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Cuarta dosis contra el COVID-19 aumentaría respuesta inmune: uno de los sustentos para aplicación de nuevo refuerzo de vacuna

Para expertos hay dos problemas: se sigue usando la misma vacuna y ni el 30 % de la población ha recibido la tercera dosis en Ecuador.

Tras más de un año de haber iniciado el proceso de vacunación contra el COVID-19 en Ecuador, el Gobierno de Guillermo Lasso anunció que se colocará una cuarta dosis de vacuna. Foto: Javier González

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Reducir la mortalidad y la enfermedad grave, así como garantizar la protección inmunitaria, es el objetivo gubernamental de colocar un segundo refuerzo contra el COVID-19 en Ecuador.

Desde octubre del 2021, en Ecuador se aplica la dosis de refuerzo al personal sanitario y a adultos mayores (65 años o más). También fueron incluidas aquellas personas que tienen condiciones de inmunosupresión. Luego se fue extendiendo a la población en general.

Mayores de 50 años y con cinco meses de última dosis de refuerzo ya pueden recibir cuarta vacuna contra COVID-19 en Ecuador

De acuerdo con el vacunómetro, una herramienta creada por el Ministerio de Salud Pública (MSP) para conocer cómo marcha el plan de vacunación contra el coronavirus, hasta el 31 de marzo del 2022, 5′288.533 personas han recibido la tercera inyección, de una población objetivo de más de 16´000.000.

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Además, a pesar de que en enero del 2021, en el gobierno de Lenín Moreno, se inició el proceso de inmunización en el país, aún no se completa el 100 % de primeras ni tampoco de segundas dosis.

En el primer caso, un 88,78 % de la población, es decir, más de 14′290.000 personas, ha recibido la primera inyección; y 85,31 % o más de 13′732.000 ciudadanos, la segunda inyección. Esto con corte al tercer mes del 2022.

¿Cuál es el sustento gubernamental para proceder con una cuarta dosis de vacuna?

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De acuerdo con los lineamientos de segunda dosis, establecidos por el Ministerio de Salud Pública (MSP), la eficacia de la vacuna contra la enfermedad grave del coronavirus disminuyó en aproximadamente un 8 % durante un periodo de seis meses en todos los grupos de edad.

En adultos mayores de 50 años, la eficacia de la vacuna contra la enfermedad grave disminuyó en aproximadamente un 10 % durante el mismo periodo, y contra la enfermedad sintomática descendió en un 32 %.

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Esa cartera de Estado cita evidencias internacionales que sugieren que una segunda dosis de refuerzo de una vacuna de ARNm contra el COVID-19 mejora la protección contra el COVID-19 grave y no está asociada con nuevos problemas de seguridad.

Este es el caso de las vacunas de Pfizer o Moderna. La de esta última no se administra en el país, aunque existe interés de la empresa fabricante para que pueda ser comercializada en Ecuador, precisamente para la etapa de refuerzo.

Al país han llegado vacunas de Pfizer, AstraZeneca, CanSino y Sinovac.

En Ecuador, el proceso de vacunar a la población contra el COVID-19 arrancó en enero del 2021. Tras más de un año de haber iniciado el plan, implementado en dos gobiernos, se anunció una cuarta dosis o segundo refuerzo. Foto: Javier González

El Gobierno de Guillermo Lasso ha mostrado interés en la vacuna estadounidense de Novavax.

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Empresa Moderna muestra interés en que su vacuna anti-COVID-19 ingrese al Ecuador para formar parte del proceso de refuerzo a la población

Acerca de un estudio realizado en Israel, el Ministerio de Salud mencionó que se determinó que, de cuatro a cinco meses después de la tercera dosis, la cuarta dosis aumenta la inmunogenicidad (respuestas inmunes) y la restaura a niveles comparables a los niveles máximos de anticuerpos después de la tercera dosis de la vacuna.

Esos son algunos de los respaldos que utiliza el Gobierno de Ecuador para anunciar que se administrará una cuarta dosis contra el COVID-19.

Especialistas y gremios

Para Fernando Sacoto, presidente de la Sociedad Ecuatoriana de Salud Pública, el segundo refuerzo debe estar reservado para las personas con mayor riesgo de enfermedad grave y muerte debidamente priorizadas; aquellas con comorbilidades, enfermedades crónicas, catastróficas, mayores de 60 años.

“Para ello, es crucial fortalecer los servicios primarios de salud que puedan tener capacidad de identificar a estas personas priorizadas”, sugirió.

El problema fundamental de la pandemia —adujo— radica en los fallecimientos que se producen; si esto se evita, la enfermedad puede controlarse.

El índice de positividad viral para COVID-19 está en el 5 %; Ecuador está camino a controlar la pandemia, según autoridades

A criterio de Enrique Terán, Ph. D. en Farmacología y docente universitario, la inmunidad (protección) que brindan todas las vacunas (sin importar su marca) no dura más de seis meses.

Entonces —agregó— es necesario “refrescar” esa memoria con una nueva dosis; por eso, como dice el anuncio del MSP, deben haber pasado al menos cinco meses desde la dosis de refuerzo (tercera), añadió.

El experto ve al menos dos problemas: que solo el 29 % de la población ha recibido la tercera dosis en Ecuador y que se continúa usando la misma vacuna, aun cuando se había anunciado que saldría una vacuna “actualizada”; eso no ha sucedido todavía, mencionó.

“Esa versión nueva debería no solo cubrir a las nuevas cepas, sino también lograr inmunidad más larga”, dijo Terán, quien recordó que eso se manifestó en marzo.

Para él, conforme pase el tiempo, se tendrá que ampliar a toda la población, si es que han recibido la tercera inyección; con vacunas “actualizadas” quizás se pueda hacer anualmente. Eso al menos hasta que se controle la pandemia de manera global.

¿Inyección cada año?

A Sacoto se le preguntó si vendrá una quinta, sexta y otras dosis más. Para él, habrá una dosis anual, de manera similar a como sucede con la influenza.

La posibilidad de que se haga anual la recepción de una dosis contra el coronavirus no la ha descartado el Ejecutivo. De hecho, el viceministro de Gobernanza y Vigilancia de la Salud del MSP, José Ruales, ha mencionado que los virus respiratorios tienen un comportamiento que no puede ser totalmente predecible, como por ejemplo, la influenza, que genera mutaciones anuales, por lo que se debe inmunizar cada año. Por eso, es muy probable que aquello ocurra en el futuro con el COVID-19.

La ministra de Salud, Ximena Garzón, indicó —en una entrevista en EcuadorTV— que la dosis de refuerzo se la administrará a toda la ciudadanía, pero se ha iniciado con poblaciones más vulnerables.

Garzón agregó que se seguirá inoculando cada cinco o seis meses, pero el Gobierno está pendiente de nuevas tecnologías, como en el caso de Sinovac para la variante ómicron, que sería estacional y que duraría un año; con ello, la inmunización sería anual. (I)

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