de variantes y subvariantes más contagiosas, que no sean resistidas por las vacunas y que pueden llegar a Ecuador en diciembre o enero.

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Para el investigador en temas de salud la pandemia de coronavirus en este año sí ha perdido la importancia capital que representó en el 2020 y 2021. Esto, explicó, que puede ser por la llegada de vacunas, por variantes menos virulentas, menos letales, y mejor preparación de sistemas sanitarios, mayor promoción de salud o mayor cuidado de las personas.

Pese a esto, dijo, que no se puede declarar el fin de una pandemia cuando todavía se mantiene cerca de 40 personas fallecidas en un mes.

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Según el Ministerio de Salud Pública (MSP) desde el inicio de la pandemia hasta el 3 de octubre fallecieron 35.899 personas por COVID-19. Solo en el 2022 cuentan a 1.247 fallecidos confirmados y 307 casos probables.

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El 22 de septiembre, el director de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom, desde la Asamblea de las Naciones Unidas, realizada en Nueva York, Estados Unidos, señaló que durante la pandemia han atravesado un oscuro túnel del que apenas empieza a aparecer la luz, pero que todavía está lejos del final del túnel.

“Aquí en la Asamblea General de las Naciones Unidas, una de las preguntas que más me hacen es, ¿en qué punto nos encontramos, ha terminado la pandemia? En nuestras reuniones con la prensa de las últimas dos semanas he dicho que la pandemia no ha terminado, pero que ya estamos viendo su fin en el horizonte. Ambas afirmaciones son correctas, pero que podamos ver el fin, no significa que hayamos llegado al mismo”, expresó.

Según Adhanom la situación sí es mejor que antes, porque el número de muertes desciende cada semana a nivel mundial y representa el 10 % de las muertes registradas en enero de 2021.

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También recalcó que ya se ha vacunado a dos tercios de toda la población del mundo, entre ellos, el 75 % de trabajadores sanitarios y personas mayores.

“Las restricciones han terminado en la mayor parte de los países y la vida se asemeja mucho a la vida antes de la pandemia, pero 10.000 muertes por semana siguen siendo demasiadas, sobre todo cuando la mayoría se podría evitar”, enfatizó.

Para la epidemióloga Andrea Gómez no se puede hablar del fin de la pandemia cuando no se han alcanzado niveles altos de vacunación contra el coronavirus, al menos, en la primera y segunda dosis de refuerzo.

Según el Vacunómetro, herramienta del MSP, se ha vacunado a un total de 7′256.683 personas, alcanzando el 52,83 %. En la segunda dosis de refuerzo, hasta el 3 de octubre fueron 2′080.194 vacunas aplicadas, dando un equivalente del 15,12 % de la población inoculada.

El Gobierno ha anunciado varias campañas y alianzas con la empresa privada para promover la vacunación contra el COVID-19. Foto: Carlos Granja / El Universo Foto: El Universo

A esto, Gómez le sumó que es un error tomar en cuenta únicamente a los indicadores de mortalidad y número de ingresos hospitalarios cuando eso es lo que se trata de prevenir. “Ese no debería ser el indicador, todavía tenemos casos, todavía hay mortalidad, por lo tanto hablar de que se ha controlado la situación en el país es falso”, agregó.

Enfatizó en que todavía existen picos de contagio, pero que no se habla de ello porque únicamente se expone el nivel de mortalidad, que sí ha disminuido. A su juicio, mientras no exista una estabilidad en las curvas de aparición de los casos, no se puede hablar del fin de la pandemia.

“Son errores de comunicación por parte del presidente que generan una falsa sensación de seguridad en la población y que junto al retiro de la mascarilla y medidas de cuidado reduce la eficacia de la vacunación (…) Tenemos una población que no está al 100 % protegida y que más bien, en vez de dar una comunicación de protección, de cuidado, de motivar la vacunación, se habla del término de una pandemia”, aseveró la epidemióloga.

En otro de los factores en los que los expertos señalan mayor énfasis para no declarar por terminada una pandemia es en las secuelas que está causando el virus.

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Según Ortiz, declarar por terminada la pandemia sería restar importancia a casos de pospandemia, en donde se deberían aumentar las medidas de recuperación.

Recalcó que, en los datos arrojados por investigaciones, el 50 % de personas que se contagiaron de COVID-19 han presentado secuelas después de superar al virus.

“Todo el mundo está cansado de este virus, pero no podemos decir que se acabó la pandemia que está dejando niños huérfanos, alteraciones a largo plazo denominadas ‘Long COVID’, entre otras afectaciones”.

Gómez coincidió con esto, para ella, no se ha brindado la importancia que merece el estado físico, enfermedades respiratorias y cardiacas que aparecen después de haber superado al virus. “Se habla de que hay que evitar enfermarnos, no motivar el contagiarnos, sino disminuir esa probabilidad”, añadió. (I)