Como una alerta para que el país genere cambios en su política ambiental petrolera tomaron algunos analistas el pronunciamiento de tres bancos europeos: BNP Paribas, Credit Suisse e ING, que anunciaron que dejarán de financiar el comercio de petróleo proveniente de la Amazonía ecuatoriana.

Según un informe de Amazon Watch y Stand.Earth, emitido en agosto pasado, los bancos europeos habían financiado con 10.000 millones de dólares la exportación de crudo desde las llamadas Cuencas Sagradas de la Amazonía ecuatoriana hacia Estados Unidos. En medio de la actividad petrolera han surgido problemas como el derrame de crudo de abril pasado y otro en noviembre, en el río Shiripuno.

De acuerdo con el analista en geopolítica petrolera Nelson Baldeón, si bien se genera una alerta para el país, al momento Ecuador no queda desprovisto de entidades financieras, pues existen otras aparte de las que han hecho el pronunciamiento a las que el país puede acudir. Sin embargo, dice, hay que pensar que este tipo de políticas se podrían extender a futuro a otras entidades financieras. Esta posibilidad se ve más cercana, frente a las políticas de cambio climático que quiere adoptar el nuevo presidente de EE. UU., Joe Biden.

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Para Baldeón, Ecuador debe cambiar de manera urgente a una exportación y transformación de productos más limpia. Este tipo de cambios ya se pueden ver en países amigos como Colombia, cuya política está avanzando hacia una producción con paneles solares.

Al ser consultado si este pronunciamiento de las financieras europeas muestra que Ecuador tiene una política petrolera, poco amigable con el ambiente, dijo que en el país existen empresas y empresas. Hay muchas que han ganado contratos por sus bajos precios, pero que en realidad no aplican una tecnología de punta.

Entre tanto, para Miguel Robalino, también experto en el tema petrolero, la decisión de los bancos europeos estará concatenada con las exigencias que existen a nivel mundial, a fin de que en 2050 las empresas de industria petrolera certifiquen menores emisiones de CO2. Ejemplo de ello es lo que han hecho Shell y BP a nivel mundial que están buscando pasar a la energía renovable.

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Para Robalino, la decisión de los bancos es una señal de que estas entidades no encuentran en Ecuador una política hacia energías renovables como la fotovoltaica, eólica y la geotérmica. Explica que en el país hay algunas empresas privadas que estarán aplicando tecnología más amigable, pero que este no sería el caso de la petrolera estatal.

Amazon Watch y Stand.Earth aseguraron que “es la primera vez que bancos comerciales de alcance global han detenido la financiación de actividades extractivas en la Amazonía”, destacaron estas organizaciones. Según ellas, los tres bancos fueron responsables de más del 50 % de la financiación del comercio de petróleo amazónico, y si se suma a UBS, Natixis y Rabobank, este porcentaje ascendería al 85 %.

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Su informe señala que aunque las entidades financieras adquieren compromisos corporativos de sostenibilidad, también comercializan petróleo amazónico que contribuye al cambio climático y tiene impacto directo en los pueblos indígenas.

"Durante demasiado tiempo, la industria petrolera ha causado estragos en nuestros pueblos, violado nuestros derechos, talado nuestros bosques, ocupado nuestros territorios y creado un caos climático que está llevando al colapso de la Amazonía", denunció el presidente de la Confederación de Nacionalidades Indígenas de la Amazonía ecuatoriana (Confeniae), Marlon Vargas.

"Hacemos un llamado a todos los demás bancos para que dejen de financiar la extracción de petróleo y el comercio del crudo amazónico, y, en su lugar, inviertan en alternativas económicas sostenibles para nuestros países y comunidades", añadió.

Las Cuencas Sagradas de la Amazonía son uno de los ecosistemas con mayor biodiversidad del planeta, en el que viven más de medio millón de indígenas de 20 nacionalidades, incluidos pueblos que se mantienen en aislamiento voluntario en sus tierras ancestrales.

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