Luego de las tensiones por el acuerdo nuclear entre Estados Unidos y Rusia durante la administración de Donald Trump, este miércoles ambos países han vuelto a extender un convenio sobre este asunto.

Estados Unidos, ahora con Joe Biden como presidente, validó hoy la prolongación por cinco años del tratado de desarme nuclear con Rusia New START, unos días después de que Moscú aprobara la extensión, anunció el jefe de la diplomacia de Washington, Antony Blinken.

"El presidente Biden prometió mantener al pueblo estadounidense a salvo de las amenazas nucleares restaurando el liderazgo de Estados Unidos en el tema del control de armamento y la noproliferación", dijo Blinken en un comunicado. "Hoy, Estados Unidos dio el primer paso para cumplir con esa promesa", añadió.

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"El 3 de febrero el Ministerio de Exteriores de Rusia y la Embajada de EE.UU. en Moscú intercambiaron notas diplomáticas relativas a la finalización de los procedimientos necesarios para la entrada en vigor del acuerdo de extensión del Nuevo START (...)", señaló en un comunicado la diplomacia rusa.

Este anuncio se produce a dos días de la expiración del pacto, en medio de crecientes tensiones entre Washington y Moscú por el arresto del opositor ruso Alexéi Navalni, que ha sido denunciado por Estados Unidos y por los europeos.

Pese a que el recién asumido gobierno demócrata anuncia cada día con solemnidad la firma de nuevas medidas para distanciarse de su predecesor republicano Trump, esta decisión se dio a conocer en un breve comunicado.

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"Especialmente en tiempos de tensiones, tener límites verificables sobre las armas nucleares de Rusia con alcance intercontinental es de vital importancia", indicó el Departamento de Estado, que destacó que este pacto hace que Estados Unidos, sus aliados y el mundo entero sean un lugar más seguro.

"Una competencia nuclear sin límites nos pondría en peligro a todos", indicó la diplomacia estadounidense.

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El Ministerio de Relaciones Exteriores de Moscú celebró la extensión afirmando que asegura la "preservación" de un mecanismo clave para "mantener la estabilidad estratégica".

Este tratado firmado en 2010 es uno de los últimos remanentes de los antiguos pactos para la reducción de armamento entre los exrivales del periodo de la Guerra Fría.

Este pacto limita a 1.550 el número de cabezas nucleares que pueden ser desplegadas por cada uno de esos dos países.

Las negociaciones estuvieron estancadas prácticamente durante toda la presidencia de Trump. (I)

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