La economía ecuatoriana no verá un importante crecimiento en 2023 ni en 2024. Citi Research considera que Ecuador crecerá en 2022 en 2,5 %, pero verá una desaceleración en 2023 al 1 % y en 2024 llegaría a 2 %.

Se trata de crecimientos poco optimistas que se desprenden de una suerte de círculo vicioso en el que se encuentra la economía ecuatoriana, producto de la corrección económica necesaria (reducción del déficit, mejora de reservas) y de la falta de incentivos para la inversión, debido a la incertidumbre sobre lo que sucederá a nivel político en el próximo Gobierno.

Pese a que Ecuador ha mejorado sus cifras macroeconómicas, el temor de los inversionistas es que llegue un Gobierno que pueda ser menos ordenado en su política fiscal: “la incertidumbre política no ayuda; nadie tiene claro qué marco económico va a tener Ecuador en tres o cuatro años, creemos que la inversión se va a mantener baja como hasta ahora”, comenta Fernando Díaz, experto de Citi Research para Ecuador.

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Para Díaz, la economía ecuatoriana al momento se puede comparar con una pelota que está en un cono. Se mantiene en equilibrio, pero si hubiese algún shock, puede caer, podría haber problemas. En todo caso considera que la oposición si bien es grande, no tiene liderazgos claros, lo que le resta eficacia. Del otro lado, la popularidad el presidente Guillermo Lasso es acotada o limitada, dice. Aclara Díaz que los problemas de déficit y empleo empezaron en 2014.

Citi Research entregó sus proyecciones macroeconómicas para la región y especialmente para Ecuador, Colombia y Perú.

Sobre el tema, Ernesto Revilla, economista jefe de Citi Research, considera que la incertidumbre es el signo del 2023, pero desde ya se espera una desaceleración -más bien corta- de la economía, tanto a nivel mundial como de la región. Mientras Latinoamérica crecerá 3,3 % en 2022, para el 2023 se esperaría una reducción del crecimiento al 0,8 % para una recuperación en 2024 que llegaría al 2 %. A nivel mundial se ve un crecimiento en 2022 de 3 %, un baja a 1,9 % en 2023 y una recuperación moderada a 2,7 % en 2024.

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Para Revilla, seguramente 2023 será un año de recesión económica. Sin embargo, esta será escalonada y por regiones. Por ejemplo, la contracción económica se está estableciendo desde ya en la zona europea y duraría hasta el primer semestre del 2023, en cambio, en EE. UU. se sentirá en el segundo semestre.

Revilla considera que el mayor riesgo para América Latina serán las decisiones de la Reserva Federal de EE. UU., conocida como FED, que buscará continuar elevando las tasas de interés, como una forma de combatir la inflación que podría terminar en 2022 en el 7 %. El incremento de tasas que podría ser de 1,5 puntos siempre es un viento en contra de los mercados emergentes, explica. Otro problema puede representar la inflación, aunque se piensa que ha llegado hasta su pico más alto y más bien empezará una dirección a la baja.

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El crecimiento en América Latina en 2023 va a ser bajo, pero no tan malo como uno pudiera pensar. Entre tanto, cree que la inflación ya llegó a su pico en la región y ahora empezará a bajar, sobre todo desde el segundo semestre del año. La depreciación de las monedas latinoamericanas en general no será tan fuerte.

Esteban Tamayo, experto de Citi Research para Colombia y Perú, considera que los mayores riesgos de esos dos países son los políticos. Colombia ha cambiado de gobierno y ha realizado una reforma tributaria importante, pero no tan profunda como la que se había hablado en campaña; la Seguridad Social será un tema de debate en 2023. Para Colombia se espera que se termine con un crecimiento de 7,5 % en 2022, mientras que para el 2023 sería de 1,4 % y para 2024 llegaría a 2,5 %. Perú ahora mismo registra una coyuntura compleja con la inestabilidad política. Considera que el 20 % de la población sí apoya a Pedro Castillo y que son quienes protagonizan las movilizaciones sociales. Perú crecería este año 2,8 % y 2,9 % en 2023; para finalmente en 2024 culminar con un crecimiento de 3,5 %. (I)