¿Cómo les fue a licoreras y empresas de belleza que se adaptaron en pandemia y cambiaron su giro de negocio?

Con la llegada de la pandemia y el confinamiento declarado el 17 de marzo del 2020, muchas empresas debieron tomar diversas estrategias para no cerrar. Algunas empresas licoreras, otras que se dedicaban a elaboración de perfumes y productos de belleza se adaptaron y buscaron nuevas opciones. Este Diario habló con los representantes de algunas de ellas que contaron sus historias.

Por ejemplo, Cristian Donoso, director ejecutivo de René Chardón, recuerda que como muchas otras empresas, al principio no supieron cómo enfrentar la situación. “Fue un momento muy difícil”, sostiene, y explica que en ese momento la empresa, ubicada en la zona industrial del sur de Quito producía productos de belleza y, por ejemplo, las salas de belleza, que eran un canal importante de ventas, cerraron. En cambio, otros canales como de limpieza y cadenas de supermercados se mantuvieron abiertos. Así durante al menos tres meses las ventas cayeron e incluso tuvieron que paralizar varias semanas, pero luego se enfocaron más en la línea de productos de limpieza. Entre ellos champú, jabones líquidos que se colocaron en supermercados. También elaboraron un producto que antes no lo tenían en portafolio: gel antibacterial, sin embargo, no generó mucha facturación y luego lo obsequiaban a sus clientes buscando apoyarlos en el tema del cuidado y las medidas de bioseguridad. “Tratamos de adaptarnos”, asegura.

En el tema laboral, una de las primeras medidas que aplicó la empresa fue pedirles a sus empleados que tomaran las vacaciones acumuladas, pues se tuvo que parar la producción. Hicieron acuerdos con sus trabajadores, con base en la Ley Humanitaria, para pagar un porcentaje del sueldo. También se aplicó el teletrabajo, en las áreas que se podía. En cambio las personas que permanecieron en planta tuvieron los apoyos necesarios en transporte, alimentación y cuidados de bioseguridad. Explica que no hubo mayor incidencia del COVID-19 entre sus empleados. Un gran aprendizaje, dice fue el tema de buscar recortar gasto.

La empresa ha logrado subsistir también abriendo nuevos mercados. Así en pandemia se concretaron nuevos negocios y ahora han empezado a incursionar en la exportación de productos que vienen de la quinoa (Kinoe). Las ventas ya han superado a los niveles de prepandemia. Una lección que dejó la pandemia fue la necesidad de cuidado de la naturaleza y René Chardón en esta misma línea ha generado un plan ambiental, tratamiento de aguas residuales y buscando ser una empresa de bajo impacto ambiental.

Entre tanto, Francisco Negrón, gerente de Ventas Internacionales de Beautik, recuerda que siendo una empresa de la línea de perfumería y productos de cuidado personal, sintieron de manera fuerte la caída de sus ventas, en al menos el 25 %, pues en ese momento esos productos ya no eran una prioridad para el consumidor, la gente priorizó sus gastos, recuerda. En ese momento la empresa, que tiene su planta vía a Durán Tambo, buscó cómo adaptarse al momento y dejaron la línea de perfumes para ir a los alcoholes, gel antibacterial y productos de limpieza.

La situación les dio el empujón y dieron un salto para exportar producto a Chile y a Perú. “Logramos capitalizar clientes en supermercados de ambos países. Esto fue el punto de partida, no solo cambiamos el tema de la producción sino la estrategia comercial”, asegura. Así, Beautik, cambia el giro de negocio para producir artículos de limpieza incluso siendo maquiladora para Unilever.

Negrón considera que si bien la pandemia ha sido una etapa muy fuerte en el tema de la parte humana, como empresa tuvieron que tomar las oportunidades, identificar tendencias y capitalizar clientes que, en primera instancia les vieron como una opción emergente, pero luego se quedaron de manera permanente. Ahora también trabajan productos capilares de Tottus que es parte del grupo Falabella. Este crecimiento también sirvió para generar más plazas de trabajo y asegura que con cada nuevo proyecto, se abre más espacio para empleos.

Francisco Negrón cuenta que actualmente el rubro de alcohol se mantiene, porque el hábito se mantiene. Sin embargo, ya no en los volúmenes que se dieron en la pandemia. La empresa sigue pensando en la expansión y actualmente están trabajando en líneas de productos capilares, enjuagues bucales, jabones íntimos.

La necesidad de adaptarse también se vivió en el sector de la industria licorera ecuatoriana. Muchas empresas productoras de bebidas alcohólicas tuvieron que cambiar el giro del negocio a la de alcohol antiséptico. Jorge Talbot, gerente de Embotelladora Azuaya (EASA), que normalmente producía el conocido aguardiente Cristal, recuerda que hace tres años, frente a la pandemia el Gobierno prohibía la venta de bebidas alcohólicas. En su caso se buscó incursionar en una nueva línea, el alcohol antiséptico.

“Dimos el giro hacia el área de la desinfección. Fue una oportunidad para apoyar al país en momentos en que se necesitaba. No solo se buscó darle sostenibilidad al negocio sino también mantener los empleos con un producto nuevo”.

Este giro se mantuvo, aunque ya en menor cantidad hasta diciembre del 2022. Ahora, la empresa ha vuelto a su giro de negocio original. Talbot cuenta que actualmente la demanda de alcohol antiséptico para desinfección ha caído. “Ahora la gente casi no usa mascarilla, ni se desinfecta”, dice. (I)