Una baja ejecución presupuestaria en los primeros seis meses del 2022 encendió las alertas en el debate público hace pocos días. Las cifras eran bajas a esa fecha, pero en el momento de la polémica –en el octavo mes del 2022– la ejecución había aumentado hasta en diez veces, en algún caso. En realidad, como ya lo reportó este Diario, al 30 de agosto la ejecución presupuestaria estaba en el orden del 61,4 %, una cifra solo un poco más baja que lo idealmente esperado 66 %. Esta semana, el vocero de Presidencia, Leonardo Laso, sin embargo, aseguró que este tercer cuatrimestre mejorará la ejecución presupuestaria y que varios proyectos “están en el horno”.

Este Diario contactó a varios secretarios de Estado (Economía, Obras Públicas, Bienestar Social y Vivienda), quienes comentaron cómo en los primeros meses del año estuvieron preparando normativas, identificando beneficiarios, generando institucionalidad y transparencia, a fin de llegar a este momento en el cual a la ejecución de obras se le aplicará el turbo, pero como resultado de un trabajo previo de ordenamiento en proyectos y procesos.

En este contexto, el ministro de Economía y Finanzas, Pablo Arosemena, asegura que las cifras del primer semestre estaban dentro del comportamiento histórico de cualquier ejecución presupuestaria. “Las obras ya están aquí y se empezarán a inaugurar en las siguientes semanas y durante este último cuatrimestre del año”, dice. Para el secretario de Estado, históricamente, “es decir hace un año, hace 10 años y hace 30 años el promedio de inversión de enero a junio es 30 %”. Así, el ministro asegura que “el problema no es estar en un 30 % en el primer semestre, sería un problema si fuese menos”.

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El ministro rector de las finanzas aclara, además, que su rol es conseguir los recursos necesarios y una vez hecho esto, asignarlos a las carteras de Estado correspondientes. Cuando se posesionó su objetivo, considerando que tenemos un presupuesto deficitario (menos ingresos que egresos), era garantizar los recursos que vienen desde los multilaterales, a fin de cubrir todas las necesidades. Asegura haberlo hecho con éxito y al 100 %.

“La ejecución es una curva ascendente”, dice Arosemena. Por ello tiene la seguridad de que en los últimos cuatro meses del año Obras Públicas tendrá protagonismo, pues está ejecutando $ 238 millones. De estos, $ 55 millones son para obras de viabilidad, $ 40 millones para reconstrucción, $ 5 para mantenimiento vial. Además se han desembolsado en estos días $ 8 millones para infraestructura educativa y $ 10,5 millones en infraestructura sanitaria. Aparte se han asignado $ 70 millones para mejoramiento de infraestructura educativa y $ 62 millones para el programa Vivienda para Todos. También reporta que se han asignado $ 56 millones para temas relacionados con salud. Arosemena, como varios de los ministros, se moviliza ahora más continuamente al territorio para garantizar una mejor ejecución de las obras.

Lamenta que haya existido una información de un observatorio que circuló hace un par de semanas, en agosto, pero con datos a junio. Asegura que la información resultó imprecisa por estar desactualizada. Explica que, por ejemplo, se hablaba de una ejecución del 7 % en vivienda cuando al cierre de agosto ya estaba en un 78 %.

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Pese a ello, el ministro piensa que un tema que sí debería generar debate es la baja ejecución de los Gobiernos autónomos descentralizados. Estos a medio año sí estaban por debajo del 30 % histórico, comenta. Por ejemplo, el gasto de inversión en gobiernos provinciales estaba en 20,52 %, los municipales en 22,39 %, mientras que las empresas públicas de esos gobiernos seccionales llegaban al 21,43 %. Los gobiernos parroquiales, entre tanto, presentaban una mejor ejecución, pero también más baja que el histórico (28,43 %). “Esta sí es una información problemática”, dice.

En todo caso, el ministro asegura que si alguna cartera a finales de año no llegara a ejecutar todo el presupuesto, el ministerio realizará las asignaciones de ley. Si alguna cartera ha tenido una excelente ejecución, se procedería a entregarle más recursos para el próximo año.

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Arosemena ratifica que este Gobierno tiene prevista una asignación de más de $ 13.000 millones al año para el tema social. Las cuentas las hace bajo el mismo paraguas con el que se contabilizaba la inversión social en el correísmo. Así asegura que en el gobierno de Rafael Correa los recursos promedio para el sectorial social eran de $ 8.000 millones, en el morenismo este rubro subió a $ 11.000 millones y ahora en el del presidente Guillermo Lasso la cifra se incrementa ($ 13.000 millones). Asegura que en este rubro importante no se toman en cuenta solo los dineros asignados a los cinco sectores sociales: educación, salud, bienestar social, vivienda y trabajo, sino que se suman presupuestos de universidades, seguridad social, entre otros. (I)