Argentina es un país enorme: el octavo más grande del mundo en extensión.

Sin embargo, sus cerca de 2,8 millones de kilómetros cuadrados (km2) de superficie continental americana ocupan apenas la mitad del nuevo mapa del país, presentado en agosto pasado por el gobierno de Alberto Fernández.

La mayor parte del mapa oficial de Argentina muestra agua.

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Más concretamente de una enorme extensión del océano Atlántico Sur, que ahora domina, en color azul oscuro, el centro de la nueva cartografía.

Se trata de la llamada plataforma continental argentina, una prolongación natural del territorio bajo el mar que se extiende unos 6,5 millones de km2.

En 2016, la Comisión de Límites de la Plataforma continental, un organismo de la Organización de Naciones Unidas (ONU), determinó que Argentina tenía derecho a ampliar su límite exterior tomando en cuenta partes de esa plataforma, cuyo tamaño duplica el de la superficie terrestre nacional.

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De esa forma, el país logró sumar oficialmente casi 1,6 millones de km2 a su superficie, una ampliación limítrofe que recién fue ratificada por ley este año y que dio pie a la presentación del nuevo mapa de los espacios marítimos..

Mapa bicontinental

Pero el plano que presentó Fernández no solo llamó la atención por la extensa plataforma continental en el centro, que muestra tanto los nuevos límites marítimos aprobados por la ONU como otros reclamados por Argentina y aún en disputa.

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Muchos medios, tanto nacionales como extranjeros, resaltaron otra rareza: que la mitad inferior del mapa está dominado por una enorme porción del continente antártico.

El nuevo mapa oficial de Argentina.

Se trata de la Antártida Argentina, como se conoce al sector del continente blanco que es reivindicado por este país sudamericano.

Si bien hace décadas que Argentina incluye estos 1,4 millones de km2 de suelo y mar antárticos en sus mapas oficiales, tradicionalmente aparecían en un recuadro más pequeño, a un costado.

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En cambio, en el "mapa bicontinental" que mostró el gobierno, la Antártida Argentina aparece demarcada en la forma de un gigante cono que rivaliza en tamaño a la tradicional silueta triangular del territorio continental argentino.

Esto llevó a la revista británica The Economist a afirmar que con este mapa Argentina "duplica su tamaño, o eso dice".

La publicación también se mofó del presidente argentino, llamándolo "Alberto de la Antártida".

Sin embargo, Sergio Cimbaro, el presidente del Instituto Geográfico Nacional (IGN), responsable de la cartografía de Argentina, le dijo a BBC Mundo que el país no amplió su territorio antártico. Tampoco aumentó la superficie que reclama.

Simplemente lo muestra de otra manera.

"Lo que se hizo con el mapa bicontinental fue representar al sector de la Antártida Argentina en la misma escala que la parte continental americana".

"No cambió nada de la soberanía ni de las pretensiones que tenía Argentina", aclaró.

Alberto Fernández (centro) firmó una ley para incorporar a la cartografía oficial del país los nuevos límites externos de la plataforma continental, aprobados por la ONU.

Del sur al centro

Cimbaro también señaló que en realidad el país viene utilizando un mapa bicontinental hace ya una década.

Fue desde que el Congreso nacional aprobó por unanimidad una ley que obliga a incluir al territorio antártico reclamado por Argentina en su real proporción con relación al sector continental e insular.

La ley, sancionada el 10 de octubre de 2010, también "establece la obligatoriedad de utilizar en todos los niveles y modalidades del sistema educativo y su exhibición pública en todos los organismos nacionales y provinciales el mapa bicontinental de la República Argentina".

A pesar de ello, el mapa tuvo muy poca difusión, a punto tal que la mayoría de los medios locales apenas recientemente dieron cuenta de su existencia.

Varios, como el diario más leído del país, Clarín, se enfocaron en una particularidad del mapa bicontinental: que, con la inclusión del sector antártico en igual escala al resto, las 23 provincias argentinas parecen haber cambiado de lugar.

"El nuevo mapa de la Argentina que ubica a Tierra del Fuego en el centro del país", tituló la noticia el periódico a finales de septiembre.

El motivo por el que esto llamó la atención es que esa provincia es la más austral del país, y en los mapas tradicionales aparecía como un pequeño triángulo en el extremo sur del continente americano.

Así se veía en los mapas tradicionales la provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur.

Pero en realidad esa es apenas una fracción de la extensión real de la provincia.

Según la constitución nacional, toda la Antártida Argentina más los territorios reclamados por Argentina en el Atlántico Sur, como las islas Malvinas (que los británicos llaman Falklands), las Georgias del Sur, Sandwich del Sur y Orcadas del Sur, forman parte del territorio de Tierra del Fuego.

De hecho, su nombre completo es Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur.

"El mapa bicontinental muestra la extensión real de la provincia, que es la más grande del país", señaló Cimbaro.

Confusión

Para el funcionario, mostrar las verdaderas dimensiones de Tierra del Fuego sirve para educar mejor, desterrando mitos erróneos como, por ejemplo, que Buenos Aires es la provincia más grande del país.

"También había gente que pensaba que la Antártida Argentina estaba al lado del territorio continental americano porque en el recuadro aparecía al costado", afirmó a este medio.

Sin embargo, otros consideran que más que aclarar, el mapa bicontinental confunde.

Es que al incluir en la misma escala la enorme zona antártica que antes quedaba reducida a un modesto recuadro, el efecto fue cambiar el centro geográfico del plano de Argentina.

Así, Tierra del Fuego pasó del sur al centro y provincias que estaban en el centro, como Córdoba y Santa Fe (ambas al norte de Buenos Aires), pasaron a ser provincias del norte.

Las disputadas islas Malvinas o Falklands son parte de la provincia de Tierra del Fuego, al igual que la Antártida Argentina, según la constitución nacional.

Esto llevó a que muchos docentes decidieran seguir usando el mapa anterior en las escuelas.

Una editorial que produce dos de las marcas más conocidas de mapas escolares reveló que, a pesar de la ley de 2010, el mapa convencional se siguió vendiendo unas 50 veces más que el bicontinental.

Algunos críticos también consideraron que mostrar los territorios antárticos que reclama Argentina en la misma escala que los que son reconocidos internacionalmente como suyos es una forma de nacionalismo agresivo.

Después de todo, seis países más reclaman partes de la Antártida, un continente que se rige por un tratado internacional y que no tiene dueños.

Y dos de esos países -Chile y Reino Unido- incluso reivindican algunas de las mismas zonas que reclama Argentina.

Sin embargo, el presidente del Centro Argentino de Cartografía (CAC), Jorge Horacio Machuca, explicó a BBC Mundo que incluir como propios territorios en disputa no solo es común en todo el mundo, sino que sienta un precedente importante.

"Cuando más de un país reclama el mismo territorio, uno de los principales antecedentes que se usan para sustentar el reclamo es la cartografía", señaló.

"La cartografía es una importante herramienta política, y todos los países la usan políticamente", aseguró.

Riqueza marina

El nuevo mapa de Argentina, con su foco puesto en los ampliados límites marinos, también busca generar conciencia entre la ciudadanía sobre las riquezas potenciales que yacen bajo el agua.

El océano Atlántico Sur esconde riquezas enormes.

"Establecer por ley la publicación de las coordenadas de la plataforma continental argentina incrementará la seguridad jurídica para el otorgamiento de concesiones que tengan como finalidad la exploración y explotación de hidrocarburos, minerales y especies sedentarias para todo el pueblo argentino y las generaciones futuras", señaló el canciller argentino, Felipe Solá, cuando se anunció la propuesta.

El gobierno también relanzó este año una iniciativa llamada Pampa Azul, "dirigida a promover el conocimiento científico, el desarrollo tecnológico y la innovación productiva en el Atlántico Sur, con el fin de crear una cultura del mar en la sociedad argentina".

Por su parte, el secretario del Área Malvinas, Antártida e Islas del Atlántico Sur, Daniel Filmus dijo que el objetivo es "proteger los recursos naturales nacionales".

"La zona del Atlántico Sur es una zona ictícola, la reserva de pesca más grande y más importante que hay en el mundo, es una llave a la Antártida y tiene una importancia geopolítica estratégica", declaró el funcionario a Clarín.

"Ahí uno entiende por qué el empecinamiento del colonialismo británico de mantener Malvinas, Georgias y Sandwich del Sur", agregó sobre las islas administradas por Reino Unido, que Argentina reclama como propias y la ONU considera una región en disputa. (I)