En menos de diez días, entre el 21 y 28 de diciembre, las autoridades de Gobierno han caído en contradicciones sobre las disposiciones en el manejo de la crisis sanitaria que atraviesa el país por la pandemia del COVID-19, lo que ha provocado confusión e incertidumbre por horas.

Mientras la ciudadanía ya se hace eco de estos contrasentidos en redes sociales, los departamentos de Comunicación de las instituciones involucradas guardan silencio, sin saber qué responder, esperando una definición de las mismas autoridades.

El 21 de diciembre, en una rueda de prensa que duró más de una hora, las declaraciones previas del presidente Lenín Moreno fueron contrarias a lo que después dijeron Juan Zapata, director del Servicio Integrado ECU911 y la secretaria general de Comunicación de la Presidencia, Caridad Vela, en dos puntos.

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Moreno presidió la sesión del Comité de Operaciones de Emergencia nacional (COE-N) y al finalizar hizo una declaración pública con las resoluciones, entre estas, dos: para los viajeros que arriban a Ecuador procedentes de Reino Unido, Australia, los países de la Unión Europea (UE) y Sudáfrica, "continuar con la exigencia de que el viajero presente evidencia de un resultado de PCR negativo...", y "declarar el estado de excepción durante treinta días en todo el espacio ecuatoriano".

Cerca de media hora después, Zapata enfatizó en que el presidente hablaba de las restricciones para las personas que vengan de Europa en corredor humanitario o los que hasta ese momento se hayan embarcado, pero la resolución del COE establece: "Restringir el acceso al país a los ciudadanos nacionales y extranjeros que se embarquen en puertos y aeropuertos", provenientes de los países en mención, desde el 22 de diciembre, por catorce días.

Y, en efecto, la resolución del COE hace las precisiones que realizó Zapata y que, en su intervención, el mandatario no especificó, dando a entender que, con la exigencia de las pruebas, todos los pasajeros provenientes de esos países podían ingresar.

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Un día después, el 22 de diciembre, el COE emitió una nueva resolución "aclarando" que el requisito de la prueba PCR negativa y la toma de las antígenos es para todos los provenientes de esos países. De hecho, el Gobierno nunca suspendió los vuelos provenientes de esos países.

Respecto al estado de excepción, Vela señaló que "el presidente tiene potestad de firmar un estado de excepción focalizado", pero las recomendaciones que hacen aplican a nivel nacional, y que podría ser en Quito, Guayaquil y Cuenca. Más de seis horas después, el Gobierno publicó el Decreto 1217 que dispuso el estado de excepción por calamidad pública "en todo el territorio nacional".

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Otra confusión se generó la tarde de este lunes 28 de diciembre, cuando circuló una resolución del 24 de diciembre del Servicio Nacional de Riesgos que declaraba alerta naranja y sugería al COE volver al confinamiento.

La misma tarde, en declaraciones a medios, el director del Servicio, Rommel Salazar, confirmó la existencia de este documento, luego Zapata hizo una declaración pública en la que decía que el documento no tiene validez y tres horas más tarde, Comunicación de Presidencia señaló que "el documento no ha sido expedido oficialmente y carece de validez".

Para Verónica Poveda, directora de la Agencia de Comunicación Conceptum, que el presidente tome el liderazgo en torno a las declaraciones es positivo. Sin embargo, hay una suerte de "tiros al aire" en el interior del gabinete, en este caso, al interior del COE, porque no "alinean los mensajes" como Gobierno. "Ha sido muy habitual en este Gobierno que haya una noticia del presidente y luego haya una bajada de información por parte de otras autoridades", agregó.

En tanto, Gustavo Isch, ex secretario general de Comunicación en este Gobierno, sostiene que los departamentos de Comunicación informan lo que ha sido resuelto por las autoridades y cuando hay situaciones de crisis existe una continua evolución de los acontecimientos y algunas decisiones tienen que cambiar.

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"Si las decisiones no se informan de una manera clara, oportuna y sencilla, a través de un vocero calificado y luego se replican, la comunicación se vuelve confusa (...) El primer mandamiento para una crisis es controlar la incertidumbre y creo que eso no ha pasado en esta circunstancia", señala Isch y agrega que los dos desfases durante su gestión se dieron por la falta de actualización del software del Ministerio de Salud, "un tema eminentemente técnico". (I)