Cristina Aldaz es gerente institucional de la gestión del plan nacional de vacunación del Ministerio de Salud Pública (MSP). Es doctora y especialista en medicina familiar. Está en el cargo desde junio de 2021.

Aborda con este Diario los logros y dificultades en la implementación del proceso de inmunización contra el COVID-19, que arrancó en el gobierno de Lenín Moreno y ha continuado en la administración de Guillermo Lasso.

¿Qué evaluación haría acerca del proceso de vacunación contra el COVID-19 en Ecuador?

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Fue un proceso bastante exitoso y ha cumplido todos los objetivos por los que fue diseñado; que, en el caso particular del virus que causa la enfermedad de la COVID, era prevenir la enfermedad grave y la mortalidad. Y obviamente todo para lograr la reactivación social y económica en el país, [cuya merma] fue producto de la pandemia.

Se logró demostrar en muchos sentidos la eficacia de la vacunación cuando tuvimos la última ola, que fue por la variante ómicron. En este caso, tuvimos una incidencia de casos, es decir, un número importante de nuevos casos que nunca se dio en todo el periodo de la pandemia, un ascenso muy grande; sin embargo, la hospitalización, la ocupación de camas de UCI (unidades de cuidados intensivos), la mortalidad no fueron como lo que pasó en las olas anteriores.

¿Cuál ha sido la mayor dificultad?

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En el proceso de la ejecución de la vacunación hemos tenido varias barreras, (...) [como] son las concepciones que la gente tiene sobre la enfermedad y también sobre la vacuna: mucha información errónea o falsa que circulaba en general y que sigue circulando con respecto a la vacuna, a la seguridad, la eficacia, etc.

Sí, ha sido un nudo crítico en lugares, específicamente donde viven, por ejemplo, pueblos y nacionalidades (indígenas), [cuyas] percepciones, concepciones y prácticas en salud han permitido que no se llegue a un buen porcentaje de la población. Y tenemos casos particulares, por ejemplo, la provincia de Morona Santiago, que todavía sigue teniendo muy baja cobertura de la vacunación.

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Grupos vulnerables ya reciben la cuarta dosis contra el COVID-19 en Quito; asistencia aún no es masiva

Usted me dice que el plan ha sido exitoso; pero, si el plan empezó en enero del 2021, llevamos más de un año. ¿Por qué hasta ahora no se ha cumplido con el 100 % de cobertura de primeras dosis?

Ese porcentaje se cambió recientemente, ya que incluimos la población de 3 y 4 años.

En el transcurso del proceso de vacunación nosotros logramos con el plan 9/100 abarcar el mayor número de personas en un corto tiempo, y esto se hizo gracias al apoyo de muchas instituciones; incluso, en un día logramos vacunar a más de 400.000 personas.

Esos resultados de la vacunación masiva se ven cuando la curva de casos, y sobre todo la curva de mortalidad y de muertes en exceso, bajó justamente después de que [colocamos] la segunda dosis en septiembre.

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El INEC (Instituto Nacional de Estadística y Censos) ha tenido la oportunidad de hacer preguntas sobre por qué la gente no se vacuna, y el principal factor es que no creen en la vacuna. El año pasado logramos llegar a todos los rincones, pero seguimos teniendo el rechazo por el desconocimiento que se tiene de la vacunación.

En este momento, los grupos de edad que menos han accedido a la vacunación: obviamente, los de 3 y 4 años, que son con los que recién se empezó; y los de 5 a 11 años, que son, de todos los grupos etarios, los que menos han accedido a la vacunación. De los mayores de 25 años ya hemos logrado tener más, incluso, del 90 % de cobertura.

A nivel internacional se ha puesto una meta de llegar al 70 % de cobertura de la población vulnerable hasta agosto de este año, y nosotros eso lo superamos hace mucho tiempo.

Empezó la aplicación del segundo refuerzo, ¿se va a extender luego a toda la población?

En este momento, la mayor preocupación que nosotros tenemos es la colocación del primer refuerzo a la población más vulnerable, que en este caso siguen siendo los adultos mayores, mayores de 50 años o personas que tengan alguna comorbilidad o en situaciones de inmunosupresión.

El 92 % de las muertes en el periodo de enero y febrero de este año [corresponde a personas] mayores de 50 años. Tenemos más de un millón de personas mayores de 50 años que todavía no han accedido a su dosis de refuerzo. Estamos tratando de hacer estrategias de comunicación dirigidas a este grupo en especial.

La segunda dosis de refuerzo está enfocada fundamentalmente a proteger a la población más vulnerable y, obviamente, a todo nuestro personal estratégico, trabajadores de la salud que permanecen atendiendo y en primera línea.

Después, si la evolución del virus se produce como con un virus endémico, la protección debería ser [en función] del comportamiento epidemiológico; y lo más probable es que después salga una vacuna que sea estacional o que se vaya a tener que ir cambiando año a año, más o menos como pasa con la influenza.

Gobierno presentó oficialmente plan 9/100 para vacunar a 9 millones de personas entre mayo y septiembre de 2021

¿Todo el mundo tendría que ser vacunado?

Eso se evalúa en dependencia de los riesgos que existan. Si es necesario colocar a toda la población, nosotros lo seguiremos planificando y ejecutando.

¿Cuentan con todas las vacunas para cubrir a quienes aún no se colocan la primera dosis, ni la segunda ni la tercera inyección?

Sí, tenemos suficiente stock para cubrir esa necesidad.

En Quito se vacuna contra el COVID-19 hasta 20.000 personas al día, según Ministerio; ciudadanía considera que hay cierto relajamiento ante poca asistencia

¿Cuál es el stock de vacunas?

En el banco nacional [de vacunas] y ya en bancos territoriales [de vacunas] tenemos más de cuatro millones de dosis. Tenemos la llegada de los dos millones y medio de donación de Sinovac, que se aseguró en la última visita que hicieron al Gobierno de China, y tenemos también otras llegadas, que están previstas por el mecanismo Covax.

¿Se ha pensado en traer quizá otras vacunas, otras marcas?

La ventaja es que nosotros para este año aseguramos en nuestra planificación los recursos para la necesidad de adquirir nuevas vacunas. Obviamente, que ya en el momento de la adquisición se toman en este caso las mejores decisiones, sobre todo, de la accesibilidad, de la eficacia, seguridad y también con los costos. Entonces, todos esos análisis se realizan. (I)