La Cámara de Industrias de Guayaquil (CIG) cumple este domingo 85 años de vida institucional desde su creación el 29 de agosto de 1936. Con un 2020 en que la actividad industrial se contrajo por la pandemia; y un 2021 que presenta una ligera recuperación, Francisco Jarrín, presidente del gremio, conversó con Diario EL UNIVERSO sobre las expectativas del sector industrial, que reconoce que hay más apertura al diálogo con el gobierno de Guillermo Lasso que con sus antecesores.

¿Cómo nació la Cámara de Industrias de Guayaquil y a cuántas empresas representa actualmente?

La Cámara de Industrias de Guayaquil (CIG) es la suma de esfuerzos cuyos referentes están en la ruta trazada por sus fundadores, hace 85 años, el 29 de agosto de 1936; entre los que se destacan las figuras de Teófilo Fuentes Gilbert y Jacinto Jouvín Arce, quienes encabezaron el Directorio provisional que se encargó de crear las bases para construir nuestra organización. Luego, el 23 de marzo de 1937, la Cámara aprobó su primer estatuto.

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Actualmente, este gremio ejerce la representación de más de 250 empresas, tanto del sector manufacturero como también de las diferentes actividades relacionadas a la actividad fabril, teniéndose que estas empresas representan ventas por más de $ 11.500 millones y generan más de 75.000 puestos de pleno empleo.

Francisco Jarrín es el nuevo presidente de la Cámara de Industrias de Guayaquil

¿Cómo ha sido la relación de la Cámara con los últimos gobiernos de turno y el actual del presidente Guillermo Lasso?

La CIG es una organización apolítica propositiva, por lo que siempre su gestión se ha orientado a establecer y gestionar espacios de diálogo, generar puentes, sumar esfuerzos, tanto en lo local como en lo nacional, que faciliten la comunicación y defensa de los intereses legítimos de sus afiliados y del sector industrial en general, esto para los diferentes niveles del sector público. Reconocemos que actualmente existe una mayor apertura para el diálogo, y para concretar acciones sobre la base de dicho diálogo, tal como pasó con las recientes reformas arancelarias.

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¿Cuál fue la afectación de las industrias por el COVID-19?

Durante 2020 las ventas totales (locales + exportaciones) del sector manufacturero sumaron $ 25.326 millones, lo que representó $ 3.442 millones menos respecto al 2019, una contracción del 12 %, teniéndose que a nivel del total de actividades económicas la contracción en ventas fue del 15 %.

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La actividad manufacturera también se vio afectada por las plazas de trabajo que no se lograron mantener, entre diciembre del 2019 y diciembre del 2020 los puestos de pleno empleo generado por la industria manufacturera pasaron de 388.961 a 276.735, una reducción de más de 112.000 plazas.

Entre enero y julio de este año ha sido posible evidenciar una muy moderada reactivación del sector manufacturero, siendo que sus ventas de dicho período superaron en 22 % a las del mismo período del 2020, y en 1 % a las registradas en el mismo período del 2019. En lo laboral, también se evidencia una moderada mejora, teniéndose que a julio de este año los puestos de pleno empleo generados por la industria manufacturera fueron 341.709, un incremento de más de 64.900 plazas respecto al nivel de cierre del 2020.

¿Cómo analiza la participación de las industrias y la empresa privada en el plan de vacunación?

El sector productivo en general ha sido un aliado estratégico muy importante para las autoridades en el desarrollo del plan de vacunación, es un ejemplo de lo que se puede lograr trabajando en conjunto el sector público y privado para lograr un objetivo, en este caso que se acelere el proceso de vacunación para vacunar a 9 millones de personas en los primeros 100 días. Los importantes aportes de insumos (alrededor del 60 %) realizados por el sector empresarial por medio del fideicomiso ¨Unidos por Ecuador¨ y colaboración en cuanto al manejo logístico han permitido que la vacunación nunca pare, además el sector empresarial ha facilitado sus instalaciones para llevar a cabo la vacunación tanto de colaboradores y sus familiares, e incluso colaboradores de otras empresas y de la ciudadanía en general, en total se abrieron 222 vacunatorios empresariales a nivel nacional.

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Reformas laborales y tributarias, principales pedidos de los sectores productivos al próximo Gobierno

¿Qué expectativa tienen el gremio y las industrias sobre las reformas tributarias que impulsa el Gobierno?

La Programación Cuatrianual 2021-2025 enviada recientemente a la Asamblea establece que los ingresos tributarios que forman parte del Presupuesto General del Estado se incrementarían en 16 % durante 2022, y a razón de 7,6 % por año entre 2021 y 2025.

Entre los rubros de mayor incremento se tiene a lo recaudado por impuesto a la renta (+19 % en 2022; +11 % por año entre 2021 y 2025), y lo recaudado por IVA (+10 % en 2022; +7 % por año entre 2021 y 2025).

De momento es difícil establecer cuánto de esta recaudación esperada se generaría por un mayor nivel de actividad económica, es decir, mayores ventas; sin embargo, consideramos importante señalar que nos encontramos ante un escenario económico todavía sensible, siendo necesario destacar que cualquier incremento a la carga tributaria del sector productivo no es el camino correcto y podría retrasar aún más el todavía modesto proceso de reactivación económica que hemos venido observando; el enfoque debe estar por lo primero, buscar que se dé por un mayor incremento de la actividad económica.

¿En qué dirección debe ir la reforma laboral?

Una reforma laboral debe tener como finalidad que se puedan integrar a esas 7 de cada 10 personas que no tienen empleo formal, el enfoque debe ser ponerse en los zapatos de los que no tienen empleo. Para poder llegar a aquello de forma progresiva, debe enfocarse en varios ejes. Entre esos, la posibilidad de suscribir contratos a plazo fijo para emprendimientos y nuevas inversiones; contratos que se enfoquen en las necesidades de los jóvenes respecto a la carga horaria y así puedan adquirir experiencia; reducción del recargo del 35 % a los trabajos eventuales; generar incentivos y contratos a plazo fijo para adultos mayores de 50 años que han perdido el trabajo, pero que puedan ser contratados por una cantidad de tiempo específica que necesitan para cumplir con los años requeridos para una jubilación en el IESS, entre otros.

Estamos siempre prestos a contribuir en la elaboración de los puntos claves de reformas que permitan dinamizar y generar plazas de trabajo. Lamentablemente, llevamos quince años sin que haya aumentado la cantidad de plazas de empleo formal a pesar de las diversas reformas laborales, por lo que deben buscarse cambios de fondo. (I)