El bitcoin es una criptomoneda que nació tras la crisis financiera de 2008. En octubre de ese año, Satoshi Nakamoto, un seudónimo, publicó en internet el libro blanco fundador. La identidad real de la persona o el grupo que se esconde detrás sigue siendo una incógnita.

En el documento de 8 páginas, Nakamoto presenta el objetivo de su criptomoneda: “efectuar pagos en línea directamente de una persona a otra sin pasar por una institución financiera”. Así, el 3 de enero de 2009 se creó el primer bloque: 50 bitcoines.

Desde entonces se han lanzado numerosas criptomonedas diferentes (ethereum, tether, polkadot...). Hoy existen más de 11.000, según el sitio especializado CoinMarketCap.

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Hay actualmente unos 18,8 millones de bitcoins en circulación. La masa monetaria aumenta progresivamente con la emisión de nuevas unidades. En cambio, se ha fijado un tope a su creación: el número de bitcoins no podrá jamás superar los 21 millones.

Los bitcoins actualmente se compran en las plataformas de intercambio, utilizando monedas tradicionales. Los fondos se conservan luego en una cartera virtual protegida, detalla la agencia AFP. Para evitar los pirateos, algunos usuarios prefieren colocar sus fondos en una cartera desconectada.

¿Cuánto vale?

En 2013, el bitcoin, que inicialmente no valía casi nada, superó los 1.000 dólares y empezó a atraer la atención de las instituciones financieras.

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Desde entonces, este volátil mercado ha variado mucho, aunque con clara tendencia alcista.

A fines de 2017, el bitcoin llegó a los 19.511 dólares, pero la burbuja estalló, y su valor cayó. Volvería a superar los 10.000 dólares a mediados de 2019 y los 15.000 en noviembre de 2020.

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En 2021, el interés combinado de inversores particulares, fondos de inversión y empresas disparó su cotización a un máximo histórico de 64.870 dólares en abril.

Nueva montaña rusa, con una caída a fines de junio a 28.824 dólares y nueva disparada en torno a los 50.000 dólares en septiembre.

Su volatilidad frena su adopción como medio de pago. Otro obstáculo es el tiempo de validación de la transacción: según la congestión de la red, la confirmación del pago puede tardar entre varios minutos y horas.

Algunos de sus partidarios han abandonado incluso la idea de utilizar el bitcoin como medio de pago en Europa o Estados Unidos, y consideran más bien a la criptomoneda como el futuro oro digital: un medio de conservar el valor fuera del influjo de los bancos centrales.

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Alto riesgo

Marcos López, delegado del presidente Guillermo Lasso en la Junta de Regulación de la Política Monetaria y Financiera, consideró meses atrás que el bitcoin sigue siendo un activo financiero de alto riesgo. Comentó que esta no es, a su criterio, una moneda de fácil acceso y de fácil manejo.

Ya en 2018, el Banco Central del Ecuador (BCE) había indicado a los ecuatorianos que las criptomonedas (como bitcoin) no son un medio de pago autorizado en el país y no cuentan con respaldo, pues sustentan su valor en la especulación.

Además, tampoco están controladas, supervisadas ni reguladas por ninguna entidad del Ecuador, razón por la que “representan un riesgo financiero”. Esto quiere decir que el uso de las criptomonedas y los problemas que pudieran derivarse de su carácter especulativo son de exclusiva responsabilidad de quienes decidan adoptarla.

En sus inicios, el bitcóin se utilizaba mayoritariamente en el dark web o red oscura de internet, cuyo contenido no figura en los motores clásicos de búsqueda, para comprar productos ilícitos. Con el pasar del tiempo, cuando su popularidad se fue extendiendo, algunos restaurantes y tiendas empezaron a aceptar los bitcoines, especialmente en las grandes ciudades.

Además, las criptomonedas estarían siendo usadas por delincuentes para la venta y compra de drogas, armas o programas para secuestrar datos de víctimas de fraudes. Así también, para intercambiar dinero en efectivo facilitando el lavado de dinero o incluso financiar actividades terroristas.

Críticos de alto nivel

Las críticas sobre este sistema han llegado desde personajes de alto nivel. Como el caso de magnate estadounidense y gurú de Wall Street Warren Buffett es uno de los que se ha manifestado en contra de las criptomonedas.

“En términos de criptomonedas, generalmente puedo decir con casi total certeza que tendrán un mal final”, dijo el multimillonario en una entrevista para CNBC, al tiempo de agregar que no colocará nunca una inversión a corto plazo en criptomonedas.

“Las criptomonedas no tienen ningún valor y no producen nada. No reproducen, no te envían un mail de comprobación, no pueden hacer nada y lo que esperas es que alguien venga y te pague dinero por ellas en un tiempo para que esa persona sea la que tiene el problema. Pero en términos del valor: cero” Warren Buffett

Bill Gates, el cofundador de Microsoft, también es uno de los opositores a este sistema, en este caso por un tema ambiental. “El bitcoin utiliza más electricidad por transacción que cualquier otro método conocido por la humanidad, por lo que no es algo que respete el medio ambiente”, dijo.

Por este mismo lado va Elon Musk, el CEO de Tesla, quien hace unos meses dejó de aceptar bitcoins como forma de pago por sus vehículos eléctricos. “Estamos preocupados por el rápido incremento en el uso de energía fósil para el minado y las transacciones de bitcoin, especialmente el carbón”, señaló en un comunicado publicado en Twitter.

En todo caso, Musk cree que las criptomonedas son una “buena idea”, pero dijo que esta “no puede ser a expensas de un gran coste para el medio ambiente”.

Rechazo por grandes organismos

En América Latina o en África, la criptomoneda atrae a las poblaciones jóvenes en los países donde la inflación galopante hace perder valor a la moneda local.

El Salvador se convirtió el martes en el primer país del mundo en declarar el bitcoin moneda de curso legal, un polémico plan del popular presidente Nayib Bukele que arrancó con la caída del sistema por la fuerte demanda y generó fuertes oscilaciones en el precio de la criptomoneda.

Para las autoridades el bitcoin estimulará la economía que, desde su dolarización en 2001, ha estado estancada con una media de crecimiento entre el 2 y 4%, y que en 2020 se contrajo un 7,9% en medio de la pandemia.

Pero economistas y organismos como el Banco Mundial, el FMI y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) son escépticos sobre la adopción del bitcoin como moneda legal debido a su alta volatilidad.

“Es una apuesta enorme para el sistema de pagos del país dado que hacer transacciones en la divisa cuando el precio futuro es tan incierto es riesgoso”, estimó Susannah Streeter, analista de mercados e inversiones de la compañía de servicios financieros Hargreaves Lansdown en Londres.

“Existe la preocupación de que tornándose un refugio bitcoin, el país que ya ha enfrentado problemas serios de corrupción atraiga el tipo incorrecto de inversiones de grupos criminales que buscan el anonimato”, añadió.

El Banco Mundial rechazó una solicitud de ayuda del gobierno salvadoreño en la implementación del bitcoin como moneda de curso legal.

Este organismo se mostró preocupado por la transparencia del proceso y el impacto medioambiental del minado, el sistema por el que se generan nuevos bitcoins y que implica que las computadoras resuelvan una serie de acertijos matemáticos, para lo que consumen una gran cantidad de energía. (I)