El elevado costo de la vida, salarios de miseria, precarización laboral, malos tratos por parte de los empleadores, entre otros motivos, provocaron las protestas masivas que se realizaron los primeros quince días de noviembre de 1922. Estas manifestaciones tomaron fuerza gracias a la victoria de los trabajadores del ferrocarril que con su huelga de diez días (del 17 al 26 de octubre) lograron que la The Guayaquil and Quito Railway Company aceptara su pliego de peticiones.

El 8 de noviembre, los trabajadores de la Empresa de Luz y Fuerza Eléctrica y de la Empresa de Carros Urbanos presentaron sus demandas a sus patronos. El día 10 de noviembre se sumaron a la huelga los trabajadores de las fábricas de Guayaquil. Al día siguiente pliegan a la paralización artesanos y constructores; el 13 los voceadores y nuevas fábricas. Este día se declara la huelga general.

Cines de barrio, charlas y exposiciones fotográficas para conmemorar los 100 años de la matanza obrera del 15 de noviembre de 1922

El 14 de noviembre Guayaquil amaneció paralizada y sin luz. Se realizó una manifestación obrera con miles de asistentes que desfilaron por el centro de la ciudad. Todo el casco comercial y bancario estaba totalmente cerrado. La marcha recorrió la Plaza de los Próceres, siguió la por la avenida 9 de octubre y Pedro Carbo. Los manifestantes llegaron a la Gobernación.

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Los dirigentes sindicales y los abogados José Vicente Trujillo y Carlos Puig, mediadores de los trabajadores en huelga, dieron sendos discursos pidiendo al Gobierno el cumplimiento del pliego de peticiones que incluían reformas laborales y salariales y la llamada ley de incautación de giros.

Gran asamblea de trabajadores 14 de noviembre de 1922. Entre ellos se encuentra el dirigente Adolfo Villacres. Foto: Diario El Telégrafo

En medio de la masa trabajadora se destacó María Montaño, mujer de raza negra que frente a los balcones de la sede del gobierno provincial, lanza un furibundo discurso en donde resaltan sus palabras: ”Pueblo, tú haces presidente, tú lo eliges, pero si él no te atiende, qué te toca hacer a vos’'.

Ya para este día protestas el Gobierno había apresado a decenas de obreros por participar de las manifestaciones por lo que sus compañeros de lucha también exigían su inmediata liberación. Pese al ambiente complejo, la calma y el orden se mantuvieron.

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Toma de las instalaciones por parte de los obreros de la empresa eléctrica de Guayaquil en noviembre de 1922.

La barbarie se apoderó de las calles el 15 de noviembre de 1922

Los trabajadores volvieron a las calles el 15 de noviembre para exigir que se aprueben sus pliegos de peticiones y que liberen a los obreros presos. Esta vez se citaron a las 14h30 de ese día. Textos históricos hablan que más de 5.000 trabajadores participaron de esta marcha.

Los manifestantes avanzaron hasta la clínica Guayaquil donde estaban los abogados mediadores, Puig y Trujillo. Aquí se reúnen con el gobernador del Guayas, Enrique Pareja, para pedir la liberación de los trabajadores. Pareja concede la libertad a los obreros detenidos.

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La matanza obrera de hace 96 años aún estremece en Guayaquil

Los protestantes con algarabía se dirigieron al cuartel policial ubicado en las calles Cuenca entre Chile y Chimborazo para liberar de inmediato a sus compañeros presos. Sin embargo, un piquete de policías que recorrían la intersección de Colón y Olmedo escucharon los gritos y pensaron que los manifestantes buscaban tomarse las instalaciones policiales y abren fuego a mansalva con sus fusiles a la masa de artesanos, ferroviarios, vendedores ambulantes, lavanderas, betuneros, panaderos, entre otros obreros.

Si bien se habla que la confusión motivó a los miembros policiales a abrir fuego, también existe un telegrama enviado el 14 de noviembre por el presidente José Luis Tamayo al jefe de la Zona Militar, Enrique Barriga, donde esperaba “que para mañana (15 de noviembre) a las seis de la tarde me informara que ha vuelto la tranquilidad a Guayaquil cueste lo que cueste, para lo cual usted esté autorizado”.

El presidente de Ecuador José Luis Tamayo en su despacho.

Ante los disparos, los manifestantes huyen del lugar, varios grupos para defenderse de los disparos de la policía asaltaron los locales comerciales cerrados, en busca de armas. Son atacados comercios como la Casa González, la Casa Rubio, la de Miguel Enrich, Sola & Cia. Y otros locales ubicados en las calles Aguirre y Pichincha, y Aguirre y Malecón.

Efectivos militares se unieron y empezaron la represión para controlar los desmanes. Grupos de manifestantes, en su desesperación, atacaron una mesa electoral ubicada en Pedro Carbo entre Luzurraga y Chiriboga. Efectivos policiales también abrieron fuego.

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La marcha, ya dividida, siguió hasta la altura de la calle Eloy Alfaro donde fue repelida a bala por efectivos del Cuerpo de Cazadores de los Ríos. Grupos de manifestantes también fueron repelidos a tiros en las calles 9 de Octubre y Boyacá.

Además, decenas de soldados en posición de tiro ubicados en la plazoleta del Parque Centenario abrieron fuego a mansalva contra las masas desprotegidas. A la altura de la sede de la Zona Militar, una sección de soldados, parapetados detrás de las ventanas del edificio, apoyaron la acción represiva.

Guayaquil, que en aquel año apenas superaba los 90.000 habitantes, estaba envuelta en caos, terror y muerte. “Alaridos y quejas. El silbido cortante de las balas. El olor a pólvora. El inclemente martilleo de las ametralladoras. Las quijadas abiertas, los ojos saltados, los brazos queriendo subir y subir para escapar por algún lado. Los niños con las manos crispadas, arrugando las mantas de las madres, chillando las facciones paralizadas. Y sin armas, carajo, con qué matar soldados y generales”, así relató la masacre el escritor Alfredo Pareja Diezcanseco en su novela Baldomera.

La masacre de obreros de 1922 en las calles de Guayaquil

Él tenía 14 años cuando ocurrió la matanza y fue testigo de la misma: “El Batallón Marañón rodeó a la gente y comenzó a matarla. Dieron bala todo el día. Yo vivía en un departamento bajo de la calle Rocafuerte y por ahí pasaban los vagones del ferrocarril de la aduana llenos de cadáveres”, dijo en una entrevista.

En el libro Las cruces sobre el agua, Joaquín Gallegos Lara también habló sobre esta tarde de terror: “Sobre el cuadriculado de las piedras que el sol tostaba, hombres, chicos, mujeres, rodaban, tiesos ya, o aún retorciéndose. Eran gente como ellos, que salían de iguales covachas y comían la misma hambre. ¡Y eran chicos, muchísimos! Eran zapateadores de rayuela, vendedores de diarios, betuneros, chicos, como hoy sus hijos y como ellos un día”.

Como exigió Tamayo, la situación fue “controlada” por el ejército y la policía en altas horas de la noche de aquel 15 de noviembre. En las calles solo había cuerpos de manifestantes.

El general Enrique Barriga, jefe de la Zona Militar Guayaquil.

Al día siguiente, el 16 de noviembre, militares recogieron los cuerpos, en especial los de los manifestantes que cayeron abatidos en las casas comerciales, y los arrojaron al río Guayas antes de que sean identificados por sus familiares. Esto fue denunciado por EL UNIVERSO en su edición del 18 de noviembre, en la página 3. Ese mismo día, los guayaquileños vieron con horror como el río devolvía cuerpos de las personas asesinadas.

El número de víctimas no se ha podido establecer con certeza luego de cien años de la masacre. El Gobierno de Tamayo habló de 10 muertos y 70 heridos, pero los sectores obreros afirmaron que hubo más de 90 muertos y 300 heridos, y la cifra ha ido variando con el avance del tiempo y nuevas investigaciones. Hay historiadores que incluso hablan del millar de fallecidos. (I)

Organizaciones que impulsaron la huelga

  • Confederación Obrera del Guayas (COG) de tendencia liberal
  • Federación Regional de Trabajadores del Ecuador (FTRE) de tendencia de izquierda anarquista
  • Liga de mujeres Rosa Luxemburgo, de tendencia socialista.
  • Organizaciones gremiales y sindicales que participaron en la huelga:
  • Trabajadores de la Empresa de Luz y Fuerza Eléctrica
  • Trabajadores de la Empresa de Carros Urbanos
  • Asociación de Unión de Trabajadores de Gas
  • Unión de Trabajadores de la Fabrica La Fama
  • Unión de Trabajadores del Molino Nacional
  • Trabajadores de la fábrica El Progreso
  • Sindicato de la fábrica Roma
  • Unión de Trabajadores del Arsenal
  • Trabajadores del Muelle
  • Sindicato de la fábrica La Universal
  • Trabajadores de la Jabonería Nacional
  • Trabajadores de la Casa Americana
  • Unión de Trabajadores del Aserrío La María
  • Trabajadores de la Tenería La Iberia
  • Unión de Trabajadores de la Piladora San Luis
  • Sociedad de Tipógrafos
  • Asociación de Empleados
  • Asociación Febres Cordero
  • Sociedad Unión de Estibadores
  • Sociedad Cosmopolita de Cacahueros Tomás Briones
  • Asociación 30 de julio
  • Trabajadores de la Cervecería Nacional
  • Junta Proveedora de Agua Potable
  • Trabajadores de la Fábrica Nacional de Calzado
  • Trabajadores de la fábrica de Aceite
  • Trabajadores de la Desmontadora de Algodón de Klaere y Shotel
  • Trabajadores de la Curtiembre La Palma
  • Trabajadores de Rohde y Cía.
  • Trabajadores de la Jabonería Victoria
  • Trabajadores de Villa Pilar
  • Sindicato de la fábrica Italia
  • Comité Gremial del Transporte de Frutas
  • Trabajadores de Santa Rosa
  • Trabajadores de San Francisco
  • Trabajadores de Las Mercedes
  • Trabajadores de La Germania
  • Sociedad de Joyeros y Plateros
  • Liga Obrera del Gas
  • Empleados del Servicio Sanitario
  • Empleados del Comercio
  • Trabajadores de la Proveedora de Agua del Cuerpo de Bomberos
  • Gremio de Vendedores de Periódicos
  • Centro Feminista La Aurora
  • Escuela Taller de la Liga Obrera
  • Sociedad de Vivanderos
  • Sociedad de Plomeros y Gasfiteros
  • Sociedad de Areneros
  • Trabajadores de la Casa Witting
  • Trabajadores de La Corona
  • Sociedad Obrera de Yaguachi
  • Sociedad Unión de Panaderos
  • Ferrocarrileros de Durán
  • Gremio de Trabajadores de Aseo de Calles

Fuentes: Historia del Ecuador, editorial Salvat, Historia del movimiento obrero de Patricio Ycaza, Historia de las luchas populares, ediciones Cedime, Historia del movimiento obrero del Ecuador, Elias Muñoz, ediciones de la Universidad de Guayaquil.