Al menos cinco puntos clave están presentes en el horizonte de la relación de Ecuador con China. La renegociación de contratos petroleros, así como la de la deuda bilateral, anunciadas por Petroecuador y el presidente Guillermo Lasso, respectivamente, son solamente una arista, en una compleja relación en la cual Ecuador, al momento, se maneja con pinzas.

Un segundo tema pendiente de China con Ecuador son las inminentes decisiones que debe tomar sobre las hidroeléctricas construidas con precios altos y con fallas.

En la otra cara de la moneda, y como tercera arista, está la necesidad urgente de Ecuador de tener acceso a financiamiento, una vez que la emisión de bonos es inviable y que el apoyo de los multilaterales será muy limitado en el 2023. Como cuarto punto está el interés del Ecuador a acceso al mayor mercado asiático a través de un acuerdo comercial que ya se lo está negociando.

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Todo ello sucede, en medio del quinto punto clave a tomar en cuenta por parte de Ecuador, que es el conflicto geopolítico que existe entre las potencias que son Estados Unidos y China.

Augusto de la Torre, execonomista jefe del Banco Mundial para América Latina y El Caribe, asegura que tras las renegociaciones de la deuda con China, se debe aclarar que aquella representa entre el 10 % y 11 %; es decir que no es una deuda de gran peso. Pues las de mayor representatividad, hoy por hoy, son en primer lugar los multilaterales y en segundo la deuda comercial en bonos. Esta última ya se renegoció.

Ahora, la renegociación que se hizo con China sí representa un alivio de unos $ 1.400 millones, sobre todo los años 2022 y 2023 cuando se debían hacer amortizaciones importantes, pero de ninguna manera significa que se podrá gastar más, dice. En cuanto al tema petrolero, también se ha liberado una parte del crudo para poderlo vender a precios spot.

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Por otro lado, para De la Torre es importante el tema que ya ha posicionado el presidente Guillermo Lasso en el sentido de que es necesario desvincular los temas comerciales (petróleo) de los temas de deuda. Este tipo de contratos, lamentablemente, han reducido la transparencia, dice.

En opinión de De la Torre, Ecuador no tiene otra opción que seguir manteniendo relaciones con China: “un mercado gigante que va a ser un importante proveedor de bienes y servicios”. En este sentido, añade que al país no le conviene romper relaciones, sino más bien reconfigurarlas.

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El experto considera que la relación Ecuador-China pasa lógicamente por el tema de las inversiones en las hidroeléctricas y las tensiones entre la relación EEUU-China, sin olvidar el tema de la pesca de las flotas chinas en el mar territorial. Pero también pensando en la posibilidad de cooperación (como las vacunas).

En este sentido, explica que a su parecer a Ecuador le corresponde ir modernizando y reconfigurando sus relaciones, a través de un trabajo profesionalmente bien hecho.

Considera que el canciller Juan Carlos Holguín ha ido en la línea correcta. A futuro se debe tener relaciones más transparentes, con temas como derechos humanos, ambientales y sociales, en la mesa de discusión. Y que los contratos no se celebren a dedo, que sean relaciones más competitivas y transparentes. Pero a la vez le toca ir lideando con los temas del pasado.

José Gabriel Castillo, exviceministro de Economía y catedrático de la Escuela Superior Politécnica del Litoral, cree que a la hora de analizar la relación del país con China, hay que considerar que Ecuador es un país con amplias dificultades y desafíos en el acceso al financiamiento. En este sentido considera que se debe tener una visión pragmática con respecto al manejo comercial y financiero.

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China es hoy por hoy un actor importante de financiamiento a nivel mundial, un gran constructor y un gran mercado de productos. Es correcto mantener todas las fuentes de financiamiento abiertas y buenas relaciones en todos los niveles, dice el analista, sobre todo ahora que estamos a puertas de cerrar el acuerdo financiero con el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Entonces para Castillo el Gobierno debe seguir trabajando de cerca con los multilaterales, pero teniendo también relaciones abiertas con China, aprendiendo de las experiencias pasadas.

Explica que al momento, cuando se tiene un riesgo país tan alto y cuando las tasas de interés de EE. UU. han subido, salir al mercado de bonos le representaría al país un endeudamiento insostenible de entre el 17 % y 18 %.

De esta manera, el acceso a crédito multilateral del Ecuador se verá limitado los siguientes años, tanto porque este no puede ser infinito, como porque este tipo de recursos, de largos plazos y bajas tasas, están atados a programas técnicos de acompañamiento, que promueven ciertas reformas, las cuales a su vez requieren un grado de maniobra por parte del Gobierno, pero al momento está debilitado.

En todo caso, asegura que si Ecuador llegase otra vez a golpear la puerta de financiamiento chino, debe ponerse en práctica las lecciones aprendidas.

La primera es entender que el costo financiero del endeudamiento con China, que pueden ser tasas de entre el 2 % al 7,25 %, tienen un costo adicional que es el no poder vender el crudo en el mercado spot y que esos contratos siempre representan un descuento importante en el precio del crudo.

Para Castillo, la actual renegociación bilateral que ha permitido un alivio financiero o diferimiento en los próximos años, de $ 1.400 millones, sí ayuda a reducir la presión fiscal.

Con una visión contraria, el presidente de la Comisión de Fiscalización, Fernando Villavicencio, que ha realizado denuncias documentadas sobre los perjuicios de los contratos petroleros con China, el caso de Coca Codo Sinclair y su relación con INA Papers y Recorsa, dice que ningún acuerdo comercial entre países debe hacerse al margen de una línea ética. Para Villavicencio la mayor parte de los acuerdos con China tienen marcas de corrupción, perjuicio al país y sobre precios, que se arrastran por más de 15 años.

Técnicos verifican la existencia de fisuras en los distribuidores de Coca Codo Sinclair, durante una visita reciente encabezada por la Comisión de Fiscalización de la Asamblea Foto: Alfredo Cárdenas

Lamenta que hasta el momento no haya ninguna investigación con resultados (apenas hay algunas en indagación previa) desde el propio Estado sobre estos temas de corrupción y aseguró que más bien las investigaciones judiciales se han iniciado en EE. UU.

Asegura, además, que esto puede afectar las relaciones con EE. UU. que es nuestro principal socio comercial. Esto, considerando el evidente que hay un conflicto político mundial que existe.

Para Villavicencio, Ecuador debió demandar ante la Corte de Londres a Petrochina y a los bancos chinos por los contratos perjudiciales. Lo que ha hecho el país con la renegociación es prolongar la existencia de contratos ilegales y perjudiciales para el país, dice.

Villavicencio explica que actualmente el caso de Coca Codo está en una etapa en la cual debe firmarse la recepción definitiva de ese activo. Sin embargo, los informes técnicos y de Contraloría lo impiden mientras no se subsanen las fallas estructurales, por ejemplos las 17.499 fisuras.

Adicionalmente, hasta noviembre Celec deberá formalizar las acciones legales en contra de la compañía fiscalizadora, pues ya se cumple el plazo de cinco años, que tiene el país para hacerlo.

En este sentido, recuerda que el actual ministro de Energía, Xavier Vera Grunauer, ha dicho que sí impulsará dichas demandas. Un informe sobre este caso se tratará esta misma semana en el seno de la Comisión de Fiscalización.

Entre tanto, la construcción de Toachi Pilatón está en fase judicial, pues la empresa CWE ha iniciado una demanda en un juzgado de Santo Domingo, lo cual será conocido en los próximos 10 días. Esto luego de que el Estado ha decidido suspender unilateralmente los contratos con CWE y con la rusa InterRao. (I)