La industria aérea se encuentra en la peor crisis de su historia a causa de la pandemia del COVID-19. Las pérdidas netas para este sector bordean los 120 mil millones de dólares, según estimaciones de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA).

A mediados del 2020 el vicepresidente para las Américas de IATA, Peter Cerdá, había advertido que un gran número de líneas aéreas de América Latina cerrarían si no reanudaban los vuelos. El cierre de las fronteras y restricciones desde marzo en la mayoría de países dejó en tierra gran parte de la flota; las operaciones fueron mínimas, generalmente para vuelos humanitarios y transporte de insumos médicos.

Para los últimos meses del año pasado varias aerolíneas ya habían retomado algunas rutas, sin embargo pasarán meses o incluso años para que el sector se recupere al nivel que tenía en 2019. Sin embargo, la pandemia fue la estocada final para algunas aerolíneas, en un industria que de por sí ya es compleja.

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La empresa de datos de viajes Cirium descubrió que 43 aerolíneas comerciales a nivel mundial habían cesado o suspendido completamente sus operaciones, entre enero y septiembre del 2020, en comparación con 46 en todo 2019 y 56 en todo 2018, según indicó CNBC.

El caso más cercano es la aerolínea Tame. No obstante esta empresa ya arrastraba problemas económicos desde hace varios años. Había eliminado rutas y devuelto aviones. Con su base principal en Quito, en su mejor momento llegó a volar a nivel nacional a Guayaquil, Cuenca, Galápagos, Esmeraldas, Loja, etc.; y en el extranjero a Nueva York, Fort Lauderdale, Buenos Aires, Bogotá, entre otras ciudades.

En mayo pasado el gobierno de Lenín Moreno anunció que Tame había tenido pérdidas por más de 400 millones de dólares en los últimos 5 años, por lo que dispuso su liquidación. La decisión se tomó como parte de las medidas económicas para reducir el gasto debido a la crisis económica, que se agudizó con la llegada del COVID-19. Así se puso fin a una empresa que comenzó a operar en 1962.

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Así también, en mayo la aerolínea Avianca Perú S.A anunció el cierre de sus operaciones. Se declaró en quiebra bajó el capítulo 11 de EE. UU., luego de que la pandemia del COVID-19 le obligó a suspender el transporte de pasajeros desde mediados de marzo, lo que redujo sus ingresos consolidados en más de 80%.

La aerolínea chileno-brasileña LATAM Airlines, la mayor de América Latina, anunció en junio el cierre de su filial en Argentina luego de 15 años de operaciones en ese mercado, por las complejas condiciones internas agravadas por la crisis sanitaria. LATAM Airlines Argentina tenía cerca de un 20% del mercado, ubicándose en segundo lugar solo por detrás de Aerolíneas Argentinas.

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Un caso especial es la aerolínea mexicana Interjet, que no se ha declarado en bancarrota, aunque debido a sus complicaciones económicas no vuela desde el 11 de diciembre del 2021, por lo que ha cancelado decenas de viajes. Esta empresa anunció que la cancelación de sus vuelos se mantendrá hasta el 31 de enero de 2021, señalando como causa principal la emergencia del COVID-19. Por otro lado, Interjet Vacations, agencia de viajes afiliada a Interjet, presentó el 23 de diciembre su solicitud de quiebra.

La aerolínea de vuelos chárter Miami Air International se declaró en bancarrota en marzo pasado en EE. UU., pero luego volvió a operar con un nuevo propietario.

Flybe, en Gran Bretaña; SunExpress, una licencia turca propiedad de Lufthansa y Turkish; Level Europa, filial de IAG (Iberia y British Airways); y Trans States Airlines, de Sant Louis (EE. UU.), también fueron otras aerolíneas que terminaron sus operaciones en medio de la pandemia del COVID-19. (I)