Una búsqueda sin respuestas es la que lleva adelante la familia Sinchiguano desde abril pasado. Un viaje que iba a servir para reafirmar la fe terminó en una desgracia que aún no cuenta con una solución.

Segundo Luis Sinchiguano Toapanta, un adulto mayor oriundo de Saquisilí, de casi 80 años, se perdió el pasado 11 de abril en la localidad de Ipiales, cerca de la frontera con Ecuador.

Uno de sus hijos, Fernando, relató a EL UNIVERSO que no era la primera vez que realizaban el viaje al santuario de Las Lajas, y que era una forma de rendirle devoción a la Virgen. Esta vez lo hicieron en su propio vehículo y con sus padres, abuelos, hermanas y su esposa.

Publicidad

Ecuatorianos llegan masivamente a Ipiales para comprar, cautivados por el diferencial cambiario del dólar

“Realizamos unas compras y se hizo tarde, porque en el feriado hubo bastante gente allá (...). Yo llegué al garaje y me enteré de que mi papá había salido de allí”, contó.

Sinchiguano tiene principios de alzhéimer, por lo que en ocasiones olvidaba lo que hacía en pocas horas. Ante un descuido en su vigilancia, salió del parqueadero con rumbo desconocido.

En imágenes de cámaras de seguridad se observa cómo el hombre ingresa a un local de comidas, donde comió. Este fue el último rastro con el que cuentan, ya que no lograron ver otras imágenes por negativa de sus propietarios.

Publicidad

Desde abril pasado se desconoce el paradero de Segundo Sinchiguano Toapanta. Foto: Cortesía

De inmediato emprendieron la búsqueda, pero no lograron encontrarlo por más de una hora. Ante esto, acudieron a las autoridades policiales, aunque allí les dijeron que pasarían las imágenes de Segundo para poder identificarlo. En Pasto realizaron una denuncia por desaparición.

Durante este tiempo han recibido llamadas con información falsa, en las que se les había indicado que estaba por el puente de Rumichaca y que lo iban a dejar en la terminal; a cambio les solicitaban cientos de dólares, aunque nunca les daban pruebas de estar con él.

Publicidad

Si bien el tiempo que ha pasado va desvaneciendo las esperanzas de encontrarlo con vida, los familiares buscan una respuesta. Fernando dice que en Ipiales hay comentarios sobre el negocio de tráfico de órganos.

“A estas alturas, y más que todo por la salud de mi padre, tenemos la esperanza de que todavía está vivo; pero sí es doloroso no saber dónde está (...). Lo que nosotros queremos es ya saber cómo está”, lamenta.

En sus recorridos de búsqueda visitan los hospitales, albergues y morgues, donde además constan muestras de ADN en caso de que un cadáver ingrese sin registro. También recorrieron pueblos cercanos, pese a las advertencias de seguridad de varios ciudadanos.

Hacen también un pedido a las autoridades de intensificar la búsqueda en lugares donde es conocida la comisión de ilícitos.

Publicidad

La búsqueda no solo se ha centrado en Colombia: también los familiares han recorrido localidades de la provincia del Carchi, así como pasos ilegales de la frontera, entre otros. Aún no han recibido una respuesta certera de la ubicación del adulto mayor. (I)