Los dueños de la mayoría de los 40 hoteles asociados en Portoviejo reconocen que la situación del sector es crítica, por lo que hacen un llamado de auxilio al Gobierno nacional.
Algunos incluso ya piensan en vender sus infraestructuras. En el inicio del feriado de carnaval, los propietarios de varios hoteles ubicaron letreros de “se vende”, con la convicción de esperar una buena oferta y otros como medida de reclamo a las autoridades del país para que ayuden al gremio afectado por el terremoto de abril del 2016 y la pandemia de coronavirus.
Diana Murillo, presidenta de la Asociación de Hoteleros de Portoviejo, reconoció que la ocupación hotelera de las más de 300 habitaciones disponibles en la capital manabita no llegó ni al 15% el último feriado.
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La dirigente indicó que durante la pandemia ya cinco hoteles cerraron sus puertas en Portoviejo, y que algunos van camino a ese proceso, porque no pueden subsistir sin presencia de turistas ni apoyo gubernamental para mantenerse en medio de restricciones debido al COVID-19.
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“Antes de la pandemia contábamos en algunos casos con cinco ayudantes, ahora solo nos quedamos, en algunos casos, con solo una persona de apoyo y en ciertos días”, relató Murillo, dueña del hotel Gran Senador.
Por ello, considera necesario que el Gobierno auxilie a través de la banca pública con créditos a bajo interés y la reducción de impuestos. Con esa medida también coincide Alejandro Hidalgo, dueño del hotel Máximo, quien agregó que de las 30 habitaciones que posee para los turistas apenas seis estuvieron ocupadas durante el pasado feriado.
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“Estamos en ese proceso, no de tirar la toalla, pero hemos puesto estos letreros porque la situación es insostenible, queremos que las autoridades nos tomen en cuenta. La idea no es venderlos, pero si alguien ofrece un precio justo creo que muchos estaremos en la necesidad de venderlos. Yo no quiero venderlo, pero lamentablemente la situación es crítica”, declaró Hidalgo.
La reactivación turística debe vivirse en destinos naturales y lejos de las multitudes
Hidalgo es hijo de Máximo, dueño del hotel El Gato, ubicado en pleno centro de Portoviejo. Ese establecimiento colapsó en el terremoto del 2016 y no se ha podido reconstruir por falta de apoyo económico.
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Murillo indicó que buscarán reunirse con representantes del sector turístico para tener un salvavidas y reactivar este sector en Portoviejo. (I)