Un carril de la vía Ibarra-San Lorenzo, a la altura de El Guadual, km 114, fue habilitado. En ese sector se produjeron dos deslaves que obstruyeron el paso y se llevaron la mesa de la carretera, los pasados 21 y 22 de diciembre, respectivamente.

Los deslizamientos dejaron incomunicadas a aproximadamente 40.000 personas de las parroquias La Carolina, Lita, y Buenos Aires, en Imbabura; Jijón y Caamaño y El Goaltal, en Carchi; y Alto Tambo, en Esmeraldas.

Carlos Viteri, presidente del Gobierno autónomo descentralizado parroquial de La Carolina, dijo que debieron utilizar cargas de explosivos para derribar la zona rocosa que impedía la circulación vehicular, material que fue financiado por la comunidad.

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El paso fue abierto la tarde del jueves una vez que rompieron y agrietaron parte de la peña para construir un carril de la calzada.

Arturo Fuentes, nuevo gobernador de Imbabura, arribó hasta el lugar, donde advirtió que el tramo abierto es de alto riesgo.

Sin embargo, los pobladores, desesperados ante el bloqueo que duró 23 días, decidieron no acatar la advertencia y utilizar parte del nuevo trazado de la carretera reconstruida por la que pueden circular únicamente automotores livianos por un solo andén.

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Conductores de buses con pasajeros de la cooperativa Espejo que cubren la ruta San Lorenzo-Ibarra superan desde el comprometido tramo, en medio de la tensión de los viajeros, debido a la estrechez de la vía.

Una de las ventajas por ahora es que las lluvias bajaron en su intensidad, algo que evita más movimientos de tierra o que los carros resbalen. “Nos arriesgamos utilizando poleas y sorteando caminando el peñasco, porque no vamos a avanzar por este trecho”, dicen los pobladores de Lita.

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Fernando Rea, director del MTOP en Imbabura, explicó que la maquinaria limpió el lugar y ensanchó la mesa de la vía, ganando un poco de espacio y alcanzando una mesa firme para dar provisionalmente paso a vehículos emergentes.

El técnico confirmó que son indispensables los estudios definitivos, ya que existe riesgo debido a que la calzada está sobre un talud y hay piedras sueltas en la parte alta, por lo que es necesario intervenir el sitio con más maquinaria.

Este sábado manualmente trabajadores del MTOP bajarán las piedras sobre el talud de forma controlada para minimizar el riesgo. “Ventajosamente, no se ha presentado ningún inconveniente, pero es necesario continuar con los trabajos”, indicó Rea.

Aclaró que las juntas parroquiales decidieron reunirse y recaudar fondos que habrían sido utilizados en la adquisición de los explosivos; no obstante, los especialistas recomiendan no continuar efectuando más voladuras.

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Desde el pasado martes empezaron a dinamitar el lugar. Edwin Querembás, profesional de la ingeniería, fue quien dirigió y proporcionó los materiales para despejar el peñasco por donde se habilitó parte de la carretera.

Las pérdidas son incuantificables, señaló Armando Cadena, presidente de la parroquia Jijón y Caamaño, quien agregó que la producción no salió en su totalidad, ya que por las vías alternas de Buenos Aires (Imbabura) o Chical (Carchi) utilizaban entre diez y doce horas y debían pagar fletes que superaban los $ 120.

Según los pobladores, diariamente por carretera circulan unos 800 vehículos, al momento el flujo no es el esperado, ya que los usuarios de la vía que une a la Costa pacífica con la Sierra norte aún desconocen que está habilitado un carril, indicó Cadena. (I)