José Pío Abarca, como todos los días se levantó muy temprano, pero esta vez no lo hizo para ir a ver a sus animales o recorrer la huerta; lo hizo porque sus nietos le comunicaron que había sido llamado para vacunarse contra el COVID-19.
Aunque un poco cansado, llegó al centro gerontológico del conocido “valle de la longevidad” y fue atendido de inmediato por personal médico del Ministerio de Salud Pública (MSP).
Luego de presentar su cédula de identidad, verificaron sus datos, le hicieron algún chequeo médico que incluyó la medición de presión, ritmo cardiaco y oxigenación.
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#EcuadorSeVacunsa | 102 adultos mayores de la parroquia #Vilcabamba reciben la primera dosis de la #VacunaCOVID19. Cuidamos de las normas de bioseguridad. Personal médico explica el proceso a cada usuario antes de la inmunización en la #TierraDeLosLongevos. pic.twitter.com/nNPeaxPrJT
— Salud_Ec (@Salud_Ec) April 9, 2021
Conversó con los médicos quienes le explicaron lo que iba a pasar, es decir, el proceso de vacunación. Cree que en un principio ya se contagió: “Me dolían las canillas y la cabeza un poco. Me daba mareo un poco (…) vine a la vacuna y ahora me siento bien, estoy tranquilo, ya no siento dolor”, dijo.
Pero su nieto confirmó que nunca se ha contagiado. “Lo inscribimos con el personal del MIES que nos visitó. Normalmente pasa con las vacas y gallinas, ayer (jueves 8) estuvo un poco decaído y se lo ha cuidado al máximo. No ha salido ni los que viven con él, tampoco han salido”, contó su nieto William Ortega.
Él es un adulto mayor de 98 años, hiperactivo, según sus familiares. Ha vivido siempre en la parroquia San Pedro de la Bendita, a pocos minutos de Vilcabamba, dedicado a la agricultura, procreó 11 hijos de los cuales 9 están vivos. Tiene 20 nietos y 2 tataranietos y por supuesto que al igual que su familia, aspira a vivir muchos años.
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Otro de los longevos que llegó a vacunarse fue José Leopoldo Ramírez, de 97 años, oriundo de Izhcayluma, quien ha trabajado en la agricultura, se casó en Vilcabamba y tiene 9 hijos y muchos nietos (los que no recuerda enumerar).
Lo acompañó su hija Rocío y junto al personal médico lo ingresaron en una silla de ruedas, situación que en algún momento causó molestia en el anciano, pero recibió la explicación de que era por su bien y se tranquilizó, y luego de recibir la vacuna tomó una pequeña siesta.
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Albertina, de 91 años, oriunda de Vilcabamba, se vacunó y se mostró agradecida con el personal médico por la inmunización. “Dios les ha de pagar a los que trabajan y hacen por los demás. Esto (la pandemia) está terrible”, dijo, y siguió descansando para luego de 30 minutos de ser observada por los médicos recibir el alta y certificado médico.
No solo los locales ven como “acertada” la vacunación, también lo hacen los extranjeros que son muchos en esta población y que viven por muchos años asentados en lo que consideran un valle de tranquilidad y paz.
Julian Douglas Sedgwick, ciudadano inglés de 77 años, que llegó a estas tierras hace más de 50 por trabajo, también se vacunó. “Fui contratado y luego encontré una mujer, formando una familia. No me he contagiado, tuve una operación al intestino. Hay que protegerse contra lo que viene, hay que estar listos ante las variantes”, añadió.
En esta parroquia, ubicada a 45 kilómetros de Loja, preocupa la situación epidemiológica al momento, ya que se han reportado 50 casos activos, en su mayoría adultos mayores, por lo que es prioritaria la atención de las autoridades, tomando en cuenta que se debería proteger la longevidad, coincide la ciudadanía.
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En esta ocasión se vacunaron 102 adultos mayores, muchos de ellos longevos, quienes fueron ubicados con anterioridad por personal del MIES que ha venido actuando en territorio desde hace varios meses, llamados o contactados personalmente para poder vacunarlos. Para el 28 de abril, se prevé la colocación de la segunda dosis. (I)