“Nadie se niega a atender a los pacientes del IESS, porque es como la gallina de los huevos de oro, hay muchos intereses ahí”, dice Álex Díaz, un exgerente del hospital del IESS Teodoro Maldonado Carbo de Guayaquil, quien asegura que “es tal la corrupción que dañan equipos a propósito” para derivar a los pacientes.

Una derivación puede costar al IESS de $ 10.000 a $ 50.000, estima este exgerente que cree que “las unidades del IESS están a poco de ser exterminadas”. “¿Por qué, con la misma lógica que crecen prestadores externos, no crecen los hospitales del IESS?”, pregunta.

El hospital Teodoro Maldonado ha derivado, de agosto 2021 a agosto del 2022, 1.166 pacientes al mes (15.169 en este periodo), más de la mitad de ellos (53,1 %) por “falta de equipamiento” y el 33,2 % por “problemas de abastecimiento (medicinas o insumos)”. El hospital de Los Ceibos lo supera: 1.303 derivaciones en promedio al mes, el 78 % por falta de fármacos, insumos y equipos.

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“Tenemos un área de cuidados intensivos que pasa siempre al 100 %, entonces eso se deriva. En hemodiálisis hay 75 máquinas, ahí podemos atender tres pacientes por máquina, proyectamos subir la atención a cuatro turnos por día”, anuncia Francisco Pérez, gerente del HTMC. El gerente de Los Ceibos no aceptó entrevistas.

Las derivaciones, recalca Pérez, no las decide el hospital sino la Coordinación Provincial Médica. “Nosotros lo que hacemos es levantar la información, si hay o no una placa específica para una cirugía de la columna, o no hay la cama para hospitalización, o no hay quirófano”, explica Pérez.

Una vez reportada la necesidad, la Coordinación Provincial del IESS decide el prestador externo al que enviará al paciente. “Si se trata de quimioterapias, eso demora, Solca es peleado”, contó un funcionario de esa oficina que también alertó: “si tiene un padrino, el prestador llama a su contacto en el IESS y enseguidita le dan el código, con ese código el IESS le cubre todo al paciente”.

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El IESS deriva 6,5 millones de pacientes al año, afirma César Serrano, director de la Asociación de Prestadores Externos, que agrupa a 50 miembros en el país. “Damos plazas de trabajo a 150.000 familias, generamos aportes al IESS, al SRI. Nos exigen mantener un nivel alto de calidad”, dijo Serrano y descartó una supuesta ‘sobrefacturación’ al IESS. “Nos pagan a base del tarifario del MSP”.

Los prestadores externos no solo atienden a los pacientes derivados de hospitales, también a afiliados que llaman a la línea 140 y agendan una cita con el prestador de su preferencia. “La atención es buena en Socialmed”, dijo una usuaria de este prestador, cuyo dueño es un odontólogo que acumula doce prestadoras que le facturaron al IESS $ 167 millones desde 2020. (Ver recuadro).

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Otro grupo que aglutina prestadoras es Fresenius, que entre 2012 y 2020 adquirió once empresas de hemodiálisis para pacientes con insuficiencia renal en cinco provincias. Desde 2020, el IESS le ha pagado $ 71,2 millones por 56.769 atenciones, cada una a $ 1.255.

“Los voceros oficiales se encuentran fuera del país, en Alemania.., son los únicos autorizados en dar entrevistas”, dijo una vocera de Fresenius, cuyas empresas reportaron que entre el 98 % y 99 % de sus ingresos provienen del IESS y el MSP.

Farmadial, una de las últimas compañías adquiridas por el holding Fresenius en 2020, tuvo entre sus socios a Xavier Martínez Puga, accionista de Renalpro, firma que ha recibido casi $ 500.000 desde el 2021.

En el IESS hay 724 prestadores externos acreditados. Desde el año 2013, el Seguro Social les ha cancelado $ 5.960 millones, un valor con el que –dicen jefes de áreas médicas– se hubieran construido nuevos hospitales en el país. Si se considera el costo del hospital Los Ceibos ($ 240 millones), el IESS hubiera podido construir 24 hospitales similares con el monto pagado a prestadores.

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Guayas registra el pago más alto desde 2013. De los $ 5.960 millones, el 48 % ($ 2.866). A la cabeza de los mayores prestadores está la Junta de Beneficencia ($ 718,7 millones), Solca Guayaquil ($ 215,8 millones), Clínica San Francisco ($ 198,6 millones), Hospital Alcívar ($164,5 millones), Solca Quito ($ 139 millones), Solca Portoviejo ($ 129,3 millones).

Desde el 2020, Solca recibió del IESS $ 155 millones por las 314.754 atenciones (en promedio $ 492 cada una), según el IESS, entidad que debe a Solca $132 millones desde 2008, $ 45 millones a Solca Guayaquil.

“Están pagando, haciendo abonos, hemos llegado a convenios”, refiere José Jouvín Vernaza, presidente de Solca, que desde 2019 ha invertido $ 35 millones en la infraestructura afectada por el sismo del 2016.

Al hospital Alcívar y a su relacionada Dialcívar, el IESS les ha pagado desde el 2020 $ 67 millones por 17.621 atenciones, cada una a $ 3.818. Solo al hospital le debe $ 20 millones. El director, Raúl Alcívar, dice que desde julio han bajado a la mitad la atención de afiliados.

Clínica refiere que IESS le debe al menos $ 7 millones y que ha recurrido a préstamo de banco para continuar operando

Mientras que a las 68 clínicas de la Asociación de Clínicas y Hospitales Privados del Ecuador, que Alcívar preside, el IESS les debe unos $ 300 millones, y $ 600 millones en todo el país.

“El 80% de enfermedades de una población es resuelto en la atención ambulatoria; del 10 % a 20 % pasan a hospitales y clínicas”, afirma Jorge García, presidente de la Asociación Ecuatoriana de Gerentes de Servicios de Salud, y dueño de Savercorp (Semedic), que ha recibido del IESS $ 47,7 millones por 721.667 atenciones ($ 66 por atención) desde 2020.

El IESS es el principal cliente de Semedic, representa el 97 % de las ventas de este prestador que en 2012 abrió su primer centro en Urdesa, dos años después creó Semedic Sur y en 2019 Semedic Noguchi. Tiene dos locales más y dos terrenos en Daule, en donde prevén edificar un hospital. A Semedic el IESS le debe hace nueve meses, sin embargo, siguen recibiendo pacientes, dice García, quien fue coordinador zonal 8 del MIES (2016-2017), director médico del hospital del IESS de Milagro (2008-2013) y de varios centros del MSP (1996-2007). (I)