Se despierta a las cinco y media, practica una hora de meditación con ejercicios de yoga, revisa sus correos, mensajes y su agenda, desayuna papaya, guineo y mango, o machica, y a las siete y treinta de ayer concede una entrevista a este Diario.

Luego monta una bicicleta y arrancan sus recorridos, mítines y reuniones con colectivos sociales a quienes comparte el plan de gobierno con el que busca llegar a la Presidencia en los comicios del 2021.

Yaku Sacha Pérez Guartambel, cuencano de 51 años, dice que no está obsesionado con llegar a la Presidencia ni es triunfalista, aunque las encuestas lo ubiquen entre los tres más opcionados.

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“Mi mayor sueño es que, sea yo o quien sea, cambie el destino de la historia del Ecuador, de aquellos que se van a acostar con los estómagos vacíos”, confiesa este candidato por el movimiento Pachakutik, lista 18, quien tiene el apoyo de un sector indígena y campesino, actualmente fraccionado por la pugna con la Conaie.

Los indígenas habían nominado también a Leonidas Iza, presidente del Movimiento Indígena y Campesino de Cotopaxi, y Jaime Vargas, titular de la Confederación de Nacionalidades Indígenas (Conaie).

Ambos declinaron su precandidatura el 14 de agosto, al cuestionar que no se permitía que las primarias sean abiertas. En las primarias del 22 de agosto se decidió que el binomio lo integren Pérez y la artista guayaquileña Larissa Marangoni.

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Ella atribuyó “diferencias irreconciliables” y declinó su participación. Yaku precisa que en algunos tuits Marangoni se mostraba a favor de la privatización del IESS, de las eléctricas. “Es decir, privatizar algunos elementos de patrimonios del Estado, cuando nosotros somos todo lo contrario”, aclaró el candidato que hoy hace binomio con la ambientalista Virna Cedeño.

La nominación de Yaku Pérez provino de la Federación de Organizaciones Campesinas del Azuay (FOA). Su presidente, Mario Farez, quien lo conoce desde 1994, dice que lo consideró idóneo por su experiencia en la defensa de los derechos de su comunidad, por conocer la realidad nacional e internacional y por la buena relación con las comunidades. Pero Farez le atribuye un defecto: “Confía demasiado”.

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En cambio, un activista que lo conoce hace unos doce años, señala que la carrera de Yaku en Pachakutik es reciente y es por eso que hay diferencias con algunas bases: “La gente no conoce mucho la historia de Yaku y cree que siempre estuvo en la Conaie, cuando fue afín al Partido Socialista cuando estudiaba Derecho en la Universidad Estatal de Cuenca”.

Yaku nació en la comunidad de Cachipucara, en la parroquia Tarqui de Cuenca. “En una hacienda, en un huasipungo, era duro”, recuerda al contar que sus padres eran peones; su papá no fue a la escuela y su mama llegó a tercer grado.

A los cinco años ya era un acarreador de agua para su hogar. En esas tareas estaba cuando la vida le enseñó a valorar el agua, dice este candidato que ama la naturaleza, tanto que se considera panteísta, filosofía que adquirió tras ser ateo y después de tocar tantas veces el saxofón en algunas misas de monseñor Alberto Luna.

Íbamos a traer agua de una vertiente y me caí. Se hizo pedazos el cántaro de barro. Lloraba como una Magdalena, una vecina me hizo conciliar con mi mamá”, cuenta Yaku.

Él recuerda lo “mágico” que fue un año después abrir el grifo y ver el agua. “Ese día, me bañé dos veces de tanta emoción”. El agua, ese recurso vital que se agota en el mundo, le inspiró para cambiarse el nombre en agosto del 2017. Ya no era Carlos Ranulfo, como lo bautizaron sus padres y como lo conocían en Azuay, donde algunos le califican de “líder”.

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Se llamaba ahora Yaku Sacha o “agua del monte” en su lengua quechua. Fue el primer abogado en su comunidad, concejal de Cuenca en 1996, presidente de la Confederación de los Pueblos de la Nacionalidad Kichwa del Ecuador (Ecuarunari) del 2013 al 2019, y -en su tercer intento- fue electo prefecto del Azuay para el periodo 2019-2023, cargo al que renunció. También dirigió la Coordinadora Andina de Organizaciones Indígenas (CAOI) en el 2017.

El Servicio de Rentas Internas no registra que haya pagado impuestos en esos años, únicamente $ 3.219 en el 2019, cuando ya era funcionario público. “Porque ahí tuve ingresos como prefecto, antes no alcanzaba la base imponible”, aclara Yaku, quien figura como presidente de tres empresas de la prefectura del Azuay.

“Como persona natural nunca he tenido ni tengo empresas”, precisa este candidato, cuyo patrimonio asciende a unos $ 320 mil y comprende su vivienda, oficina y terrenos que heredó de su padre.

Su mayor presencia mediática se dio en el gobierno de Rafael Correa, en el que participó activamente en protestas sociales, especialmente, contra proyectos mineros en zonas cerca a fuentes hídricas. Cuatro veces fue detenido en el correísmo, afirma Yaku.

En la noche del 13 de agosto de 2015, Pérez fue detenido en el centro de Quito, cuando lideraba una marcha convocada por la Conaie contra las enmiendas constitucionales, entre ellas la de la reelección presidencial indefinida. Esa misma noche fue liberado.

Graduado en el colegio fiscal Benigno Malo, Yaku Pérez enviudó hace ocho años, tras la muerte de su esposa Verónica Cevallos, aquejada de un cáncer a la médula ósea, y quedó a cargo de sus dos hijas, Ñusta Kruskaya y Asiri Verónica, hoy de 21 y 15 años. La relación con ellas no fue difícil. “Soy un feminista, hay mucha conexión”, comenta Yaku, quien practica deportes. “Me gusta el fútbol, soy armador, número 10; y en el volley, coloco”.

Yaku se volvió a casar, en agosto del 2013, esta vez por la cultura ancestral, con la académica franco-brasileña Manuela Picq, pero en octubre del 2017 el Registro Civil negó esa unión. Picq salió del país en el 2015, tras revocársele la visa al haber participado en las protestas de ese año junto a Yaku. Regresó en el 2018, pero la relación ya se había “enfriado”.

Hoy, con el corazón en stand by, Yaku recorre en bicicleta las comunidades y propone créditos a bajos intereses y devolver el libre acceso a las universidades.

La gente del campo no quiere limosnas. Tiene que bajar los intereses la banca privada y si no los bajan vamos a invitar a la banca internacional”, recalca Yaku.

No le preocupa, dice, que otras candidaturas le estén copiando sus propuestas: “Las cosas buenas deben ser copiadas, pero han tenido catorce años y no lo han hecho”. (I)

El candidato

Edad: 51 años
Lugar y fecha de nacimiento: Cuenca, 26 de febrero de 1969.
Profesión: Doctor en Jurisprudencia, Especialista en Derecho Ambiental, Especialista en Derecho Penal y Justicia Indígena, Magister en Derecho Penal y Criminología, y Diploma superior en gestión de cuencas hidrográficas y población.
Estado civil: viudo
Hijas: 2
Impuesto a la renta: $ 3.217,88 el 2019; los otros años no registra datos.
Salida de divisas: $ 49 el 2016; $ 7,69 el 2015, $ 77,02 el 2014, $ 4,77 el 2013.
Empresas: No registra a su nombre. Presidió empresas de la Prefectura del Azuay cuando fue prefecto.
Patrimonio: $ 320 mil