La fotografía del mercado energético a nivel global y sus implicaciones para la región, así como las oportunidades y desafíos de los países de América Latina y El Caribe en el aprovechamiento, generación y abastecimiento de energía, serán temas por tratar entre el 12 y el 16 de diciembre en Panamá. Esto dentro de la VII edición de la Semana de la Energía, que llevarán adelante la Organización Latinoamericana de Energía (Olade), la Secretaría de Energía de Panamá y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), con la colaboración de EnergyNet. El director ejecutivo de Olade, Alfonso Blanco, en entrevista con este Diario, hace un recorrido por los últimos acontecimientos internacionales sobre energía. Considera que Ecuador tiene un gran potencial de energía limpia, dentro de una región que tiene el 33 % de renovabilidad de energía.

¿Cuál es el análisis que hace Olade con respecto a la situación energética de la región?

Ha habido tres hitos en los últimos dos años que han marcado la agenda del sector energético a nivel global. El primero fue la pandemia, que afectó los mercados de energía con la modificación de la demanda. La contracción incidió en la caída de precios del crudo, que llegaron a ser hasta negativos a momentos. Luego, hubo una reapertura de la economía, y se llega a noviembre del 2021 con un impulso fuerte en el tema climático. En Glasgow se plantea el tema de la emergencia climática; se marcan metas de carbono neutralidad, y así el tema climático toma importancia en la agenda. Pero en febrero del 2022 se presenta la crisis bélica entre Rusia y Ucrania, y se mueven las fichas, y entra todo a reconsiderarse. Entonces, pasa a ser la seguridad energética la prioridad. Esto en un escenario donde suben los precios del crudo fuertemente y con marcados problemas de abastecimiento.

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¿Esto cómo afecta a la región?

Todo tiene una importante implicación. Por ejemplo, los importadores de petróleo tienen una incidencia en su balanza de pagos por aumento de las importaciones, acompañado de una fuerte alza de la inflación. Para otros países que habían transitado a ser menos dependientes del petróleo, el impacto es menor. Otros países que producen crudo tienen mejora de los ingresos; pero, por otro lado, experimentan una fuerte necesidad de aumentar la producción para, de alguna forma, ir acompañando el escenario de buenos precios. Las energías renovables de las que dispone la región terminan siendo parte del camino de la seguridad energética, considerando que la energía es requerida por el mercado europeo y Asia; sin embargo, no es una solución que se pueda aplicar de manera inmediata. Hoy los problemas de abastecimiento son temas inmediatos, sobre todo porque se está llegando al invierno en el hemisferio norte.

Si bien la región tiene disponibilidad de recursos, ¿cuáles son los riesgos de seguridad energética que podría experimentar? Pienso, por ejemplo, en mercados como el ecuatoriano, altamente dependiente del diésel…

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De momento no se están observando precios de $ 600 el megavatio hora, como en Europa, pero no debemos depreciar el impacto de la crisis de abastecimiento. Para hacer un análisis sobre los riesgos de importación, hay que hacer un análisis por subregiones: no es lo mismo hablar del Caribe, que es altamente dependiente de los derivados, que alguien que es autosuficiente en refinación sin necesidad de recurrir a importación. Existe un estrés en términos de disponibilidad de derivados. En cambio, si hablamos de la generación de electricidad, nuestra región tiene una amplia capacidad instalada de fuentes renovables. Esto representa un colchón importante en cuanto a la electricidad, en una región que cada vez está siendo más electrificada. Otro aspecto positivo es que nuestra matriz energética es poco dependiente del carbón natural. En América Latina, la matriz de dependencia es del 5 %, mientras que en países de Europa es del 27 %. Esto nos lleva a tener la matriz energética más verde del mundo. La región incide en emisiones de gases de efecto invernadero en un 5 %. Todo ello son las grandes oportunidades. También hay riesgos porque tenemos un 40 % de demanda de energía que se va en transporte. Por otro lado, tenemos una amplia disponibilidad de recursos fósiles que pueden ser aprovechados.

¿Cómo evalúan desde Olade el tema del hidrógeno verde?

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Cuando hablamos de sustitución de fuente fósil, el hidrógeno verde es una opción. Primero se analiza como sustitución de fuente de consumidores de energía para la industria cementera, del acero. El hidrógeno verde tiene capacidad de incidir como combustible en una parte del transporte que es poco electrificable y que es el transporte pesado, marítimo y aéreo. A partir del hidrógeno se pueden conseguir combustibles sintéticos que tienen la capacidad de sustituir fuente fósil. La cadena de valor del hidrógeno genera buen rédito para economías locales: empleo, producción de fertilizantes; aquí entra el amoniaco verde también. Estamos entrando en proceso de desarrollo al mismo ritmo que países avanzados, y eso nos posiciona en buen lugar.

¿Qué debemos priorizar como región? ¿Cuál es su consejo?

Siempre me gusta dar un mensaje alentador. Como latinoamericanos, somos muy críticos y no resaltamos nuestras fortalezas. Mientras los mercados de energía están tremendamente estresados y hay una pérdida de calidad de vida en Europa y Asia por el incremento de precios en este mercado, nuestra región es la más verde del planeta, con un 33 % de renovabilidad respecto al 13 % del resto del mundo. Tenemos capacidad de recursos amplia: recursos eólicos, recursos solares, hídricos...

Pero entonces, con esta capacidad, nos estamos durmiendo en los laureles. ¿Podríamos aprovechar más estos recursos renovables? ¿Cómo ve a Ecuador?

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Hay países de nuestra región que han aprovechado, con política pública necesaria para aprovechar de lo que se dispone. En todo el mundo hay 20 países que tienen 70 % de renovabilidad; de esos, doce están en América Latina, y uno de ellos es Ecuador ha logrado robustecimiento con base a la hidroelectricidad y tiene energías renovables por encima del 80 %. Esto le ha permitido ser exportador de electricidad de forma temporal a Colombia. Esto constituye un caso de éxito en la cooperación energética regional. (I)