La compañía azucarera San Carlos obtuvo las certificaciones Kosher y Halal para su azúcar y derivados. La primera se refiere a los alimentos que se preparan con las normas de consumo judías apegadas a requisitos de la dieta de la Biblia hebrea. Y la otra determina que un producto o servicio cumple con lo que establece la ley islámica (sharía) para que sea consumido.

Voceros de la empresa explicaron que esta siguió todos los pasos que se contemplan para obtener este tipo de certificaciones: llenar el formulario de registro y solicitud para la aplicación de la certificación; pasar los procesos de auditorías obligatorios: gestión documental y del proceso y/o productos en sitio; gestionar las tasas o pagos asociados; y recibir la certificación con el respectivo manual de uso.

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En las auditorías externas, indicó la empresa, se verificó que los procesos cumplen “con altos estándares de limpieza, prevención de la contaminación cruzada y seguridad alimentaria”.

No fue necesario hacer ninguna inversión adicional en estas acreditaciones “debido a todas nuestras fortalezas y a las mejoras agroindustriales que hemos implementado durante años, algunas de ellas producto de otras certificaciones (ISO, Inocuidad, BPM, Ecoeficiencia, Puntos Verdes, y otras), informó la compañía.

Unas 80 empresas han acogido el símbolo Kosher para vender localmente y exportar

La expectativa de San Carlos es que con estas certificaciones se puedan abrir nuevos mercados de Europa y Estados Unidos, donde el crecimiento de la demanda de productos certificados para la población judía y musulmana está aumentando exponencialmente, incluso superando a otras etiquetas alimentarias, señalaron los voceros.

La empresa produce alrededor del 33 % del azúcar que el mercado ecuatoriano consume. Su ingenio está ubicado en la provincia del Guayas, con una extensión de aproximadamente 28.000 hectáreas de caña para cosecha, distribuidas en los cantones Marcelino Maridueña, Naranjito y El Triunfo.

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San Carlos cultiva entre el 65 % y el 70 % de la caña que muele anualmente, y compra la diferencia a cañicultores y finqueros de zonas aledañas. (I)