Tía llegó a Atahualpa en la península de Santa Elena, pero esta vez con un equipo preparado con carpetas rojas y anaranjadas para identificar los casos de desnutrición infantil dependiendo de la gravedad. Es una inversión social de $ 120.000 en total. En el primer día se acabaron las carpetas rojas. Son cien niños de esta comunidad que serán parte de su programa Creciendo bien y detectaron a 154 en diez horas de trabajo en un fin de semana.

Harán lo mismo en Alausí, en Chimborazo. Esa provincia tiene el mayor índice de desnutrición crónica en la Sierra y Santa Elena en la Costa. La desnutrición crónica infantil en Ecuador es un problema que refleja uno de los índices más preocupantes en América Latina. Según el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), uno de cada cuatro menores de cinco años sufre desnutrición crónica en el país, lo que impacta en su desarrollo educativo.

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El programa consiste en la valoración y diagnóstico inicial de 200 niños de entre 6 meses y 5 años, e incluye el uso por primera vez en Ecuador de un alimento terapéutico que usa la Unicef en el mundo, sobre todo en África, como una las formas de acabar con la desnutrición crónica infantil.

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“Ese producto es a base de frutos secos y dentro de él ponen la leche terapéutica por decirlo así, entonces en vez de mezclar leche con agua se lo mezcla con frutos secos que tienen alto contenido de grasas, proteínas”. Viene en presentación como sachet y es de fácil consumo. Está creado para resitir altas temperaturas (hasta 35 o 40 grados centígrados) y puede permanecer hasta dos años sin refrigeración. Cada suplemente puede llevar hasta 500 calorías, explica Yuliana Escala, vicepresidente de la fundación CrezcoNut que estará a cargo de la parte metodológica y médica del programa.

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¿Por qué no se mezcla con agua? Porque en países donde se ha usado han tenido problemas con el agua potable. Este alimento fue creado en Francia y también se produce en Estados Unidos, donde está el proveedor para este programa, agrega el presidente de CrezcoNut, Juan Diego Álvarez.

La vicepresidenta del GAD parroquial de Atahualpa, Ketty Soriano (d), contó que durante la pandemia nacieron muchos niños en la zona mientras que muchos padres perdieron su trabajo y ello ha agravado la situación de desnutrición infantil. Foto: María Teresa Martínez

Las muestras ya llegaron al país y hasta con arroz se mezcló en Atahualpa. El alimento se dará por varias semanas y con composiciones diferentes según la complejidad de cada caso.

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La empresa llevará en simultáneo programas de capacitación con los padres de familia, para aportar a su formación en temas de nutrición, alimentos, huertos, entre otros para puedan mantener a sus hijos fuera de esta problemática.

Este miércoles 19 de octubre se presentó este proyecto que espera tener resultados tangibles: niños que ha ganado peso y talla, en cinco o seis meses y ahí convocar a la empresa privada para que se sume y cubrir a más niños.

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La sostenibilidad con impacto en la comunidad es un tema que Isabel Correa, jefe de Relaciones Coporativas y Sostenibilidad de Tía, indica que está en la agenda empresarial. “Desde Tía estamos trabajando en nuesta estrategia de sostenibilidad y todas las inicitiavas alineadas a los objetivos de desarrollo sostenible a la agenda 2030 y hemos llevado a cabo alternativas de inclusión”.

Por ejemplo, cuenta que hace un mes arrancaron con su proyecto de la ‘hora silenciosa’, dirigida a las personas con autismo. El piloto empezó en tres locales de Guayaquil: Esteros, Las Orquídeas y Atarazana. Es de martes a jueves, de 16:00 a 17:00. En esa hora reducen la iluminación en un 50 % del local, apagan la radio Tía que suena a nivel nacional, no usan el micrófono interno, bajan el volumen de todas las cajas, y además dejan un lugar completamente tenue para que las personas puedan disfrutar de esta hora. Así han tenido a jóvenes que por primera vez visitan un supermerccado.

El objetivo de la empresa en este primer piloto es demostrar los cambios significativos que se pueden tener en la vida de un niño al sacarlo de la desnutrición crónica y brindarles mayores y mejores oportunidades para su futuro, al continuar con un desarrollo cognitivo adecuado.

“La indiferencia es la peor arma frente a los problemas sociales. Esta es nuestra primera cruzada, comenzaremos en estas provincias, pero tenemos un objetivo mayor y es llegar a la mayor cantidad de lugares posibles en Ecuador, trabajando en conjunto con más empresas y actores sociales que se sumen a esta gran iniciativa, por una niñez sin desnutrición”, comenta Noralva Rengifo, directora de Marketing de Tía. (I)

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