Entre un 25 % y 30 % de familias en Guayaquil aún no paga algún servicio básico, pensiones escolares o préstamo de vivienda. Y es que aunque el clima de consumo se ha ido recuperando y mejorando tras la pandemia, y las restricciones de ciertas compras y los atrasos en hogares han seguido una tendencia a la baja durante los últimos seis meses, las cuentas no están al día.

Los datos del estudio Omnibus de la investigadora de mercado Kantar indican que, por ejemplo, en Quito las limitaciones adquisitivas se han reducido y la mora en gastos continúa su tendencia a la baja, aunque alcanza a un 18 % y 23 % de los consultados. En Guayaquil, la mora de los hogares ha iniciado una tendencia a la baja más tarde que en la capital.

Aquí también influye que en la actualidad “al que no paga el servicio básico, se lo cortan. Eso puede responder a que la recaudación de servicios básicos haya mejorado”, indica el analista económico Guillermo Granja.

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La pandemia motivó a los hogares a bajar su consumo, “pero esa estrategia se ha reducido notablemente”, volviendo a una suerte de “vida normal”, evalúa la firma investigadora de mercado que realizó el estudio.

El estudio Omnibus Kantar muestra particularidades sobre el tipo de consumo en Ecuador y patrones en la manera en que los ecuatorianos afrontan la pandemia que aún azota al mundo. Foto: Cortesía

El 68 % de hogares optó por replegar su consumo en abril del 2020, y ahora son el 41 %. Ese porcentaje es el promedio nacional, pero en Guayaquil corresponde al 37 %.

Las limitaciones adquisitivas continúan estables en ambas ciudades, sobre todo en los rubros de entretenimiento y compra de ropa o artículos del hogar.

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Con ropa y zapatos cómodos, tiendas se adaptaron a pandemia para reactivar sus ventas

Así, si en Guayaquil en abril del 2020 el 92 % de familias bajó su consumo en cines, comidas afuera y paseos, en julio del 2021 el 88 % sigue sin utilizar su dinero en estos entretenimientos.

  • El 93 % postergó la compra de ropa o artículos del hogar y ahora es el 86 %.
  • Del 62 % que no pagó su planilla de agua, electricidad o teléfono en la pandemia, la mitad sigue sin poder hacerlo (30 %).
  • Al igual que las pensiones o gastos educativos: la mora en este rubro ha pasado de 56 % a 26 %.
  • Y la del arriendo o pago de préstamo hipotecario de 56 % a 25 %.

Y es que en pandemia se tuvo una “estrategia de guerra” de optimizar los gastos y con la incertidumbre si a fin de mes se perdía el empleo, y ahora con empleos que se empiezan a recuperar, así como las afiliaciones al Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS), se traduce en un aumento de consumo y servicios, y eso responde a lo que Granja considera que está teniendo en este momento el país: una reactivación económica ligera.

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“La gente estaba hastiada de estar encerrada y busca comprarse ropa, un perfume, comer afuera, una vez que la gente ya tiene cubiertas sus necesidades básicas empieza a demandar otro tipo de necesidades en función de la parte psicológica”, agrega.

Sin embargo, lo que se ha ido recuperando iría atrás con el anuncio del Gobierno de que quienes ganen más de $ 2.000 al mes ($ 24.000 al año) paguen más impuesto a la renta.

Un impuesto siempre merma la capacidad de consumo y de demanda.

Guillermo Granja, analista económico

Este planteamiento es parte del paquete de reformas que entregará este viernes 24 de septiembre el presidente Guillermo Lasso a la Asamblea Nacional.

Con eso los ajustes en el consumo volverán y “vamos a ver el efecto contrario, la gente va a decir ‘si ya no me sirve tanto deducir vestimenta, entonces mejor voy a restringir el consumo’. Ese consumo que yo iba a hacer se va a ir al impuesto, la gente se va a ajustar de esa manera, va a demandar menos, va a esperar a ver cuánto es el impuesto y ya no va a poder deducirlo a mayor cantidad, vamos a tener un efecto contraproducente”, indica Granja, pues sostiene que siempre un impuesto merma la capacidad de consumo y de demanda.

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Otro factor que preocupa a los ecuatorianos -según Kantar- es la macroeconomía, especialmente marcada por la baja del precio del petróleo. Sin embargo, en junio y julio esta preocupación retomó la tendencia a la baja, así como el nivel de preocupación general por la pandemia de COVID-19.

Un 77 % de guayaquileños y un 80 % de quiteños manifiestan alta preocupación sobre cómo va la economía del país.

La telefonía fija y la televisión por cable siguen teniendo cada vez menos clientes

La reducción de gastos en los hogares sigue pasando factura a los servicios de telecomunicaciones.

Durante la pandemia se perdieron más de 160.000 suscriptores de televisión pagada, de enero a septiembre del 2020. Desde entonces hasta ahora son otros 123.000 abonados perdidos.

Más de 160.000 suscriptores dejaron el servicio de televisión pagada durante este 2020 marcado por la crisis

Las cifras de la Agencia de Regulación y Control de Telecomunicaciones (Arcotel) iba registrando trimestre a trimestre cómo en ese 2020 los hogares dejaban ese servicio. A septiembre del año pasado 946.962 hogares contaban con televisión pagada. A julio del 2021 son 823.947.

El grado estimado de penetración de este servicio, que considera el total de usuarios por hogar, era 20,62 % hace un año y ahora está en 17,88 %. Lejos del 24 % del 2019, antes de la pandemia.

En la telefonía fija son más de 200.000 abonados menos desde la pandemia. Al iniciar el 2020 eran 2′169.551, a octubre de ese año se redujeron a 2′086.637 y a julio del 2021 suman 1′962.709, según las estadísticas de Arcotel. El último dato no cuenta con datos actualizados de CNT, pues su número de clientes de este servicio de mayo se repite en junio y julio, ya que la empresa pública reportó a la agencia de control “problemas en su red interna para remitir información actualizada”. (I)