Aunque el precio de la gasolina ha ido disminuyendo los últimos tres meses en Estados Unidos, otros precios no han parado de subir desde hace un año y medio en Estados Unidos, y golpean el bolsillo de las familias.

La bajada mensual del 10,6 % del precio de la gasolina no fue suficiente para compensar las subidas de otros conceptos, como los alimentos, cuyos precios continúan al alza, según los datos publicados este martes por la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS).

Luego de alcanzar en junio su nivel más alto en más de 40 años, 9,1%, la inflación se moderó en julio para ubicarse en 8,5% en 12 meses. La tasa anual sin embargo resulta más elevada que el 8,0 % esperado por los analistas.

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En junio, el precio de la gasolina alcanzó los 5,02 dólares el galón; hoy está a 3,70 dólares, según la Asociación Estadounidense de Automovilistas (AAA, por sus siglas en inglés). En teoría, eso tenía que significar que la inflación se desplomara, pero en la práctica no ha sido así. El Índice de Precios de Consumo (IPC) en agosto ha quedado en la parte más alta del rango esperado por los analistas: el 8,3%.

La situación es preocupante, porque este IPC revela que la inflación se está extendiendo al conjunto de la economía. La inflación subyacente, que excluye los elementos más volátiles del Índice, llegó al 6,3%, o sea, cuatro décimas más que en junio y julio. En tasa mensual, el IPC subyacente subió seis décimas en agosto, el doble que el mes anterior.

Eso significa que, aunque baje la gasolina o el gas natural, todo lo demás sube. También sugiere que los agentes económicos -empresas y consumidores- están empezando ya a asumir nuevas subidas de precios, así que cobran más por sus productos y servicios, o exigen salarios más altos.

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Analizarán subida de interés

La elevada inflación sigue siendo la principal preocupación del Gobierno de Biden y también de la Reserva Federal, que el pasado 27 de julio volvió a subir los tipos de interés 0,75 puntos, la cuarta subida seguida de tipos y la segunda consecutiva de la misma cantidad.

El regulador estadounidense anunciará a finales de este mes si continúa subiendo los tipos, que ahora se encuentran en una horquilla de entre el 2,25 % y el 2,5 %, y todo parece indicar que así será.

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“La inflación es demasiado alta y es esencial reducirla”, reiteró el domingo en CNN la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, quien reconoció además que existe “un riesgo de recesión”, debido a las subidas de tasas decididas por la Reserva Federal para tratar de enfriar la economía y contener las subas de precios.

La Fed ya indicó que continuará con su política de subida de tasas directrices, encareciendo así el crédito a particulares y empresas.

La caída da un pequeño respiro a la economía estadounidense, que a finales de julio entró en lo que los expertos consideran una recesión técnica al encadenar dos trimestres de caídas del producto interior bruto (PIB).

Un diagnóstico que no comparte el Ejecutivo de Joe Biden, quien este martes dijo que los datos de hoy muestran el "progreso" de la economía estadounidense reduciendo el problema global de la inflación.

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“En general, los precios se han mantenido esencialmente estables en nuestro país estos últimos dos meses: esa es una buena noticia para las familias estadounidenses, aunque aún hay mucho trabajo por hacer”, apuntó el presidente en un comunicado.

Así, “llevará más tiempo y determinación reducir la inflación”, reconoció Biden, quien recordó su recientemente aprobada Ley para la Reducción de la Inflación, con la que prevé reducir los precios a largo plazo, con inversiones centradas en dar un impulso a la industria de la energía verde en el país y en reducir las emisiones de gases contaminantes. (I)