El Comité Asesor sobre Prácticas de Inmunización del Ministerio de Salud Pública (MSP) aprobó el uso en Ecuador de las vacunas bivalentes.

El ministro de Salud, José Ruales, sostuvo que ya se han solicitado -a través de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y el mecanismo Covax- que laboratorios hagan ofertas.

La idea, indicó, sería hacer una vacunación de refuerzo, anual, en principio a aquellas personas que tengan mayor vulnerabilidad con mayor probabilidad de enfermarse o de morir que ya recibieron el refuerzo de las vacunas.

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Aclaró que no es una dosis de refuerzo, en lugar de la tercera o cuarta inyección, sino para las personas que recibieron el refuerzo.

Señaló que seguirá administrando los refuerzos con las vacunas que hay en el país, que tienen impacto en la reducción de la morbilidad, así como en la enfermedad grave y la muerte, a aquellos que no se han vacunado, especialmente a los más vulnerables.

Síntomas de las variantes de coronavirus de las que hay que estar alerta

Según estadísticas del Ministerio de Salud, hay unas diez personas que mueren por COVID-19 a la semana, de las cuales el 95 % son mayores de 65 años quienes no tuvieron el esquema completo de vacunación ni los refuerzos.

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Ruales explicó que las vacunas bivalentes están formadas por dos cepas diferentes: la denominada ancestral y aquellas que fueron frecuentes en meses pasados.

“Pero estas cepas, BA.5 y BA.4, que son subvariantes de ómicron, ya no están circulando en el mundo, en el Ecuador”, dijo en una entrevista en radio Sucesos.

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Agregó que en Estados Unidos y Europa la cepa prevalente es la XBB que se hará predominante.

Por ello, sostuvo, se necesita una vacuna que sea lo más parecida a las variantes de ómicron o a las variantes de las nuevas cepas que están circulando.

El Gobierno espera que en el primer trimestre del 2023 lleguen al país las nuevas vacunas.

En el 2022, personas de diferentes edades acudían a la colocación de las vacuna contra el COVID-19 en amplios espacios destinados para el efecto. Carlos Granja Medranda / EL UNIVERSO Foto: Carlos Granja Medranda

Para Enrique Terán, docente e investigador universitario en biomedicina y salud, hay dos problemas con la decisión del Ministerio de Salud al adquirir la vacuna bivalente.

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El primero es, explicó, que se ha perdido la “cultura” vacunal, siendo así que el primer refuerzo alcanzó al 53 % de la población y el segundo al 14 %, por lo que se preguntó ¿qué personas se van a colocar la bivalente?

Datos de esa cartera de Estado muestran que hasta el 18 de enero, el 55,79 % de la población se había colocado el primer refuerzo, y apenas 2′740.374 personas habían asistido a recibir el segundo.

Para Terán, el segundo problema es que con la baja tasa de pruebas para detección de la enfermedad, realizadas al momento, el número de contagios está subestimado y por ende la población percibe innecesario el vacunarse, y “cree que es mejor contagiarse”.

Eso hace que el número de casos de COVID-19 prolongado sea peligroso a futuro por las complicaciones ya conocidas, indicó.

A pesar de sus cuestionamientos, consideró que es necesario utilizarlas, pues adujo que así se cubren las cepas que se derivan de la variante ómicron.

En las dos primeras semanas del 2023 hay un ligero descenso en afecciones respiratorias en hospitales

Andrea Gómez, médica, salubrista y epidemióloga, comentó que en países como Brasil, Chile, Perú o Panamá ya se están utilizando estas vacunas.

Gómez destacó la efectividad de las vacunas, principalmente en aquellas personas que tienen mayor riesgo de una enfermedad grave.

Agregó que hay un bajo porcentaje de la cobertura de las dosis de refuerzo, a lo que añade que se ha dado de parte del Gobierno una falsa sensación de seguridad, y no ha habido una campaña tan fuerte que motive a la población a inmunizarse.

“Estas vacunas bivalentes lo que hacen es adaptarse a nuevas variantes, en este caso de ómicron, que es la nueva variante que está circulando, en su mayoría en los países; entonces hace que nuestro cuerpo ya esté listo para poder defenderse de este tipo de variantes”, explicó Gómez.

Casos de COVID-19 caen a 168 en la última semana en Guayaquil, pero inquieta la variante XBB.1.5

En el centro de salud de las Casas, al norte de Quito se administran vacunas a la población. Carlos Granja Medranda / EL UNIVERSO Foto: Carlos Granja Medranda

A su criterio, la inoculación de esa vacuna debería empezar con aquellas personas que tienen mayor predisposición a una posible enfermedad grave, pues tienen problemas con su sistema inmunológico, de la tercera edad, y luego a través de campañas masivas cubrir a toda la población.

Al hacer una evaluación de la pandemia en Ecuador, la epidemióloga manifestó que hay aumento de casos, pero no ha existido gran incremento de hospitalizaciones.

Insistió en las precauciones de usar mascarilla en lugares cerrados cuando hay muchas personas, lavado de manos, y tener la vacunación al día.

El Gobierno espera adquirir 3,5 millones de dosis de vacunas bivalentes. (I)