La forma de pagar las compras del supermercado cambió de un año a otro. Al hacerlo con tarjeta de crédito antes el 55 % de clientes usaba pago corriente y el 45 % pago diferido, ahora el diferido está en primer lugar con un 50,6 %.

Ese cambio no es conveniente y la experta en Educación Financiera de Fundación Crisfe, Karina Díaz, explica el por qué: la compra de alimentos es un consumo diario y de productos que como máximo son para 60 días como los no perecibles y al diferirlos se van acumulando las cuotas y aumentando el endeudamiento.

Por ejemplo: en el mes uno compramos $ 90 y diferimos a tres meses -el compromiso adquirido es de $ 30 mensuales-, pero al siguiente mes vuelvo a diferir $ 90 y ya tengo una cuota de $ 30 y tendré otra de $ 30 más -ya son $ 60- y cada vez nuestro endeudamiento es más alto y esta cuota de crédito va a ser más alta. “Si nuestros ingresos no incrementan lo que estamos haciendo es un endeudamiento que se nos va a convertir en una bola de nieve y luego nos va a afectar en las finanzas del hogar”.

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¿Por qué ocurre esto?

Creencias. Solemos tener un exceso de optimismo y pensar que los ingresos que se tienen hoy se tendrán por siempre y eso no está seguro. La experta indica que puede haber reducción de ingresos, un recorte de personal o que quienes tengan emprendimientos y negocios no logren el dinamismo que esperaban. “Este exceso de optimismo hace que nos vayamos endeudando más y no es lo adecuado en alimentos”.

Durante el 2022 hubo incremento del nivel de precios de los alimentos y bebidas no alcohólicas y por esto posiblemente los compradores restringieron su consumo o modificaron su comportamiento al momento de realizar el pago de sus compras. De acuerdo con ese aumento de precios, la baja del 5 % en ventas de supermercados y el aumento del pago diferido con respecto al corriente, posiblemente las personas perdieron poder adquisitivo en el 2022 con respecto al año anterior, y así compran menos y lo que compran prefieren diferirlo, señala un reporte de la consultora económica Oikonomics que al analizar datos del Servicio de Rentas Internas (SRI) y de la Superintendencia de Bancos y compararlos entre octubre del 2021 y octubre del 2022 estableció que ahora las compras en supermercados se hacen más con tarjeta de crédito y con pagos diferidos a varios meses en lugar de en un solo pago.

¿Qué podemos hacer?

  • Revisar gustos y preferencias en alimentos. Muchas veces el consumidor se guía por marcas pero puede encontrar sustitutos que dan la misma satisfacción y tienen un valor más económico.
  • Ir saliendo de esos diferidos y -si se ha hecho costumbre- tomar conciencia y hacer la cuenta de cuánto es la cuota que al momento se paga al mes por haber diferido los alimentos en varios periodos.
  • Si se está dando uso a la tarjeta de crédito para los alimentos, analizar cómo salir de este círculo. “Un buen hábito financiero genera bienestar y estar endeudándome para la comida seguramente ya me está teniendo un poco preocupado porque no puedo cubrir mis necesidades básicas, ya estoy perdiendo mi bienestar y puedo reflexionar que este no es un buen hábito”. ¿Cómo cambiarlo? Tratando de ver en familia qué alimentos se están consumiendo, revisar las despensas porque seguramente hay cosas que se están acumulando. Un buen reto es ser creativos y en esta semana o en 15 días consumir lo que se tiene. Lo importante es revisar y -aunque sea un poco complicado porque tocará pensar en nuevas recetas- en esos días consumir lo que hay en casa antes de ir al supermercado.
  • En el caso de los artículos de cuidado y aseo personal, ver con qué frecuencia se los compra y cambiar hábitos de cómo los consumimos. Por ejemplo, en el detergente sí o sí carga llena de lavadora porque si se usan dos tapas de detergente seguramente se utiliza lo mismo con media lavadora o con su capacidad máxima. En pastas dentales revisar marcas y sustitutos, las ofertas, que permitan disminuir el costo de estos productos. “Lo que tengo que ver es en cuánto tiempo lo uso. Si me he dado cuenta que los artículos de limpieza me duran dos meses no los voy a diferir para tres, lo voy a diferir para dos meses de los cuales voy a hacer una reposición, entonces no me voy endeudando más”, recomienda Díaz aunque la mejor opción siempre es no diferir.

¿Cuál es el riesgo?

Cada vez que se difiere el cupo de la tarjeta de crédito se va disminuyendo y esto pueder ser un problema en situaciones de urgencia. “Qué pasa si tengo un cupo muy lleno con esto de alimentos y tengo un accidente, en algunos centros médicos dicen que su respaldo va a ser su tarjeta de crédito y no voy a tener un cupo que me permita incluso dar este respaldo en una emergencia”, comenta la experta. (I)