Las últimas declaraciones del presidente de la República, Guillermo Lasso, sobre que dentro de la ‘megaley’ Creando Oportunidades se buscará que quienes ganan más de $ 25.000 al año, un promedio de más de $ 2.000 mensuales, paguen más impuestos y que representarían el 3,5 % de la población económicamente activa, generan reacciones desde varios analistas. Mientras algunos lo ven positivo, otros tienen aún dudas sobre las cifras y la aplicación.

Napoleón Santamaría, abogado tributario, se mostró de acuerdo con la propuesta. Explicó que la filosofía que está proponiendo el presidente es clara: aplicar el principio de equidad vertical, es decir que entre ciudadanos iguales se les cobre de acuerdo con lo que ganan, quienes más ganan más pagan.

De esta manera, según sus cálculos, quienes ganaban ahora hasta $ 2.083 -que estaban prácticamente sin pagar impuestos- ahora deberán pagar más. Este grupo de ciudadanos no pagaban, pues podían hacer uso del descuento de gastos personales.

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Además recordó que quienes ganan más de $ 100.000 al año ya no pueden realizar las deducciones de gastos personales, desde el 2019. Entonces, la medida llegaría para quienes ganan más de $ 2.083 y quienes ganan hasta $ 8.300, pues quienes ganan más ya no tienen el beneficio de deducción.

Sobre cómo se lo instrumentaría, dijo que hay dos vías. Una es poner un impuesto de 2 % o 3 % más de manera temporal por el tema del COVID-19. La otra opción sería reducir la deducción de gastos personales. Pone un ejemplo: alguien que gana $ 3.000 al mes, al año ganaba unos $ 36.000, pero pagaba sobre $ 22.000 ya que bajaba $ 12.000 de fracción desgravada y unos $ 2.000 de gastos deducibles. Ahí pagaba el impuesto a la renta con una tarifa de 7 %. Ahora si se bajara esa deducción a $ 7.000, el pago debería hacerlo al 11 %.

Para Santamaría siempre será más conveniente una medida permanente y no solo temporal. Sin embargo, también aconsejó que haya un impuesto a la renta a ciertas compañías con buena rentabilidad, que incluso ganaron por la pandemia.

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De acuerdo con Jaime Carrera, secretario ejecutivo del Observatorio de la Política Fiscal (OPF), últimamente ha habido versiones contradictorias sobre este mismo tema, pues el ministro de Economía había hablado de cobrar más impuestos o de contribuciones extraordinarias para personas que ganen más de $ 1.000. También se había dicho que este era el 4 % de la población.

Por ello piensa que es necesario esperar a que la Ley llegue para ver los términos de esta. La ley será entregada este viernes a las 14:00 a la Asamblea, con carácter de económico urgente.

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El presidente Lasso lo hará de manera personal en el Salón José Mejía Lequerica, del Palacio Legislativo. Previamente, esta noche, hará una presentación a la ciudadanía tanto de la Ley como del Plan de Creación de Oportunidades, equivalente al Plan Nacional de Desarrollo.

En todo caso, comentó que si una persona gana $ 2.000 al mes y se le resta la base de deducción imponible que es de $ 12.000 y se hacen las deducciones por educación, salud, arriendos y otros que corresponden, entonces estas personas no pagan impuestos. Considera que este esquema se mantendría, pero las escalas hacia arriba sí variarían para cobrar mayores impuestos a los que más tienen.

De manera conceptual, Carrera dijo que debido a la pandemia podrían pagar más impuestos las empresas que tuvieron mejor desempeño, como las farmacéuticas o empresas de alimentos. En cuanto a las personas, no está claro quiénes deberían pagar más. Explicó que muchas personas que ganan más de $ 2.000 no estarían de acuerdo con pagar más impuestos si ellas no son beneficiarias de los servicios que da el Estado. Por ejemplo, tienen a sus hijos en educación privada, no usan los servicios de hospitales públicos, deben contratar seguridad privada… Otro problema es a dónde va dirigida la mayor recaudación. Si es para pagar una burocracia excesiva, difícilmente se aceptaría.

Por su parte, Alberto Acosta Burneo, editor de Análisis Semanal, considera que el principal problema fiscal es que si el Gobierno quiere incrementar impuestos a la población, requiere trabajar en la calidad de servicios públicos que entrega el Estado. Explicó que en otros Gobiernos se han realizado una serie de reformas tributarias, siempre buscando financiar el alto gasto corriente.

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Para Acosta, para poder recaudar más no se debería apuntar a quienes ya pagan los impuestos, es decir, a quienes ya son sus “clientes cautivos”. El desafío, dijo, debería ser cobrar a quienes no son clientes del SRI, o sea, al sector informal. Al hablar del sector informal, agregó, no habla de los pobres, sino de sectores que sí tienen ingresos pero se mantienen convenientemente al margen para no pagar.

Finalmente, explicó que las cifras que han dado, tanto el ministro Cueva como el presidente Lasso, están subestimadas, pues se parte de una encuesta del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) en la que se habla de un ingreso per cápita por familia tipo, pero los impuestos se cobran a quienes lo ganan, no a las familias. Considera que el impacto numérico puede ser mayor. (I)