Este jueves el Ministerio de Salud comenzó con la aplicación de la segunda dosis de la vacuna de Pfizer/BioNTech a alrededor de 1.900 personas entre profesionales de la salud y adultos mayores en tres ciudades del país (Guayaquil, Cayambe y Quito) que recibieron una dosis entre el 21 y 22 de enero.

Hasta Ecuador se informó que habían llegado 8.000 dosis de esta vacuna y se aplicó una primera dosis a 6.228 ecuatorianos, sin contar las que se habían aplicado el jueves. Es decir, aplicarán 8.190 dosis, de acuerdo con información del Ministerio de Salud.

La aplicación de las dosis en el tiempo determinado por las farmacéuticas es importante para que así se garantice la eficacia de la inmunización. El país ha adquirido alrededor de 18 millones de vacunas contra el COVID-19 (2 millones de Pfizer, más de 5 millones de Astrazeneca, 2 millones de Covaxx y más de 7 millones del mecanismo internacional Covax) con lo que se espera inmunizar a nueve millones de personas.

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Hasta el momento tan solo se ha dado autorización para la importación por uso de emergencia a las vacunas de Pfizer y Astrazeneca.

La ingeniera en Biotecnología, Jhommara Bautista, explicó que en el caso de Ecuador si no se aplica la segunda dosis se perderá el efecto de la vacuna y la eficacia que se había establecido de un 95%. Además identifica cuatro aspectos a tener en cuenta si no se llega a aplicar la segunda dosis: “El dinero habrá sido desperdiciado, los recursos y capital humano habrán sido en vano, aumentarán el número de contagios y la aparición de nuevas mutaciones y con ello nuevas variantes del SARS-CoV-2″.

Proceso de generación de anticuerpos de la vacuna de Pfizer. Imagen cortesía de Jhommara Bautista Foto: Cortesía

“Si bien la información del producto no define explícitamente el límite superior para el tiempo entre dosis, las recomendaciones posológicas indica que la evidencia de eficacia se basa en un estudio en el que la administración de 2 dosis se realizó con 19 a 42 días, por lo que, cualquier cambio requeriría una variación de la autorización de comercialización, así como más datos clínicos para respaldar esto; de lo contrario, se consideraría como uso no indicado en la etiqueta. Como conclusión, para lograr la inmunidad las dosis de las vacunas deben aplicarse de forma completa con las dosis previstas. Si algo falla se viene abajo todo, se pierden recursos, vidas y dinero”, añadió Bautista.

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Para Enrique Terán, doctor en Medicina y PhD en Farmacología, si no se llega a aplicar la segunda dosis se perdería gran parte de la eficacia de la vacuna que caería en un 52% aproximadamente. Explica que lo que se quiere decir con el 96% de eficacia es que “96/100 vacunados quedan protegidos mientras que cuatro no. Si es que baja al 52% sería 52 son protegidos y 48 no, lo cual es un problema”.

“Si se ‘extiende’ el periodo para aplicar la segunda dosis, es incierto si es que se va a logra ‘reforzar’ la inmunidad o al final va a ser necesario aplicar otra dosis”, indica.

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De acuerdo a un documento de recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la aplicación de la vacuna de Pfizer/BioNTech se da por vía intramuscular con dos dosis (cada una de 0,3 ml) y se sugiere dejar un intervalo de entre 21 y 28 días entre ambas dosis.

Tras la decisión de varios países que tienen circunstancia excepcionales de las limitaciones del suministro de vacunas en combinación con una elevada carga de morbimortalidad, la OMS reconoce esta dificultad y recuerda que a partir del día 12 tras la aplicación de la primera dosis comienzan a generarse anticuerpos y alcanzan aproximadamente 89% entre los días 14 y 21.

“Actualmente la OMS recomienda que el intervalo entre ambas dosis no se amplíe a más de 42 días (es decir, 6 semanas)... Los países deben asegurarse de que todas las modificaciones que se hagan a los programas de vacunación relacionadas con los intervalos de administración no afecten la probabilidad de que se aplique la segunda dosis”, se indica.

En el caso de la vacuna de AstraZeneca y la Universidad de Oxford (con una eficacia del 63,09%), la pauta recomendada es que se pueda aplicar una segunda dosis entre 4 a 12 semanas después de la primera, es decir 28 a 84 días de diferencia. “De hecho, entre 8 a 12 semanas es más recomendable ya que los datos indican que produce una mejor respuesta inmune”, señaló Alejandro Cravioto, presidente del Grupo de Expertos de la OMS.

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No se recomienda combinar dosis de vacunas de diferentes farmacéuticas ya que no existen estudios referentes a esta posibilidad.

Bautista señala que con la llegada de segunda ola de contagios y el reporte de la aparición de cosas con la variante de Reino Unido es imperativo que se acelera la vacunación. “A la velocidad que vamos, la inmunidad colectiva y la disminución de casos tomará mucho tiempo, al menos todo este año”.

Añade que la fase 1 se debe realizar con un plan de vacunación que se encuentre disponible, así como que tomar acciones legales en caso de prolongar la segunda dosis.

Según el Ministerio de Salud, para la semana del 15 de febrero llegarían las dosis para completar con la inmunización a las 4.266 restantes que corresponden a la fase 0 del Plan Piloto. (I)