La gestión económica del gobierno de Guillermo Lasso ha estado marcada durante su primer año por la toma de medidas, que si bien pueden considerarse “intangibles” han ayudado a generar un ambiente de seriedad y confianza en el país. Aunque el Gobierno insiste en asegurar que su mayor obra económica ha sido la vacunación, varios analistas coinciden en que hay otros temas, que se sienten en el ambiente, y que se deben remarcar.

Vicente Albornoz, decano de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas, asegura que antes de la llegada del actual Gobierno la pregunta más frecuente que le hacían amigos o incluso personas que lo veían en la calle era saber sobre si la dolarización se iba a caer. Pero asegura que ahora se da por sobrentendido que la dolarización está más sólida que nunca: “El fantasma de la desdolarización ya no existe”, asegura.

Para Albornoz, la tranquilidad que ahora se respira es una consecuencia del manejo prudente que hace el Gobierno del Banco Central en el tema de reservas, por ejemplo, lo que garantiza la estabilidad. “Aunque la relación de las reservas con los pasivos no es la que debería ser, sí da una tranquilidad bárbara”, dice.

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Efectivamente, de acuerdo con el Ministerio de Economía y Finanzas, al 6 de mayo, las reservas internacionales se colocaron en $ 8.300 millones, es decir, un 70 % más que cuando se inició el Gobierno.

Pero Albornoz también cita otros temas positivos: el Gobierno logró la renegociación con el Fondo Monetario Internacional (FMI) pocos meses después de asumida la administración y flexibilizando las condiciones. Por ejemplo, la reforma tributaria fue mucho menor de lo que se había establecido con el expresidente Lenín Moreno. Para Albornoz también es importante que un presidente rico haya hecho una reforma que afecta a los ricos: “Eso es un mérito”. El déficit fiscal del 2021 es el más chiquito en una década, asegura. Este también se redujo según las cifras de Finanzas, de manera importante, pues en 2020 fue de $ 7.600 millones y terminó en $ 4.300 millones.

Todos estos temas serían parte de lo que el Gobierno ha dado por llamar “poner la casa en orden”, que al ciudadano común le puede resultar una frase vacía, sin mayor significado.

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Napoleón Santamaría, presidente de la Corporación para la Transparencia Fiscal Ecuatoriana (CTFE), también considera que si bien la vacunación fue un gran logro, la mejor obra del Gobierno en este primer año “es el equilibrio de las finanzas públicas, aunque a veces la gente no lo tome en cuenta”.

Ese equilibrio se ha logrado de la mano de medidas que han permitido mejorar y hacer sostenibles las fuentes de ingreso.

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Fabián Pozo, secretario jurídico de la Presidencia, entregó a la Asamblea Nacional el proyecto de Ley Orgánica para el Desarrollo Económico y Sostenibilidad Fiscal. Foto: Cortesía Asamblea.

Según Santamaría, es increíble el proceso sostenido de crecimiento de los impuestos. Asegura que el impuesto al valor agregado (IVA) acumulado creció en 27,75 % del 2022 al 2021 y estos resultados incluso son mejores que los de prepandemia. Igualmente, el iImpuesto a la renta subió comparando 2021 con 2022, pero aun sin superar los índices de antes del COVID-19. Sin embargo, se podría interpretar que el incremento de impuestos puede deberse no tanto a una acción del Gobierno, como sí por el natural repunte de una economía que estaba contraída. Santamaría dice que las medidas tomadas sí han generado una mejor percepción de los actores económicos y hay más confianza para invertir, para comprar, y así darle espacio a la reactivación: “Los actores económicos huelen esa mejora”. Se preguntan cómo está la inflación y ven que está controlada; ven la salud del sistema financiero, que es inmejorable; ven tasas de interés a la baja. En cuanto a ingresos, coincide en que Lasso “se animó a aplicarles más impuestos a sus panas”, refiriéndose a la reforma tributaria que incrementa impuestos a los sectores con mayores recursos.

La Ley de Desarrollo Económico entró en vigencia a finales de noviembre del 2021 y ya muestra sus primeros resultados, aunque en medio de la incomodidad de ciertos sectores políticos que se empeñan en derogarla.

Santamaría recuerda que se espera que de acuerdo con los cálculos del Servicio de Rentas Internas (SRI), la recaudación del año 2022 llegue a $ 16.500 millones, una cifra récord. De todas maneras reconoce que hay capítulos pendientes del Gobierno como por ejemplo el cumplimiento de las deudas con la seguridad social o la entrega más diligente de recursos a educación y salud.

En este sentido, critica que el régimen no ha logrado construir un equipo de trabajo más coordinado y eficiente en el tema económico.

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Durante este año también recibió importantes recursos por el crudo. El precio promedio del crudo, según lo reportado por el Banco Central, entre mayo del 2021 y marzo del 2022 fue de $ 71,4, es decir, unos $ 20 por sobre lo presupuestado. Ese precio del crudo fue al alza, obedeciendo a la mayor demanda por la recuperación económica mundial y también por la escasez, debido a la guerra de Rusia con Ucrania. Así, mientras en mayo del 2021 estuvo en $ 61,5 por barril, para marzo de este año ya se había colocado en $ 99,8. Y la tendencia ha seguido hacia arriba. En estos días, el precio del WTI, que es el marcador de Ecuador, ha llegado hasta niveles de $ 114. Ecuador recibe precios menores por la calidad del crudo.

El alto precio del crudo también ha significado, para un país deficitario de combustibles como Ecuador, mayores precios de importación de derivados y mayores pagos de subsidios de los combustibles que fueron congelados en octubre del 2021.

Al finalizar las operaciones en la Bolsa Mercantil de Nueva York (Nymex), los contratos futuros del WTI para entrega en junio ganaron 3,71 dólares con respecto al cierre anterior. En una fotografía de archivo. EFE/EPA/LARRY W. SMITH Foto: LARRY W. SMITH LARRY W. SMITH

De acuerdo con el Ministerio de Economía y Finanzas, los mejores precios del crudo han sido importantes, pero no se puede perder de vista que al ser ingresos temporales se deben usar en temas no permanentes. En este sentido, esos mayores recursos han sido usados en la recuperación de ingresos fiscales que se perdieron por la rotura de los oleoductos. Además se han reducido, dice Finanzas, deudas heredades con los gobiernos seccionales, proveedores privados, reconstrucción de hospitales, seguridad e inversión pública.

Finalmente, la tercera vía sólida de ingresos ha sido el endeudamiento público pero de mejor calidad, a través de los acuerdos con los multilaterales. El Gobierno acaba de llegar a un acuerdo en las revisiones cuarta y quinta del Acuerdo con el FMI que le permitirá recibir unos $ 1.000 millones en las próximas semanas y en total en el año unos $ 4.422 millones de todos los multilaterales, contando con el Banco Mundial, BID CAF y otros.

Analistas internacionales ven en Ecuador una economía sólida, aunque también espacios para mejorar, en este primer año. Fernando Díaz, analista de Citi Research Nueva York, considera que para hacer un análisis es importante retratar la situación previa de la que venía la economía ecuatoriana, que ya venía resentida y casi sin crecimiento desde el 2015, cuando se cayeron los precios del crudo. La falta de ahorros obligó a una necesidad de endeudamiento importante y a la par falta de acceso a este. En estas condiciones enfrentar una pandemia es muy complicado, pues no hay opción de implementar medidas contracíclicas.

Pese a ello, el gobierno de Lasso ha hecho que la situación fiscal se vaya corrigiendo. Explica que ha sido una medida prudente de esta administración mantener la acumulación de reservas. Indica que las reservas netas aún no llegan a niveles óptimos, pero destaca la intención del Gobierno de ser austero pese incluso a mejores ingresos recibidos por crudo o por los propios impuestos.

“Es una economía muchísimo más sólida de lo que era hace años, es la primera vez que el financiamiento de corto plazo del sector público, es decir, las necesidades fiscales se van a financiar sin mayores problemas”, dice. Al ser consultado de todas maneras consideró que sí sería importante que haya mejoras en el crecimiento y en el tema laboral, que siguen contraídos. A Díaz no le deja de sorprender, sin embargo, por qué se genera el rechazo a reformas que podrían mejorar estos temas, a fin de permitir mayor inversión o mayor contratación laboral. (I)