El intercambio comercial entre Ecuador y sus mercados de destinos impusieron un récord en este 2022, sin embargo, el sector productivo aclaró este miércoles que las cifras, aunque no mienten, hay que analizarlas con pinzas.

Los representantes de los principales sectores productivos como el bananero, el camaronero y el cacaotero, que juntos representaron $ 8.697 millones, debatieron este miércoles un análisis que indica que de enero a septiembre pasado las importaciones totales del Ecuador alcanzaron los $ 22.750 millones, pero, asimismo, las exportaciones llegaron a $ 24.850 millones, lo que resultó en un superávit de $ 2.150 millones.

De enero a agosto las exportaciones bananeras siguen a la baja, tendencia que se mantendría con un cierre negativo del 2022, con al menos -8 %

José Antonio Camposano, presidente de la Cámara Nacional de Acuacultura (CNA) y director ejecutivo de la Corporación de Gremios Exportadores del Ecuador (Cordex), aseguró que el enfoque de la información hace parecer que el sector exportador pasa por un buen momento y que no existen temas por atender, sin embargo, aseguró que la situación real dista mucho de lo que reflejan las cifras.

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“Si ustedes quitan nada más el incremento de las exportaciones del sector camaronero pasamos de superávit a déficit. Entonces, no se puede hablar del sector exportador con superávit cuando esas cifras rápidamente cambian a déficit una vez que usted quita el desempeño de una de las cadenas”, analizó Camposano, quien indicó que es importante observar las cifras dentro de un contexto real.

Su sector exportó de enero a septiembre pasado $ 5.676 millones, 54 % más que en el mismo periodo del 2021.

¿Cuál es entonces el contexto real del sector exportador? Camposano, junto con José Antonio Hidalgo, director ejecutivo de la Asociación de Exportadores de Banano del Ecuador (AEBE); e Iván Ontaneda y Merlyn Casanova, representantes de la Asociación Nacional de Exportadores e Industriales de Cacao del Ecuador (Anecacao), aseguraron que la salud de la cadena productiva está pasando por un mal momento.

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El titular de Cordex enumeró varios factores, entre exógenos e internos, que impactan a la cadena. El primero es la inseguridad, puntualizó Camposano, quien lamentó que en lo que va de este año “63 personas vinculadas al sector exportador y productivo han sido asesinadas por el crimen organizado que está parando en carreteras y canales fluviales y golfos de este país sin la debida atención de parte de los ministerios que deben atender la seguridad.

Añadió que 1.500 personas resultaron heridas en estos hechos, lo que derivó en costos de hospitalización y cuidados ambulatorios que rebasaron el millón de dólares.

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“Anualmente los sectores aquí representados gastamos, por lo menos, $ 100 millones en dotarnos de seguridad a través de tecnología, guardias armados, custodias, seguros, equipamientos satelitales y más, porque el Estado no nos puede brindar seguridad”, reveló Camposano, quien detalló que incluso su sector ha llegado al límite de contratar custodias para el transporte de los sacos de alimentos balanceados para camarón.

Por su parte, Ontaneda señaló que el sector cacaotero gasta $ 16 millones al año ($ 4 por tonelada) en servicios de seguridad y que en este 2022 los casos de contaminación de contenedores de cacao han incrementado el 400 % con relación al 2021, lo que está haciendo perder mercados, pues los clientes internacionales no quieren estar ligados a investigaciones judiciales.

Contaminación de contenedores con droga en los puertos

“Estamos con el agua hasta el cuello y creo que es fundamental sentarse (a conversar)”, sostuvo el titular de Anecacao.

En lo que respecta a la carga impositiva, el sector bananero reveló que en el 2021 el valor por ese concepto superó los $469´916.000.

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Otro de los impactos, prosiguió Camposano, es la falta de impulso a la competitividad que ha afectado el desempeño de las exportaciones del 2022 debido a la alta carga impositiva, la escasez y el incremento de costos de materias primas; la inexistente reducción arancelaria y la caída de precios en el mercado internacional.

En este sentido, el titular de Cordex detalló que existen alrededor de 100 subpartidas arancelarias que siguen pagando aranceles. Por otra parte, la cadena primaria aún paga impuesto al valor agregado sobre bienes de capital, insumos y materias primas, cuando la ley indica que esos bienes deben tener tarifa IVA cero, con el objetivo de evitar exportar impuestos.

“La última reforma arancelaria que se aprobó en la administración anterior, pero se ejecutó en esta administración data de septiembre del 2021, es decir, ya llevamos 13 meses sin una nueva reforma arancelaria en la que, por ejemplo, el sector acuicultor tiene casi 100 subpartidas que pagan aranceles para su producción”, sostuvo el dirigente.

Por último, la eliminación del subsidio del diésel para cartoneros que poseen predios de más de 30 hectáreas. El dirigente aseguró que aumentó el costo de producción a 16 centavos por libra, afectando al 82 % de la superficie camaronera a nivel nacional; de ese porcentaje el 30 % está en riesgo de quiebra, aseguró.

Otro factor es el drawback automático, un mecanismo empleado por otros países para motivar las exportaciones, pero que en Ecuador no se emplea por falta de voluntad, un reglamento y decisión política del Gobierno, reclamó Camposano, quien agregó a estos impactos el costo de los escaneos de contenedores para evitar las contaminaciones que será trasladado al sector exportador y les costará unos $ 20 millones al año.

“Esto (el drawback automático) lo aplica Perú, lo aplica Colombia, es una política de fomento a la exportación reconocida por la OMC (Organización Mundial del Comercio), no es un subsidio, no es nada ilegal”, explicó el directivo, quien lamentó la decisión del Gobierno de no aplicar esta herramienta, que según Camposano, se había calculado que podría significar la devolución anticipada de $ 280 millones al sector exportador, que es entre el 1 % al 3 % del total de las exportaciones.

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Sin embargo, pese a estos desincentivos Camposano resaltó que, por ejemplo, el sector camaronero ha continuado con sus proyectos de inversión para tecnificarse y ser más eficiente. En el 2022 el monto superó los $ 700 millones y generó 5.500 nuevos empleos adicionales a los 15.000 generados en 2020 y 2021.

“Vemos con preocupación que ese ímpetu y que nuestro margen para poder seguir generando esas inversiones y plazas de empleos se agotan porque no existen políticas públicas que apuntalen esa competitividad”, advirtió Camposano. (I)